Lauren manejaba el auto que le había regalado el hombre viejo, sus dedos tamborileaban en el volante.
Aparcó afuera de la casa, por suerte las grandes puertas negras se abrieron dejándola pasar con el auto, se estaciono frente a la casa.— Bienvenida Lauren.— un sonriente Francis abrió la gran puerta, con un niño pequeño, que Lauren calculaba de cuatro años, estaba enganchado en su brazo mientras una pequeña estaba en su pierna, riendo escandalosamente.
— Creo que fue buen momento.— dijo riendo, el hombre se hizo a un lado para dejarla entrar.
— Mis nietos, él es Vincent y ella es Valentina.— dijo él hombre señalando a los pequeños.
— Son muy....Adorables.— una sonrisa se formo en su rostro mientras admiraba a los pequeños, tan risueños y como una bomba de tiempo.
Se pregunto si así serian sus bebés, sus hijos, si así se comportarían con ella y su esposa. Y tendrían que perseguirlos por toda la casa o jugarían con ellos todo el tiempo. A ella no le importaría eso, lo haría con gusto y a cualquier hora.
— ¿Como está Camila?.— pregunto el hombre cuando la ojiverde no hablo.
— Bien....ella esta bien. Faltan dos meses y la ha llevado con calma, hace unos días.....ellos se movieron.— una sonrisa nostálgica nació en ella.— Dijo que se sintió increíble y que no cambiaría la sensación por ninguna otra.
— ¿Como te sentiste tu?.— y fue ahí donde el corazón de Lauren otra ves se achico.
— Bien.— mintió, carraspeo y miro a otro lado.
— De acuerdo....y ahora dime la verdad.— el hombre sonrió de lado.
— Yo no, no lo sentí.— negó con voz débil.— Su-su amiga estaba ahí y yo no.....— estaba a nada de quebrarse justo ahí, pero la voz de una mujer joven se escucho del otro lado de la mansión, llamando a los niños.
Éstos se fueron rápidamente dejando solos a la ojiverde y el hombre mayor.
— Siento mucho escuchar eso, pero estoy seguro de que a Camila le habría encantado que estuvieras ahí.— la consoló con una mano en su espalda.
— Seguro.— asintió suspirando y rascando su cuello.— Pero no vine para visitarlo, sin ofender claro.— aclaro veloz.— Es algo muy importante y realmente necesito su ayuda.
— Claro, vamos a mi oficina y me dices todo.— el hombre se puso de pie y la ojiverde lo siguió.
*
- Lo siento Chee, pero Lauren no me dijo nada y ahora esta en New York.
- Esa cara de orto. Cuando vuelva iré a patear su blanco trasero, pero de todas maneras se cancelo, Mani tuvo una llamada de emergencia.
- En serio lo lamento Chee, si quieres puedo ir yo para que salgan y-
- No Chancho, no puedes venir tu sola con una panza de siete meses,otro dia sera.
Siguieron hablando y hablando de muchas cosas, Dinah menciono sobre la visita de Lauren imprevista. Y Camila le contó sobre lo sensible que se sentía estando Lauren en otro lugar, la necesitaba. Necesitaba las palabras bonitas y dulces de su esposa y esos cumplidos que recibía sobre que no estaba gorda, que parecía una linda bolita risueña.
— Gracias Ally.— recibió el café que le tendía la chica.
— No hay de que, Troy esta con Mateo en su día de padre e hijo.— dijo riendo suave. El padre se divertía mucho con su pequeño, eran tan parecidos.
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«Nuestro Pequeño Secreto»[2da Tem. La Nerd]
FanfictionNos pasamos la mayoría del tiempo y nuestra etapa adulta preguntándonos con quien terminaríamos casados. Tal ves con la persona más rica del mundo, o una súper modelo, un actor o cantante. Pero al final del día no importa lo que sea, mientras sea e...