→ςคקítยl๏ ๔เєςเภยєשє←

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                          • maratón 6/7 •

Un capítulo por día. Del 16/06/16 hasta el 23/06/16


Durán me siguió arrastrando durante unos minutos más que se me hicieron eternos. De pronto se paró y se giró hacia mí.

-Cierra los ojos.

-¿Qué?

-Ciérralos, Ildura, no te voy a matar.-Dijo cansado.

-Esta bien, esta bien-Puse mis manos sobre mis ojos, pero dejando una pequeña rendija abierta para poder ver.

-Eh, eh, eh, así no.-Dijo colocando sus manos sobre las mías.

-Vale, ya lo entendí, suéltame.

Él se rió.

-Pues ahora me gusta así, continuemos.

Yo seguí andando, refunfuñando, pero aun así le dejé seguir así.

-¿Llegamos ya?-Pregunté impaciente.

-Ya casi.-Dijo alargando las vocales.-Eres como una niña pequeña, Ilduara.

-Tu no eres ni como un humano, Durán.-Repliqué.

-Bien, ya esta, hemos llegado, dame un respiro mujer.-Dijo soltando un leve bufido.

Sentí mi cara ser liberada y abrí los ojos rápidamente. Ante mí se encontraba una pequeña plaza, que más que una plaza era un simple cuadrado, pero preciosa. Yo estaba acostumbrada a las luces que los vecinos ponían en las puertas de sus casas por la noche, pero no a este tipo de faroles puestos en cada esquina, y al ser pequeña la plaza, muy pequeña, la alumbraba toda prácticamente. Se sentía como una luciérnaga en medio de la noche.

En cuadrado estaba tapado en parte por los tejados de las casas a su alrededor, pero no había ninguna puerta o ventana, era la parte trasera de las casas, lo que daba gran sensación de privacidad, y estas estaban rodeadas de plantas enredaderas.

En medio de todo había una pequeña mesa de madera, ya bastante estropeada.

-¿Qué..qué es esto Durán?

-Era el sitio favorito de mi padre. Aquí conoció a mi madre y aquí se le declaro.

-Es un sitio hermoso.-Dije de forma sincera, dando una vuelta sobre mi misma y observándolo todo.

-Sí. Cada vez que vengo aquí siento como si mi padre aun estuviese vivo, como si aun me pudiese guiar y aconsejar.-Durán dirigió la vista al cielo, negro y estrellado.

No sé por qué, antes de darme cuenta ya me había acercado a Durán y lo había abrazado.

-Tu padre estoy segura de que pensaría que lo estas haciendo muy bien.-Dije en un susurro, rezando para que Durán no me hubiese escuchado en mi repentino impulso.

Me devolvió el abrazo y escondió su rostro en mi cuello, como un niño en busca del calor y protección de su madre.

Durante unos momentos nos mantuvimos sin hacer nada, solamente escuchando nuestras respiraciones y el canto lejano de los grillos, notando su aliento chocar contra mi hombro.

-Soy inútil Ilduara. Mi manada no sabe defenderse y es por mi culpa. Que esté en peligro es por mi culpa, para encima, pese a ser por "mi felicidad", no tengo siquiera poder de elección sobre mis propios gustos.-Dijo al cabo de un rato.

-¿Cómo qué?-Pregunté.

-Como la chica con la que quiero estar.

-Pues si quieres estar con ella...estate con ella. Nadie te lo puede impedir.-Dije con un nudo en mi garganta.

¿Había encontrado ya a su mate? ¿Se refería a...? No, imposible.

Durán se separó de mí y me miró por unos segundos.

-¿Qué miras tan...?

Mi frase se corto debido a unos labios que se movían sobre los míos, al principio como degustando su sabor lentamente, y luego de forma furiosa, como si no le fueran suficiente, como si necesitasen más.

¿Qué acababa de pasar?

  ≈ ≈ ≈≈≈≈≈≈≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ Nota autora≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ ≈ 

Este es un poco "cortito", pero han pasado muchas cosas ¿Verdad? ¡Por fin se han besado! Ahora solo queda ver como reaccionan después de esto y como es su comportamiento.

¡Un abrazo y gracias por leer!

Catulus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora