Sebastián
Los días que habían pasado se me habían hecho eternos la primera semana, a lo largo del trabajo solo quería que llegara la hora de llegar al cuarto de hotel, dormirme o llegara hablar con Gen y saber cómo iba todo incluso hablarle sobre las ganas que tenia de hacerle el amor como cada mañana amanecía pensando en s cuerpo en su espectacular cuerpo.
Esta mañana llegaba Karina y tenía que indicarle todo lo que tenía que hacer, al llegar ella usaba un lindo vestido negro, realmente era hermosa, desde que la vi me había dado cuenta, cuanto había cambiado desde la última vez que la vi, era más delgada y se arreglaba de una manera tan llamativa que aunque no es el tipo de estilo que a mí me gusta, en ella se veía más que bien.
-te volviste el más atractivo de todos ¿no?-
-¿Todos quienes?-
-todos lo que conocí durante mi tiempo de colegiala, si no supiera lo mucho que amas a tu esposa no dudaría un segundo en conquistarte- su perfume era embriagante y realmente delicioso, su mirada era tan profunda como ninguna
-simplemente me volví un hombre formal y con una gran familia- en ese momento recordé que amaba a la mujer con la que estaba sobre todo, pero implemente ella era bella y se notaba tanto la manera que yo le gustaba y aunque me costaba reconocerlo ella me causaba una gran atracción
-serás un gran maestro del que aprenderé y tomare lo mejor de el-
-eso espero- ¿Qué demonios estoy haciendo? Sé que estoy mal, Génesis no se merece esto
Trate de pasar la semana siendo amable con Karina y tratando de no llevarle la corriente o dejarle pistas que ella me atrae
Esta noche antes de regresar a casa tengo que dejar lelos documentos Karina para que pueda administrarlo todo esta semana que estaré de vuelta a casa
-buenas noches Karina, pasa-
-sabes que no es tan buena idea que invites a una mujer tan sensual a un cuarto de hotel- me sonreía de una mirada pervertida que no podía disimular
-eres excelente bromeando, y aquí están los papeles que necesitaras durante mi ausencia- ella tomo los papeles y los dejos sobre la mesa de centro
-esto no es na broma, sé que te gusto, lo sé perfectamente bien- se acercó y me beso, beso que no correspondí –vamos sé que estás cansado de la rutina con tu esposa, dime que no se te antoja pasar una sola noche con otra mujer-
-Karina esto está muy mal, yo no puedo hacerle esto a mi esposa- me maldije mil veces por cambiar esas palabras, debí dejar en claro que es la mujer que amo
Volvió a besarme y eta vez no pude resistirme, me fue imposible, cuando sentí su cuerpo sobre mí ya semidesnuda, no sabía que hacer pero sabía que no parar, la tome por la cintura y la lleve hasta la cama desnudándola, y finalmente terminamos por tener sexo.
Al darme cuenta de lo que había hecho y que no había vuelta atrás lo único que hacía era pensar en lo sucio que se sentía pensar en mi mujer, sabiendo que tuve sexo con otra
-¿Qué pasa? ¿Dime que es lo que ocurre Sebastián, es que soy muy mala en la cama?-
-no- mierda –solo es hora de que te vayas- me miro indignada y me sentía tan cobarde por hacerle esto
-sé que te gusto y que cuando cometes un error que te gusta lo vuelves a cometer- la mire mientras pasaba la lengua por sus labios y tomaba su bolso para finalmente marcharse
Todo el viaje solo podía pensar en lo que había pasado y que no me arrepentía que pasara que todo había estado bastante bien, aunque jamás dejaría de amar a esa mujercita que siempre me esperaba con ganas de verme, el deseo por Karina era aún más grande
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¿Cómo diablos te conocí? (Parte II)
RomanceHe escuchado muchas veces que la costumbre es más fuerte que el amor, y me parece algo insólito de creer que de alguna manera la simple costumbre, sea más fuerte que algo que dura años en crearse. Yo aún no puedo creer que me pasara, perder todo...