Capitulo XXXIV

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Los días se habían ido volando, y ya estaba todo listo para nuestra boda solo un día nos separaban de tan anhelado momento, mi querido Gabriel había sido enterado de todo lo ocurrido, y afortunadamente lo único que hacía era apoyarme y consentirme todos los días

Sebastián estaba tan nervioso los últimos días por su traje que solo andaba de tienda en tienda con un par de compañeros de trabajo, y Lucia, que le hacia la vida imposible, diciendo que ningún traje estaba apropiado para la ocasión

–siento que cada día que pasa te amo más– Sebastián se acercó con Dariam y Lucia, hasta el jardín donde seria nuestra resección estábamos llevando las cosas más estorbosas a la pequeña cocina que estaba cerca del jardín

–Yo aún más cariño, bueno los amo a los tres, ustedes son mi vida– Dariam extendió su mano y me entrego un sobre ¿Qué es esto?– sonreí y detrás decía nuestra mejor luna de miel, cundo lo abrí pensé encontrarme fotos, pero eran un par de boletos con destino a Francia

–esto realmente es maravilloso– cubrí mi rostro y comencé a llorar –eres lo mejor que me ha podido pasar en la vida Sebastián

–y como siempre nosotros nos quedaremos con los abuelos para que mama y papa se diviertan y se olviden de que tienen hijos– Lucia hacia pucheros –yo también quiero conocer Paris–

Sebastián alboroto su cabello –cuando te cases me encargare de que tu esposo te lleve– se sonrieron como si eso fuese a pasar mañana

Toda la casa estaba hecha un desastre parte de la familia Wikinsl se había quedado con nosotros, y aunque todo estaba bien no podía evitar pensar que extrañaría mucho estar al lado de Valeria y Nolan, aunque estuve hablando con Nolan y me aseguro que estarían ahí, me parece demasiado lejano que se presenten.

–¿sabes que sería un pecado?– Sebastián me llevo hasta nuestra recamara

–¿Qué?– me tomo por la cintura y dejo un ligero rose de sus labios en mi cuello

–hacer el amor toda esta noche, y que mañana entraras a la iglesia vestida de blanco, creo que eso si es un enorme pecado– sonrió de una manera traviesa y excitante, que no paramos hasta llegar a la cama.

De alguna manera eran las once de la mañana y aún seguía atrapada en las piernas de Sebastián, totalmente desnudos, faltaban solo tres horas para estar en la iglesia

–muchas gracias– salí de la habitación directamente a bañarme –creo que si no llamas a la puerta seguiría tumbada en la cama– le dije a Helen mientras sacaba el vestido

–te ves hermosa Génesis, sé que eres la persona correcta para mi Sebastián–

–gracias Helen tú también te ves increíble–

–sé que no me he comportado como tal, pero en este momento Susan sería una madre muy orgullosa de su hija de todo lo que ha logrado–

–no deberías hacerme llorar Helen, de verdad te lo agradezco– le di un abrazo fuerte pensando en mis padres en esos tres ángeles que estarían siempre en mi corazón.

Mientras caminaba hacia el altar del brazo de Gabriel, me sentía feliz y triste a la vez porque esta vez no fue mi padre el que me entrego al brazo del hombre al que amo

– ¿Cómo te sientes?– mire a Gabriel se veía fabuloso en su traje, era de los chicos del que cualquier mujer se preguntaría por qué su homosexualidad

–estoy feliz, y porque tu estas aquí aún más, me siento orgullosa de que las personas que me aman estén aquí, y las que no me miren desde el cielo–

–no llores te vez hermosa como para que ahora se riegue tu maquillaje– le sonreí y me entrego a Sebastián

–Hola– le dije en voz baja –sabes que esto es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida–

–Lo sé, porque igual lo es para mí– lo mire satisfecha y le sonreí ampliamente –odio las misas, si no es porque me estoy casando con la mujer más bella saldría corriendo de aquí– trate de tapar mi boca para que la carcajada no se escapara

El sacerdote estaba dando la misa y me sentía plena maravillosa, volteaba y veía a mí alrededor a todas esas personas que me amaban, les sonreí plenamente, regrese la mirada a Sebastián que me tomaba de la mano para decirme una vez más los votos

