Capitulo XXIX

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Todo se había vuelto una sorpresa con una familia a la que no conocía y era obvio que tenía que existir una familia, estaba molesta porque no tenía ni la más mínima idea de que fueran tan agradables, y Lucia no paraba de hablar de sus tías favoritas y de lo parecidas que eran en sus gustos, y yo aún no dejaba de pensar en lo agradable que era el Bernardo, sin embargo aún no entendía cómo es que Sebastián no había instado a la mayoría de su familia a nuestra boda, no fue tan grande pero si lo suficiente para que asistieran esas personas que se habían hecho los más agradables de la familia o más bien delas personas cercanas a Sebastián

–supongo que a esta ceremonia si los podremos invitar–

–supongo que si– lo mire un poco fuera de sí, como si le diera lo mismo que asistieran o no

–¿Qué es lo que pasa?– se sacó su camisa y me miro un tanto confundido

–simplemente ellos no fueron los más convencidos en que yo me casara con alguien que no fuera Karina ¿Contenta?, no les agradabas y ahora pues es obvio que no tienen ninguna alternativa–

–entiendo– me gire y trate de marcharme

–no quiero que me veas como una mala persona, pero tú eres algo demasiado valioso para mí y lo que te rodea a ti me afecta a grande escalas a mí, si tú eres feliz, yo soy feliz, pero si tu estas triste ya te imaginaras así que no pienses que lo hago porque soy una mala persona–

–jamás he creído que lo seas, pero es hora de olvidar y tratar de perdonar y que olvidemos el daño que nos hicieron, además no es tan malo–

–me encanta cuando me sermoneas– rodeo mi cintura con sus brazos y dejo un suave beso en mi frente

–Es que soy muy brillante cariño, y a veces eso sale a la luz– comenzó a reír a carcajadas – ¿Acaso no crees que tienes una esposa brillante?–

–Si claro, pero no se es gracioso–

–Soy tan brillante que engañe a Wikinsl solo con el poder de Facebook–

– ¡Ja! Sobre eso, jamás me engañaste mi amor siempre supe que eras tú–

– ¿Así?– levante la ceja y me cruce de brazos con una enorme sonrisa de burla

–Obvio sabía que tú eras el amor– sus gestos para no quedar como tonto me daban tanta gracias

En ese momento me di cuenta porque lo amaba era evidente que muchas veces me sentirá caer pero jamás iba a soltarme

Valeria estaba un poco reanimada pero nada era igual, tenía un constante silencio y estaba totalmente atrapada en su trabajo, tanto que Fred tenía más de una semana que dándose en casa, después de traerlo de la escuela, llegaba a casa y se volvía marchar a su trabajo.

Llamada

–Hola Génesis–

–oh por dios te habías perdido, estuve llamando a casa pero no respondías–

–comencé a trabajar aquí, pero solo será por una semana más si no vuelvo a Liverpool perderé el trabajo–

–Nolan será mejor que vuelvas, sé que todo se puede arreglar incluso Flora está marchándose ya en par de días más se va–

–No voy a ocupar el lugar de esa estúpida–

–lo sé pero sabes que Valeria te ama solo a ti–

Sentí el ardor que había dejado mi pendiente después de que el teléfono me fuera arrebatado por la misma Valeria

–Dime donde estas, no entiendo porque te fuiste sin ni siquiera hablar conmigo–

–Valeria cálmate y devuélveme el teléfono por favor– me empujo con todas sus fuerzas aun tratando de que Nolan respondiera pero lo único que logro fue que ella terminara la llamada.

Agradecí mil veces porque mi sofá sostuvo el impacto de mi teléfono celular, se me fue encima con todas sus ganas

–Eres una traidora– gritaba sobre mi rostro –dime dónde demonios esta Nolan–

–mamá basta ya déjala– Fred la miro furioso y ella aún más le grito que no se metiera en esto –me importa mucho lo que pasa pero estoy harto de que solo actúes por impulso– el pequeño corrió, ni siquiera la puerta terminaba de cerrarse cuando él ya estaba cruzando la puerta

Valeria se fue tras de él, y por dentro sentía la responsabilidad de que algo malo le pudiera pasar al pequeño, pero no, esto no era solo mi culpa yo solo le preste ayuda como se la hubiese prestado cualquier amigo

Me fui tras ellos y aun no lograba encontrarlos se habían perdido en una curva el niño sí que era veloz, Vale lo alcanzo y lo abrazo tan fuerte como pudo pidiendo disculpas

–Yo... yo lo siento, pero solo trataba de ayudarla, estaba tan mal y tan decidida a marcharse que no me quedo otra opción–

–ahora ayúdame a mí y dime donde esta–

Trate explicarme ante los oídos sordos de Valeria, mientras hacia sus maletas para viajar a Vancouver, le habían confirmado que no había vuelos por la tormenta que se había desatado en su próximo destino, sin embargo decidió dejarme e Fred y terminar por marcharse

–Sabes que no hay vuelos aun, no tiene caso que te vayas–

–Si se trata de ella estaré ahí toda mi vida hasta que llegue a donde esta okey– la mire sorprendida e ilusionada por encontrarse de nuevo con ella

Se fue y yo solo pedía que pronto saliera de aquí para que ya la alcanzara y pudiesen arreglarlo todo.

¿Cómo diablos te conocí? (Parte II)Where stories live. Discover now