La noche estaba cayendo y llegamos a un bar que estaba cerca de la playa y era muy bello, tenía un karaoke sensacional
–vamos Génesis sube– mire a Valeria que trataba de animarme de que cantara
–Estas demente, jamás subiré ahí– todos comenzaron a ver las insistencias de Valeria y me parecía absurdo que todos comenzaran a imitarla, tratando de hacerme subir
Comencé a beber una fuerte pero delicada copa que hasta ahora no puedo pronunciar su nombre, me asombraba de las veces que podía mirar a Octavio y ver su grandes manos e imaginarlas en mi cuerpo, eso me incitaba a continuar a pasar todo el alcohol de mi garganta que fuera posible, para quitar las malas ideas de mi mente
No supe cuando perdí la cuenta de las copas que me había tomado, subí al escenario y tome el micrófono para cantar colasong de Inna, solté mi cabello y mis sandalias quedaron en las manos de Valeria cuando las había atrapado después de una gran lanzada, en Inglaterra esto es mas que una costumbre era parte de la cultura cantar Karaoke pero pocas veces lo hacia o tal vez nunca en publico
Tenía un poco de lucidez cuando baje del escenario y me dirigí a la playa para respirar y meditar sobre si aún mi vida era bella
–supongo que no te meterás al mar– el chico sexi había llegado
–¿Por qué no?, vine a divertirme o ¿no?–
–si claro, pero venga en ese estado no es conveniente que te metas a nadar– me tomo de la cintura y antes de que pudiera decir algo, ya mi pecho estaba pegado al suyo
–probablemente esto no esté bien– lo mire aun estando en esa situación
–vaya, vaya, pero si mira que es la noche más bonita de todo los años en Marbella no es cierto Octavio– Valeria traía una copa en la mano y levantaba la ceja como toda una maldita, yo no estaba haciendo nada malo así que no tenia de que preocuparme
–si es hermoso, no sé qué a se debe tu sarcasmo–
–a nada en especial, solo te digo que hay sorpresas que nos pueden llegar, sin separarlas– aun no le entendía que me trataba de dar a entender pero supuse que era mi ebriedad y la de ella que hacía imposible nuestra comunicación
–vamos al bar creo que es mejor– ya no entendía ni siquiera yo lo que decía
Entramos al lugar y seguí bebiendo como una maldita loca, estaba tan mal que no podía levantarme con mi propia voluntad, mire al gran hombre llevarme hasta el auto y acomodarme a su lado mientras Valeria parloteaba atrás
–muchas sorpresas Génesis, para mañana muchas– la mire y en mi ebriedad solo sonreí ante la escena que estábamos dándole al sexi chico español
Llegamos a casa mientras yo me reía, en como tambaleaba con Valeria al llevarla hasta su recamara, entre tras de ellos tratando de no caerme, me senté en el gran sofá y todo era tan realmente gracioso
–vamos a tu recamara–
–no mejor a la tuya– el chico se sorprendió bastante
–bueno vamos, pero recuéstate solo un rato– lo abrace antes de que cayéramos juntos en la cama
Lo mire un poco, y pase mi mano por su trabajado abdomen, estaba en una manera excitada y me saque la blusa, estaba mareada
Me molestaba la luz del sol y sentía que mi cabeza iba explotar, lo primero al levantarme fue darme cuenta que no estaba en la habitación, voltee y vi a Octavio desnudo junto a mí, y yo al igual estaba totalmente desnuda, no pude contener mi asombro y Octavio despertó, lo único que hice fue cubrir mi rostro estaba apenada aun no lo podía creer
–tranquila, por favor– trato de acercarse pero tome la sabana y me cubrí entera
–no puedo creer que me haya acostado contigo, soy una maldita zorra–
–tranquila, nada paso– levante la mirada –sí, estuvo a punto de pasar, porque nos desnudamos y compartimos besos, pero comenzaste a hablarle tu güerito de la guitarra– estaba aún más apenada –te desnudaste, bailaste cantaste y te dormiste– di un largo suspiro y aunque estaba apenada, también estaba muy agradecida por lo que estaba haciendo por mi
Me senté en el pequeño mueble y aun en la sabana y subiendo tratando de poner mi ropa por debajo de ella, lo mire agradecida, y la puerta de la recamara se azoto en la pared, estaba asustada cuando vi a Sebastián furioso y lanzándose sobre Octavio
–déjalo ya– me miro aún más decepcionado, limpio las gotas de sudor que corrían por su frente, con su dedo apunto mi pecho haciéndome retroceder
–así que venias a encontrarte pequeña– su sarcasmo dolía, pero su mirada asustaba – ¿Querías encontrarte a ti? O ¿Querías encontrarte un nuevo amante?–
–respeta a tu esposa, que ella lo ha hecho contigo–
–vuelves a hablar y te juro que te tumbo esos dientes– estaba asustada al ver su reacción tan agresiva –que bueno que te diviertes en tu viaje, mientras mi padre agoniza–
–lo siento, ¿Pero qué haces aquí?– su aliento hacia sonidos raros al salir por su nariz
–supongo que debes sentirte muy mal ¿No Sebastián?, para que veas que génesis puede estar con el hombre que se le antoje– mire a Valeria y me aventé sobre ella caímos juntas en el pasillo, pensé que la habia matado
–eres una maldita perra, supongo que Nolan se sentirá muy bien cuando le cuente con la tipa que te besaste en el bar– me miro y trato de levantarse, pero para entonces ya tenía mis manos en su cuello
–ya basta– la tía de Valeria apareció con una gran escoba en su mano, y pensé justamente que me daría en la cabeza, pero no paso –escúchenme todos, ahora mismo se van de mi casa– mire su molestia y la entendía por un momento había olvidado que estaba en una casa que no era la mía, la señora comenzó a parlotear apenas y se le entendia
Trate de no entorpecer y tratar de meter mis cosas en la maleta, y salí de ahí mirando a Valeria de una manera desafiante, y tome a Sebastián de la mano
–nos largamos de aquí– me siguió sin ningún problema, sé que terminaría como los Simpson prohibiéndome la entrada de todos los países
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¿Cómo diablos te conocí? (Parte II)
RomanceHe escuchado muchas veces que la costumbre es más fuerte que el amor, y me parece algo insólito de creer que de alguna manera la simple costumbre, sea más fuerte que algo que dura años en crearse. Yo aún no puedo creer que me pasara, perder todo...