–que te puedo decir que ya no sepas, eres parte de mi tenemos grabado en la piel esa maravillosa forma de amarnos, pueden pasar millones de años, pero siempre te escogería a ti, simplemente porque eres lo que no conocía y que tú me enseñaste a descubrir, tengo de ti lo mejor, y tienes de mi absolutamente todo, aunque te marches mil veces más, mil veces más te vuelvo a buscar, para tomar mi guitarra tocarte una canción, mientras tu bella voz la acompaña, sabes que siempre estaré agradecido con la vida por estar aquí a tu lado por darme y quitarme cada cosa que tengo siempre y cuando sea para estar contigo– no podía evitar llorar y no me importaba que la poco pintura que llevaba en rostro se escurriera

–una vez te prometí que estaría contigo para siempre, que te llevaba en el alma y que eras lo más valioso de mi vida, y aun lo puedo seguir sosteniendo, me diste tres hermosos hijos, una vida plena llena de personas a las que amo, me diste una nueva oportunidad de vivir, quiero que sepas que de ahora en adelante te llevare en el alma pase lo que pase, eres mi razón de vivir y cada que estoy lejos de ti en lo único que puedo pensar es en lo mucho que te amo, ya una vez hicimos los votos y prometimos cosas que jamás pensaríamos en cumplir, aunque me he separado de ti para lograr encontrarme a mí misma, me di cuenta que la única forma de estar bien conmigo es estando bien contigo, nunca olvides que te amo, que la fuerza de este amor nadie lo rompe, solo dios y aunque así fuera siempre volveré para volvernos a encontrar–

Nos aceptamos mutuamente y nos dimos de nuevo un beso para sellar lo más grande que teníamos en esos momentos nuestro amor

–Por tu culpa perdí a mi hijo, y te lo advertí, si no eres mío tampoco de ella– para cuando había volteado el disparo había impactado ya en mi pecho

Vi a todos acercarse de manera, y me vi en los brazos de Sebastián mientras caía y miraba mi hermoso vestido llenarse de sangre, el dolor era inmenso pero de alguna manera sabía que pronto se iría, Sebastián entre gritos trataba de alejar a todos de mi lado para que el aire me fuese suficiente, pero era demasiado tarde ya era demasiado difícil respirar, tenía demasiadas cosas que decir, escuchaba los gritos de mis dos pequeños y vi a Valeria llorar y acercarse a mí de manera agobiante, lo vi a él tocando mi pecho como si de alguna manera su mano parara la sangre que corría de mi pecho, Gabriel llamaba la ambulancia fueron segundos que se hacían en cámara lenta

–te amo– lo mire tan apuesto y guapo como lo vi desde el primer día de preparatoria, acerco su oído a mis labios para escuchar mis silenciosas palabras, que de mi surgían a gritos –nunca me olvides– un susurro que apenas podía escapar, las palabras dolían demasiado pero tenía que demostrarle lo que sentía para que no sufriera más por mí –siempre recuerda que yo te amo, en todas y cada una de las maneras que te conocí, te amo– las voces se hicieron lejanas se convirtieron en ecos, ya mis labios no podían abrirse, pero yo quería gritar y decir yantas cosas que aún quedaban pendientes

Sentía que mi cuerpo se iba, pero mi alma estaba ahí viendo a cada una de las personas que amaban lloraban por mí en esos instantes, los para médicos llegaron, y me subieron a la camilla, le di una última mirada a ese hombre que había dado tantas alegrías a mi Gabriel, a mi hermana del alma que era casi idéntica a mí, a mis hijos los dueños de mi vida y al amor de mi vida el hombre que dejo huella en cada rose, en cada palabra, podía sentir la presión de aquella corriente eléctrica que ejercían los aparatos que trataban de volverme los latidos de mi corazón, pero ya mis ojos y mi alma se perdían en la eterna obscuridad, mi cuerpo se debilito y llevaba solo un pensamiento Sebastián Wikinsl mi güero y una hermosa guitarra, la oscuridad y el silencio se hicieron presentes, para borrar cualquier imagen que estuviese presente.

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¿Cómo diablos te conocí? (Parte II)Where stories live. Discover now