Capítulo 1

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Cuando éramos pequeños nuestro sueño era crecer y convertirnos en maestros, o un astronauta, el presidente o un cantante y bailarina. Pero muy pocas veces pensamos en una persona, esa con la cual terminarás casada/o y formar una familia.

Cuando crecemos y somos adolescentes buscamos a un/a chico/a que nos hace felices y el cual creemos que sería el/la madre o padre de nuestros hijos. Nos encargamos de lucir mejor, arreglarnos o ejercitarnos para llamar la atencion.

Pero cuando se es adulto nuestros pensamientos cambian por completo, porque nuestras preocupaciones son otras, ya no nos encargamos de lucir mejor, porque en este punto se supone que encontramos a la persona correcta. Con la que es seguro que te quedarás para siempre, existen discusiones y otros asuntos difíciles, el lugar donde vivirán como se repartirán los gastos en la vivienda.

¿Quien cuidara a los hijos? O en este caso ¿Pensamos tener hijos? Porque son una parte fundamental de la vida en un matrimonio feliz.

Y es aquí donde comienza el problema, porque la sociedad está tan cerrada en que los seres humanos nacemos para una sola cosa; la reproducción. Que cada mujer tiene a su hombre, el fin del ser humano es crear vida y seguir la cadena. Pero ¿es realmente ese el punto de nacer? Procrear y después morir, no tiene sentido, no disfrutarías de la vida y sus desafíos constantes, no te divertirías si el único fin es reproducirse y después morir.

El amor viene de todos las formas y géneros, ahora es normal ver a un chico tomado de la mano con otro chico, una chica que besa a su novia en el parque. Porque se aman, porque disfrutan de su compañía y de divierten, no es feminismo decir que un hombre es un inutil o que sólo piensan en llevarte a la cama y cogerte.

Eso no es feminismo, es pensar con realidad, por las experiencias vividas, por los tratos de las personas que alguna ves estuvieron contigo. Por la costumbre, las ideas que tu padre dejo en mente cuando maltrataba a tu madre, o cuando en la escuela el típico chico quería que todas estuvieran a sus pies, o el hombre que cree que las mujeres sólo existimos para limpiar la casa.

Eso es estupido, pero más estupido es pensar que una mujer no se puede casar con otra mujer porque es inhumano, una aberración o un atentado contra las reglas de Dios.

Pero a Lauren y Camila no les importaba lo que decían los demás, lo que dijera la iglesia o la sociedad, ellas estaban casadas y disfrutaban de sus momentos estando juntas. Ahora era más importante los pequeños que venían en camino, eso más que nada les alegraba, cuando nacieran se iba a sentir la mujer más feliz del mundo, dos pequeños en camino significaba doble diversión.

Jugar con ellos todo el tiempo, verlos crecer y hablar, vivir los momentos cuando dieran sus primeros pasos o dijeran sus primeras palabras.

Pero no todo es color de rosa en la vida de ambas, no todo es sol, luz y colores, porque existe la noche, oscuridad y los colores opacos.

Ahora la pareja de dirigía a su pequeño departamento, el que habían rentado un par de años atrás. El cual pensaron que sería adecuado, claro antes de que fueran a tener dos bebés.

-¿No crees que sería bueno rentar en otro departamento?.-pregunto la ojiverde deteniendo el auto en una luz roja.

-Pero aún tenemos espacio Lern, está la habitación que usamos para las cajas y demás cosas. Sabes que no ganamos mucho como para rentar en otro lugar.-cuestiono la castaña enlazando la mano con su esposa.

-Si pero es que no me convence, la habitación no es muy grande para ambos. Y no tendrían privacidad, son un niño y una niña, y yo quiero ponerles un lugar donde puedan jugar.-hizo un leve puchero que su esposa no pudo contener a besar.

«Nuestro Pequeño Secreto»[2da Tem. La Nerd]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora