Capitulo XXII

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No quería ser visitada por nadie, que me dijera lo mal que estaba manejando las cosas, o lo bien que lo hacía, no quería una sola palabra al respecto, estaba contenta con mis decisiones.

–¿Podremos escoger el vestido de tu boda con papá juntas?–

–no me parece una buena idea– Lucia bajo la mirada bastante decepcionada – ¿sabías que no hay nada mejor, que tu hija te haga proposiciones tan perfectas?– dibujo una perfecta sonrisa en su rostro y comenzó a teclear en su tableta

–este sería perfecto, sencillo y hermoso como tú– paso un mechón detrás de mi oreja y acaricio mi mejilla

–me gusta pero crees que se me vería bien–

–no creo que no– no esperaba esa respuesta tan repentina así que trate de verme lo menos impactada posible –se te vería hermoso, sé que lo lucirías mucho mejor que la modelo que lo trae puesto–

Pasamos toda la mañana observando vestidos, de novias y sacando lo mejor y lo peor de ellos, dejando en una carpeta que Lucia llamo el vestido perfecto para mamá, ahí quedaron los más bellos que a ambas nos gustaban

–hola mi pequeño príncipe de chocolate– abrace a mi pequeño que aun llegaba en pijama al sofá, y tallaba sus ojos tropezando con todo lo que habia a su paso

–y para el rey de chocolate no hay beso–

–claro que para ti hay besos, pero de otros– comencé a darle besos en todo el rostro de Sebas

–¿Qué hacían aquí señoritas?–

–fuera de aquí papá, esto no lo puede ver tu–

–¿Por qué no puedo?, seguramente son hombres desnudos– la cara de Lucia era de total asco

–jamás vería un hombre desnudo, aun no logro comprender como el ser humano puede desnudarse en presencia de otros seres–

–bueno Lu...– mi tan exagerada tos, hizo callar a Sebastián y ante su explicación que sabía que no tendría ningún sentido

–creo que no debemos confundir a Lucia, es una niña aun pequeña y poco a poco le iremos contando pero nada de mentiras, solo tiempo al tiempo–

–no soy tan pequeña, puedo comprender las cosas, pero si ustedes quieren esperar adelante, luego no se quejen de ser abuelos a temprana edad– casi me pongo un guante de béisbol para atrapar los ojos de Sebastián y creo que era más que claro, que era el momento justo para hablar del tema y aun no sabía que era lo que tenía que decirle

Era muy distinto a que me acostara con su padre a diario a tener que explicarle los motivos del 'porque lo hacemos era hermoso darme cuenta de lo maravilloso que era criar a tus hijos y contarle tus experiencias, como lucia se daba cuenta ya de lo que era ser una señorita con responsabilidades, aunque aún era una niña ya estaba bastante vulnerable a lo que pasaba a su alrededor, es increíble como los tiempos cambian y cada vez las explicaciones se dan a más temprana edad

Fue una larga charla en la que Lucia no mostro una sola expresión de sorpresa, todo era en un su mayoría cosas conocidas, aunque sus expresiones de asco eran imborrables de su rostro, continuamos explicando y omitiendo algunas palabras algo vulgares de Sebastián, habia trabajado unos años de mi vida con esto, pero nunca me habia costado tanto mostrarle cosas nuevas

–¿Qué les parece si papa va por unos helados?– incluso yo sonreí me parecía una buena propuesta, y muy oportuna para la ocasión

Alice in the wontherland fue nuestra opción para tener una tarde en familia, Jena habia llegado arreglar unas cuantas cosas de los niños, todo estaba más que limpio y tranquilo, era una de las escenas más perfectas que Sebastián no dudo en pedir que capturara

–hasta mañana, espero que la pasen muy bien–

–perfecto Jena, no quieres que te dejemos en tu casa–

–no, hay alguien esperándome afuera– asentí, y la mire algo picara, logre sonrojarla y agitar mi mano en seña de despedida

–¿Esta Sebastián Wikinsl?– al escuchar esa voz me levante de inmediato –pero si vamos– Karina alzaba las palmas con una enorme sonrisa –son la familia más perfecta del mundo–

–¿Qué hace ella aquí?– lucia se levantó de inmediato dejando a un lado su vaso de helado, estaba furiosa

–tú eres niña que debería estar haciendo lindos dibujos para tu pequeño hermanito–

–solo tengo un hermano y es el que está aquí, y otro que estoy segura de que no le gustan los dibujitos ¡ridícula!–

–tu hermanito está dentro de mí, apuesto a que tus padres no te habían comentado nada–

–no sé si eres inadaptada o todos el arcoíris que traes en el cerebro no te dejan pensar, recuerdas que arruinaste una fiesta de compromiso, y yo estaba presente cuando gritaste a los cuatro vientos que estabas esperando un hijo de mi padre–

––Lucia este es un asunto de grandes, de personas mayores– Sebastián la alejo y estaba segura de que eso era motivo para que más se enojara

–podrá ser muy de ustedes, pero te recuerdo que esto me afecta a mí y a él también– levanto a Dariam por un brazo y lo dirigió a la habitación –y te recuerdo que ese niño no es, ni será nunca mi hermano–

–ahora dime que es lo que quieres– tomo a Karina del brazo y le di unas cuantas sacudidas –¿quieres dinero?, vamos habla pero que sea rápido para que te termines de largar–

–te quiero a ti– trato de acercarse, y mi sangre comenzó a hervir

–aléjate, no lo toques– mis brazos la arrojaron casi hasta caer

–no vuelvas a hacer eso porque pararas en la cárcel de nuevo como la maldita criminal que eres, y juro que yo me encargare de que no vuelvas a salir de ese infierno–

–te recomiendo que vayas agregando nuevas palabras a tu vocabulario, porque esas amenazas me la se de memoria y créeme que no hay nada peor que ver los comentarios de una inepta repetirse una y otra vez–

–largo Karina– Sebastián tomo ambas muñecas y termino por sacarla

Me abrace yo misma, frotando mis manos por mis brazos y coloque mi cabeza sobre la pared –ya no puedo con esto– me miro bastante decepcionado

–sé que prometí cosas, como hacerte feliz y que no las he cumplido– me abrazo fuerte y probablemente se habia dado cuenta de lo mucho que sufría con lo que pasaba

–no quiero que lo cumplas he sido feliz a tu lado después de todo, pero ya no quiero más cosas como esta, que me recuerden por qué las cosas terminaron– baje la mirada y el tomo mi barbilla y me dio un beso muy tierno

–no prometo hacerte la mujer más feliz del mundo, pero si la mujer más feliz que ha estado conmigo– sonreí y deje un beso sobre su mejilla

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¿Cómo diablos te conocí? (Parte II)Where stories live. Discover now