El Gran Despertar

Capítulo 6

En apuros

Me encontraba en los brazos de Stefan, es la segunda vez que me rescata, aunque está vez estaba consciente.

Sin pensarlo me agarré al cuello de Stefan mientras que lloraba.

Me sentí aliviada de que estar en sus brazos, a su lado me sentía tranquila.

-¿Estás bien?¿Estás herida?-dijo Stefan con una voz preocupada,mientras que el aferro su agarré sobre mis piernas y mis caderas pegandome a el más.

No sabía que responderle,me había escapado, huyendo de aquel lugar donde él me ayudó y ahora está aquí protegiendome.

-Estoy...bien ,gracias- dije mientras que le miraba a la cara,aunque su cara no la podía ver con claridad debido a la oscuridad que se tornaba en el bosque.

-¿Cómo me has encontrado?-dije invadida por la duda,de como había dado conmigo,el bosque era bastante grande.

Le habría costado encontrarme o tal vez me siguió desde el principio.No puede ser,porque la última vez que le vi estaba con su Hermano.

Unos aullidos hicieron sacarme de mis pensamiento y aconjogarme en los brazos de Stefan.

-Debemos irnos,sí quieres estar salvo,el bosque no es un lugar seguro-dijo Stefan con un tono serio.

-Lo siento,por escaparme de tú casa,no quiero causarte problemas con tú hermano, sólo quería ir en busca de mi hermano- dije mientras que me pege a su pecho.

Escuche como su corazón latía demasiado lento, estaría enfermo. Además, sus manos estaban frías y apenas notaban su respiración.

-No eres una molestia, sí quieres te contaré todo. Pero antes vuelve conmigo-dijo susurandome al oído.

-Vale....pero quiero que sepas que mi hermano está ahí fuera y necesito encontrarlo.-dije suspirando, ya que me encontraba tan agotada de repente y mi cuerpo me falló y sin más perdí la consciencia en cuanto dije la últimas palabras.

Aunque sentí  brevemente que alguien me acunaba sin apenas esfuerzo, intuía que seguía siendo él y no sé porque pero tenerlo así a mí lado me reconfortaba.

Cuando me desperté, miré a mi alrededor, me percaté de que aún me hallaba en la misma habitación. Pero al incorporarme me di cuenta de que tenía dos vendajes alrededor de mi mano y rodilla derecha.
Ligeramente recordé mi intento de fuga y la caída tan fatídica que podría haberme dejado en el sitio si no llega a ser por Stefan que estuvo ahí.
Me miré la mano y vi que la sangre traspasaba el pequeño paño tan cuidadosamente puesto.
La verdad es que no me acordaba de que hubiera hecho daño.