«Nuestro Pequeño Secreto»[2da Tem. La Nerd]

Capítulo 18

no me maten.

6 años después...

Metió la llave en la cerradura de su apartamento y abrió la puerta para que Rosalie pudiera entrar. Dejó la mochila de su hija a un lado del sofá y sus llaves en el pequeño cuenco junto a la puerta; cerca de los abrigos.

— Hey, monita.— llamó a su hija.—  ¿Recuerdas a la tía Mani y a la tía Dinah?.— pregunto desde la cocina. Preparado algo de comer par ambas.

Rosalie bajo con lentitud las escaleras, después de subir a cambiarse y bajar su libro de dibujos. Recordando que no debía esforzarse mucho o se lastimaria.

— Sip.— asintió subiendo a su pequeño banco para la mesa.— Pero no soy una monita. Ellos viven en los..

— Bosques, lo sé. Pero eres mi monita.— sonrió ampliamente.— En fin, ellas vendrán para Navidad. ¿Que te parece?.— pregunto girándose y dejando un poco de miel en su nariz.

– Mamá.– reclamo frunciendo el ceño. Quito la miel con una servilleta y Lauren beso su frente.– Ya quiero verlas. También a Ollie.

– Lo sé, por eso la tía Mani pidió unas vacaciones para que se queden aquí un tiempo.– dejo los hot-cakes frente a su hija.

Para que puedan seguir con la lectura y entender cosas confusas, Rosalie tiene Asperger. Fue diagnosticado a los 4 años, los doctores creían que podría ser Autismo, pero Francis -el viejo amigo de Lauren- la recomendó con un buen doctor.

Pero también él fue el encargado de los trasplantes de corazon de Rosalie. ¿Recuerdan cuando nació? Su pequeño y débil corazón había resistido, pero a los dos años tuvo un problema y tuvo que tener su primer trasplante.

Y como yo no soy una maldita, necesitan saber que Camila no se hizo cargo de ella en ese momento. Pues ella misma le había dado la custodia total de Rosalie a Lauren un año después de que nació. Sin embargo Lauren no entendió el porqué.

Y sigue sin saberlo.

Pero eso no le impidió seguir adelante con su hija. Ayudarla y apoyarla en todo momento como una madre debe hacerlo. Gracias también a la ayuda de sus amigas y el señor; oh tan amado Francis Lefier. Era como un padre para Lauren. Lo es.

– Tengo trabajo que hacer en unas horas. ¿Está bien si Halsey se queda contigo?.– pregunto, tocando el mentón de Rosalie para que pudiera mirarla. Odiaba interrumpirla mientras ella coloreaba y dibujaba, Rosalie tenia pequeños ataques de ansiedad si algo no estaba correcto.

– P-pero...m-mamá.– bajo su lápiz de color azul y bajo la cabeza.

– Lo siento monita, pero tenia que hacerlo para que escucharas. ¿Esta bien?.– con su mano derecha, apretó débilmente las dos manitas de su hija. Sintiendo como éstas dejaban de temblar levemente.– Halsey vendrá en cualquier momento. Pero ella ya sabe que hacer. ¿Si?. Tiene una lista de tu comida y también de los medicamentos.

– ¿S-segura?.– pregunto frunciendo su ceño.

– Completamente.– le mostró una sonrisa sincera.– Pero si algo está mal, sólo tienes que decírselo. ¿Esta bien? Debes decírselo, cariño. Para que no te duela aquí.– señalo a su propio pecho.

La razón por la que Lauren podía hacer que su hija con asperger lograra hacer algunas cosas y entender otras, era por el tiempo que pasó hablando con Carl, el psicólogo. De esta manera comprendiendo lo que su hija tenia y saber que hacer en diferentes situaciones.

Pero sobre todo, agradecía infinitamente la generosa ayuda de Halsey, que ya era una experta en el tema. Ella había lidiado con su hermano menor hace un tiempo.