Capítulo 22

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Wassila

Llegamos al centro comercial y nos bajamos del coche. Paseamos por todo el centro comercial y lo único que me compré fueron unos pantalones negros, una camisa color melocotón, unas bailarinas negras y un pañuelo negro. Sí, me gusta vestir de negro ¿Algún problema?

Me adentré en el baño y me vestí con mi nuevo atuendo. Al salir no vi a Youssef. Lo busqué pero ni rastro de él. Me arrastré a mí y a la bolsa en donde se encontraban los tacones y el vestido junto al pañuelo plateado hasta la puerta.

Miré a todos lados y lo vi en la esquina del edificio, estaba de espaldas. Avancé para acercarme a él. Cuando estaba a medio camino vi el rostro de Amir. Retrocedí, pero ya era tarde, él me había visto.

Empecé a correr, aun no estaba preparada para enfrentarme a él después de haberle abandonado delante de su familia y la mía. Desafortunadamente, unos segundos después me alcanzó.

-¿Dónde te crees que vas?-preguntó Amir cogiéndome del brazo con fuerza.

-¡Suéltame que me haces daño!-el seguía cogiéndome del brazo sin importarle que me doliera. ¿En serio iba a casarme con él?

-Suéltala.-gruñó Youssef empujándolo lejos de mí.

Youssef me cogió del antebrazo como hace siempre pero esta vez con más delicadeza y me puso detrás de él.

-¡Tienes suerte de estar en un sitio público, porque si no..!-exclamó enfadado.

-Pírate y no vuelvas si no quieres acabar mal.-advirtió Youssef.

-Vosotros seréis los que acabareis mal. Tú padre te esta buscando hermosa y la verdad es que estoy deseando ver lo que pasará cuando te encuentre. Tú vas a ser mía pase lo que pase.-se dirigió a mí con odio.

-¡Vete!-gritó Youssef y Amir se fue hacia su coche sonriente y segundos después desapareció por la carretera.

Antes de cometer esta locura no había pensado en las consecuencias, pero ahora me pongo a pensar en mis padres cabreados y me dan escalofríos.

-Tengo que volver a casa.-le dije a Youssef.

-No, ni hablar.-se negó.

-Si no vuelvo ahora esto empeorará.

-Escapémonos.-dijo de la nada.

-¡Claro que no, quizás tu puedas vivir sin tu familia pero a mí me es imposible!

-No me dejarán verte jamás.-siseó llevándose las manos a la cabeza.

-Encontraremos una manera de salir de este problema, te lo prometo. Ahora tengo que volver.

Asintió no muy convencido, nos adentramos de nuevo en su coche dirigiéndonos a mi casa.

(...)

Aparcó un par de manzanas antes de mi casa. Se inclinó hacia mí y me beso.

-Si pasa algo llámame.-me pidió.

-Lo haré.

Me bajé y caminé hasta mi casa intentando no caerme del miedo que tenía.

Vi a Youssef arrancar justo cuando llegué delante de la puerta. Toqué el timbre. Mi madre abrió la puerta y con los ojos como platos me abrazó. Se alejó un poco de mí soltándome y me invitó a entrar, así lo hice.

Se puso delante de mí y me miró durante unos largos segundos. Y para mi sorpresa me golpeó con todas sus fuerzas en la mejilla haciendo que mi cara gire.

-¡Te hemos preguntado si querías casarte con él y dijiste que sí!-gritó mientras las lágrimas salían de mis ojos sin permiso.-¡¿Dime qué cambió?!

Mi padre y mis hermanos aparecieron detrás de ella. Mi padre levantó la mano a punto de pegarme pero mi hermano Moha le cogió del brazo antes de que pudiera recibir otro golpe. Mi padre empujó a mi hermano y este calló al suelo. Sentí como la sangre se me subía al cerebro.

-¿Que qué cambió?-gruñí.-¡Que el hombre que elegiste para mí estaba a punto de joderme la vida! A que te apuestas que lo que te cegó fue su dinero ¿Eh? Desde un principio yo te dije que no lo quería pero tú insististe ¿Por qué tenía dinero? Esto no me lo esperaba de ti.-grité dirigiéndome a mi madre.

-¡Cállate!-me devolvió el grito.-¡Si yo lo elegí fue porque era de tu inconveniencia!

-¡No me importa! ¡No le quiero y punto!

-Vas a casarte con él aunque sea lo último que hagas.-escupió mi padre interrumpiendo la discusión.

-Ni hablar.-siseé.

-Claro que sí, no nos vas a humillar así.

-¡Papá! ¡Soy tu hija!-exclamé al borde del llanto.

-Ya no.-dijo calmado.

-¿Ya no? Ahora que lo pienso nunca me trataste como tu hija.-solté.

-Iros de aquí.-ordenó mi padre a mis hermanos.

Sin protestar hicieron caso, incluso Amine.

Mi padre se acercó a mí.

-Tu hermana Amira se casó con el hombre que ella quería porque ella lo eligió desde el principio. A ti te dimos la misma opción y decidiste lo que quería, ¿Ahora por qué echarse atrás?

-No me voy a casar con él.-respondí sin más.

-Con él tendrás todo lo que tú quieras, solo pide y lo tendrás.

-Así que de eso se trata, de dinero.

-No, se trata de la felicidad que te dará ese dinero, solo quiero lo mejor para ti.

-Primero, el dinero no trae la felicidad. Segundo, no podría ser feliz con un tío como él y hoy lo confirmé. Tercero, nunca quisiste lo mejor para mí. Y cuarto, quiero casarme con Youssef.-informé y soltó una carcajada.

-¿Con Youssef? ¿El muchacho con el que te escapaste?

-Yo no me escapé.

-Mírame bien.-me tocó la barbilla haciendo que le mire.-Basta de juegos, dije que te vas a casar con Amir, entonces te vas a casar con Amir quieras o no. Dentro de tres meses, es decir, en junio es tu boda, felicidades.

Al acabar de pronunciar esas palabras se acercó a la puerta de la entrada y la cerró con llave.

-De aquí no sales a menos que sea conmigo o con tu madre.-ordenó y asentí.-¡Dame el móvil y vete a tu habitación!

Saqué el móvil ya que no tenía otra alternativa y me fui hacia mi habitación. Cuando llegué me eché encima de la cama y empecé a llorar. ¿En qué me había metido yo? Sea lo que sea me costará salir de ello.

.................................

¡De momento este es el capítulo más largo de toda la novela!

¡Wassila está empezando a descubrir las verdaderas caras de la gente que la rodea!

¡Pensábamos que por fin nos habíamos librado de Amir pero este tío está en todas partes y se me está empezando a hacer insoportable!

¡Espero que os guste!

¡Buenas noches, florindas!

Instagram: wassilahaddadi

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