Todo transcurría casualmente; Mi madre peleaba con mi padre, mi hermano se drogaba en el cuarto y pues yo estaba en el ordenador, pero todo se salió de casillas al escuchar dos tiros. Me paré rápidamente de la silla y fui a ver que pasaba.
Vi la puerta de la habitación de Jonathan, mi hermano, abierta. Mi madre estaba muy nerviosa, porque la vi salir del cuarto.
-Ana, tu... -Murmuró muy desesperada. -Tu hermano. Oh Dios mio.
-¿Qué pasa mamá? -Pregunté sin atreverme a entrar al cuarto. -¿¡Qué pasa!?
-¡Se suicidó!
Me invadió un profundo vacío y algo de nostalgia. Tomé valor y entré a la habitación. Justamente, mi padre estaba abrazado a él mientras lloraba a mares... No podía creer lo que veía, en realidad Jonathan estaba muerto, mi hermano mayor...
Los recuerdos me empezaban a llenar... Mi hermano y yo siempre salíamos a recoger gatos de la calle y a jugar con ellos, me acuerdo que un día un gato aruñó a mi hermano en la cara y se le había infectado, fue gracioso al principio. También me llevaba a los parques para poderse encontrar con sus novias y me dejaba sola. Mi hermano solo me llevaba cuatro años, él tenía 21 y yo tengo 17.
Mi relación con él siempre fue de peleas y amores, un día nos jodíamos y el otro peleábamos. Un día me rayó la cara con marcador permanente la cara y me tocó ir a estudiar así porque eso no salía, me tomó muchas fotos y me molestaba con eso hasta ahora... Se podía decir que llevaba una buena vida pero todo acabó cuando mamá y papá empezaron a pelear.
A Jonathan no le gustaba oír sus peleas, empezaba a deprimirse y llorar en su cuarto, pero algo hizo repeso en su depresión... La muerte del amor de su vida. Ya llevaban tres años y se amaban mucho, pero su novia se drogaba por los mismos problemas y un día una gran depresión le causó una sobredosis y murió. Desde ese entonces que ya ha pasado cinco meses, no ha vuelto a salir, perdió un semestre y se adentro al mundo de las drogas él también.
-¡Mi hermano! ¡No! No lo puedo creer... Todo es culpa suya. -Señalé a mis a mis padres. -Los odio. ¡Los odio!
Salí corriendo a mi habitación y me encerré a llorar en mi cama... Apagué las luces y me dejé ahogar en la tristeza.
A partir de hoy, no amaré a nadie... ¡Lo juro! No quiero llegar a tal punto por querer a alguien, ya tengo el espejo de mi hermano de lo que es amar hasta la muerte y la enseñanza de lo dañino que es el amor.
¿Quién necesita eso? ¡Todos vivimos solos!
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Ana Moon #Wattys2016
Fiksi RemajaLa vida de una chica casual... ¿Casual? Si, la definición de la normalidad es la rareza, ¿Qué? Y ajá, aquí no se trata de comprender. Te invito a descubrir la ''Casual vida'' de una chica de 17 años. Amores, risas, música y algo más, ¡no te lo p...