El mejor día.

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Mi madre salió de la habitación y buscó al doctor. Media hora más tarde entraron los dos a la habitación, mi madre estaba muy feliz, se le notaba. El doctor se acercó a mi y se sentó al lado, traía los sobres en la mano otra vez.

—Doctor, necesito hacerme una prueba, ¿Usted no puede autorizar una?

—Ana... —El doctor abrió los sobres. —Yo me adelanté, también tenía ciertas sospechas... Y aquí, tomamos una muestra de sangre, la cual arrojó el resultado positivo.

—¿Y eso qué significa? —Pregunté muy nerviosa, la respuesta cambiaría mi vida, obvio. —¿Es bueno o malo?

—Estás embarazada, Ana. —Respondió el doctor. —Esa era mi noticia buena, la que no querías que te leyera... Ahora, Ana... ¿Qué harás?

—¿E... Embarazada? —Volví a preguntar. —¿Es en serio? ¿Leyó bien?

—No hay duda, Ana. —Respondió el doctor.

—Ay Dios... —Suspiré.

¿Embarazada? ¿En serio? Yo también lo sospechaba y por eso no quería que me hicieran esos tratamientos, no sería capaz de hacerle daño al bebé... Joder, ahora ¿Qué haré? ¿Cómo se lo digo a Jack? ¿Cómo se lo tomará?

Lo único que hice fue dejarme caer en la camilla, mirar al techo y dejar fluir mis sentimientos, lloré obviamente de la felicidad, pero a la vez de miedo... No quiero que tenga mi enfermedad, me da miedo que lo contagie.

—Hija... ¡Por Dios! —Dijo mi madre, se lanzó hacia mi y me abrazó. —Que felicidad, Ana.

—Sí, la mejor noticia del mundo, seré abuelo. —Comentó mi padre y también me abrazó.

Lo bueno es que mis padres lo tomaron bien, menos mal... Ahora el principal, Jack.

Mis padres y el doctor salieron de mi cuarto, yo me quedé ahí pensando que haría, pero al momento entró Jack con una caja muy bien decorada. Él no sabía nada, yo sería la que se lo diría.

—Cariño, ¿Estás mejor? —Preguntó Jack dándome un beso en la frente.

—Mucho mejor.

—¿Por qué tienes los ojos aguados? ¿Estabas llorando? —Jack se acercó bastante para verme los ojos. —¿Estabas llorando?

—Estoy bien, Jack... —Me limpié rápido las lágrimas. —No estaba llorando Jack, tranquilo.

No le voy a decir todavía, no quiero que se dé cuenta en este momento.

—Bueno, Ana... No vengo por eso, tengo una buena noticia. —Dijo Jack muy feliz.

—¿Qué?

—Toma. —Jack me pasó la caja. —Te espero allá.

Jack salió de la habitación, yo abrí la caja y había un vestido de novia hermoso, era largo y sin enagua, me encantó... Espera, ¿Me casaré ya?

Mi madre entró a los tres minutos.

—Ana, arréglate. —Mi madre sacó su bolsa de maquillaje. —Jack te compró ese vestido y el día es hoy. Él te está esperando en el mirador, todo está arreglado, sólo faltas tú.

—¿¡Qué!? Pero si... Estoy en el hospital, ¿Cómo saldré?

—¿Qué no entiendes que ya todo está arreglado? El doctor te dio permiso de salir sólo hoy.

—Oh por Dios.

La enfermera me desconectó, yo fui a bañarme y a colocarme el vestido, mi madre me peinó y me maquilló. Al verme, se le escaparon las lágrimas.

Ana Moon #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora