Las Etapas.

30 3 0
                                        

Todo comenzó a transcurrir, a veces salía del hospital a la casa de Jack, perdón, nuestra casa. Los días empezaban a pasar y las cosas eran más complicadas pero hermosas. Casi todas en el hospital.

Primer mes:

Había perdido peso, pero a la vez subido... Mi enfermedad me quitaba y el bebé me ponía. Mi piel se puso más pálida de lo normal, pero seguía sintiéndome igual y no quería empeorar, mi vientre creció dos centímetros.

Jack no dejaba de visitarme, todos los días me llevaba pequeños regalos, ya sean algunos dulces, una flor, cosas así.

Segundo mes:

Seguía estando normal, mi madre había leído algo en Internet acerca de una ''Quimioterapia natural'' que consistía en tomar un jugo de guanabana solamente con agua o sola, sólo el jugo natural sin agua ni nada. Al principio, el doctor no dejó porque podía hacer daño, pero al final me dejó consumirlo. O sea, empecé ''Una quimioterapia natural'' según mi madre.

Tuve mi primer ultrasonido, Jack y yo estuvimos juntos escuchando el corazón de nuestro hijo, pero fue algo extraño al principio. El doctor nos dijo ese día:

—El corazón del embrión no se distingue. Es como si me interfirieran con más sonidos. Que extraño.

—¿Y eso es malo, doctor? —Preguntó Jack.

—No lo sé... Pero si se alcanza a escuchar. Lo colocaré alto para que escuchen.

Efectivamente, su corazón se escuchaba muy rápido, pero a la vez se escuchaba raro, interferido. 

El doctor dijo que a pesar de todo, el bebé estaba sano y creciendo normalmente.

Mi vientre creció bastante, más de 5 centímetros. 

Tercer mes:

Seguí tomándome mi ''Quimioterapia natural'', mis manos habían enflaquecido, me veía más delgada a pesar de que el embarazo me aumentara, pero me estaba empezando a sentir un poquito mejor, ya por lo menos no me sentía mareada ni tenía mini hemorragias como en las encías o la naríz. 

Tuve mi primer ecografía donde me llevé la mayor de las sorpresas.

—¿Lista Ana? Vamos a ver si podemos saber el sexo de tu bebé, normalmente a esta edad de gestación es posible verlo, pero si no, no hay problema, ¿Está bien?

—Está bien doctor. —Respondí.

Cómo es normal, Jack estaba a mi lado, viendo también lo que pasaba. El doctor procedió a hacer la ecografía.

Eso fue raro, se veía dispersado.

—Oh Dios mio, Ana... —Dijo el doctor.

—¿Qué pasó, doctor? ¿Vio algo mal? —Pregunté nerviosa.

—¿¡Son dos!?

—¿Qué? —Preguntamos Jack y yo al mismo tiempo. 

—¿Dos? Pero... ¿Qué? —Pregunté.

—Si, mírelos aquí. —El doctor me señaló. 

Sí se veían los dos, y yo pensé que estaba distorsionado. 

—¿Y qué son? —Preguntó Jack. —¿Niños o niñas?

—Sólo alcanzo a distinguir el sexo de un feto, el otro no se muestra bien.  —Dijo el doctor. 

—¿Y qué es? —Pregunté.

—Un niño, Ana. 

Oh por Dios, que felicidad, justamente lo que quería... Y Jack también se veía feliz. Se acercó a mi y me dio un beso en la frente.

Ana Moon #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora