Capitulo XI

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Después de la conversación que había tenido con Sebastián estuve meditando en todo lo que pasaba y al día siguiente recibí una visita inesperada que me había hecho enojar como nunca

–¿Qué haces aquí?, eres tan sínica para estar aquí–

–si te lo quite antes, que te hace pensar que no lo puedo hacer ahora– se dio paso y entro a mi departamento

–no sé de qué hablas, ni tampoco te invite a pasar–

–estoy hablando de Sebastián y lo sabes perfectamente bien, que crees que me lo puedes quitar, estas demasiado mal como para creer eso–

–lárgate de aquí si no quieres que te saque por los pelos, y vas a despertar a mis hijos–

–a mí no me importan ni tus hijos, ni tu– empezó a gritar como loca y yo estaba llegando a mi limite –solo te diga que cada vez que mi osito se acueste contigo, vas a recordar la muchas veces que él y yo estuvimos juntos, las veces que me hizo amor, y no podrás dejar de pensar más que en las veces que pueda estar contigo y pueda estar en mi–

Estaba que me hervía la sangre y la tome por el cabello y la trate de sacar de mi casa, pero en vez de marcharse me dio una bofetada y mis manos estaban empuñadas y la tome por el cuello

–no me mataras ex convicta– sentía tanta rabia

–no lo sé, pero creme que en prisión se aprenden muchas cosas entre ellas matar– tome su cuello aún más fuerte

–ayúdame– dijo mirando tras de mí, y yo solo sentí cuando el fuerte impulso hacia atrás me hizo quedar sobre el pequeño sofá

Sebastián había llegado a defender a Karina y ella solo se hacia la victima de todo

–yo solo vine hacer las paces con ella y te lo juro que sin más me ataco– ella estaba alterada pero no como lo estaba cuando estábamos a solas

–eso no es así– la mirada de Sebastián me daba escalofríos –sácala de aquí ahora, sácala– Sebastián tomo del brazo y la llevo fuera del departamento pero volvió a entrar y cero la puerta

–así que en la cárcel se aprenden muchas cosas Génesis– se acercó un poco a mí y estaba decepcionado de mi era una mirada que penetraba muy dentro de mi

–estaba furiosa, tú no sabes lo que ella me dijo, solo trata de parecer la víctima y no lo es–

S tono de voz comenzó a subir y arrojo el pequeño asiento de madera haciendo un gran desastre –así que ya lo llevas en ti–

–¿Llevo en mi qué?– lo mire con las lágrimas ya sobre mis mejillas y solo guardo silencio –dilo–

–llevas dentro de las ganas de matar a las personas– mi corazón se rompió en muchos pedazos y me lance sobre él, lo golpee una y otra vez

–eres el juez más cruel de todos, tú no sabes las cosas que se viven ahí, tú no tienes ni la menor idea de las cosas que se pasan en ese lugar– estaba ahogada en mi propio llanto

–lo siento, pero–

–pero nada, lárgate de mi casa, no quiero verte más, hasta el día que tengamos que firmar el divorcio–

–Génesis no– el llanto que venia del pasillo interrumpió todo el drama

–ustedes se van divorciar, los odio a los dos, yo acepte esto porque prometieron que solo sería temporal– Lucía estaba furiosa

–mi amor por favor, ¿Desde cuándo estas ahí?–

–desde que esa mujer comenzó a gritar que te acordarías de ella cada que papá intentara hacerte el amor– Sebastián me miro arrepentido y solo puso sus manos sobre su cabeza

–mi amor esto lo hablaremos tu y yo, tu no nos odias eres muy pequeña para decir esa palabra tan grande–

Su padre trato de acercarse a ella, pero solo retrocedió –no me toques, todo esto es tu culpa–

–Lucía no, esto no es mi culpa, estos son problemas de grandes que tu aun n entiende–

–no soy tonta papá y sé que esto es tu culpa, porque te metiste con esa mujer y preferiste culpar a mi mamá y ella te hablaba con la verdad– Lucía Salió corriendo y se fue para su cuarto y ambos detrás de ella

–mi amor ábreme por favor–

–déjame sola, ustedes solo piensan en ustedes, no saben que mis hermanos y yo sufrimos– fue cuando Sebastián y yo nos miramos totalmente espantados

Intentamos dejarla sola pero silencio que nos penetro esas últimas palabras, nos había llenado de miedo a ambos

–¿Ella dijo hermanos?– asentí aun en silencio –es que yo no lo había notado–

–nadie lo había notado, sabía que tenía amigos imaginarios pero no que era su propio hermano–

–ella lo adoraba, aún más que a Dariam, él era su favorito, ¿Crees que necesite ayuda profesional?–

–no lo sé, pero hay que llevarla–

–entonces está dejando esa estúpida idea del divorcio–

–por ahora, tenemos que cuidar a Lucía sobre todas las cosas– estaba tan nerviosa por mi niña tenía miedo de que le estuviese afectando aún más de lo que nosotros que imaginábamos

Invite a Sebastián a cenar conmigo y realmente fue favorable extrañaba tanto charlar con el realmente me gustaba la idea de estar a su lado.

–así que ahora tienes nuevos amigos– le dio un sorbo a su jugo

–pues si tengo un amigo y salimos varias veces a tomar un café, y a platicar un poco– levanto ambas cejas y solo se quedó en silencio, sabía que le dolía pero a veces de alguna manera es placentero saber que sufre un poco de lo que yo –pero pues solo es para despejar mi mente–

–pues me alegra que ahora te andes despejando un poco, me voy– se respiraba en el aire su molestia, y sabía que tal vez lo estaba lastimando un poco mas

–Sebas espera, yo... lo siento, sé que tal vez esto duele, pero solo es tiempo para mí–

–dime quien es el tipo con el que sales–

–es solo un amigo, y solo está interesado en una amistad conmigo– el solo asintió y beso mi frente mientras caminaba hacia la puerta

–dile a Lucía que la amo y dale un beso a Dariam también dile que lo amo–

Solo lo mire irse y sabía que estaba lastimado, que le estaba pegando justo en el orgullo, y que lo conocía tan bien que sabía que estaba mil veces arrepentido de lo que había pasado, pero sabía que nada de lo que hiciera iba a suplir la satisfacción de que sintiera lo mismo que yo había sentido

Precisamente mañana tengo una cita con Jean, salir con el me despeja mucho y me siento bien, realmente es lindo y sexi, pero ni siquiera puedo dejar de pensar en Sebas, él está presente en mi mente y aun no podía entender cómo era posible que el mantuviera una relación con esa mujer, si yo no podía aun ni siquiera insinuarle algo a Jean. Trato de ser condescendiente con él, porque quise evitarle el mal momento de decirle que con quien salía era su querido director escolar al que tanto detestaba

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¿Cómo diablos te conocí? (Parte II)Where stories live. Discover now