Capítulo 2

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Wassila

Cuando ya ha probado todos los pasteles de mis compañeras se dirigió a mí.

-Salam de nuevo.-me saludó.

-Wa'Alaikom Salam.-le devolví el saludo con educación.

Cogió el tenedor que le había preparado yo antes y probó un trozo pequeño del maravilloso pastel que había preparado. Sí, ya se que me estoy alagando a mi misma, pero de tan solo ver su cara de sorpresa al pasarse mi obra de arte por la garganta es para irme a MasterChef.

-No esta mal.-dijo como si nada.

-¿No esta mal?-le dije incrédula-¿Qué no esta mal?-le volví a repetir.

Se rió y se fue por donde vino. Espero no volver a verlo en lo que me quede de vida.

La profesora puntuó mi trabajo antes de la hora de salida.

Una vez estuve en casa saludé a mi familia antes de irme a mi habitación para cambiarme.

Mi familia esta compuesta por siete personas, es decir, mis hermanas Wissam de 14 años y Amira de 22 años, mis hermanos Mohammed de 15 años y Amine de 20 años, y mis padres Alí de 46 años y Rahma de 42 años.

Los veo muy poco, porque por las mañanas voy en clases de cocina y por las tardes estoy trabajando en el restaurante árabe de comida rápida.

Cuando acabé de ponerme el uniforme del trabajo; una camiseta larga blanca con mangas y unos vaqueros negros junto a un hijab negro, salí y me despedí de mi familia. 

(...)

Mientras estaba tomando nota de lo que la gente quería comer, me llamó el subjefe y me dijo que me vaya a su despacho con los demás empleados.

Una vez crucé la puerta, vi a esos ojos grises mirándome fijamente sorprendidos, de la misma manera que los miraba yo.

Me senté junto a mi compañera y amiga Samira.

-Hola chicos.-empezó.-Yo soy el jefe de este restaurante y de muchos más de este barrio. Vengo hoy a revisar como es el trabajo aquí, y espero no llevarme un disgusto.-dijo serio.-¿Entendido?

-Entendido.-dijeron mis compañeros pero yo me quedé callada.

-¿Y usted? ¿Lo entendió?-me dijo con la mirada dura.

-Sí...-susurré.

-¿Qué dijo?-preguntó el bastardo este.

-Sí.-dije más alto y en tono frío.

-Me alegro, pero ahora hay que trabajar, así que arriba.-nos levantamos todos y volvimos a nuestro trabajo.

El jefe Ben Barek como me dijeron que se apellidaba, estaba mirando como trabajábamos todos sin quitarnos los ojos de encima. Yo me ponía nerviosa porque era a la que más miraba.

Me puse tan nerviosa que cuando iba llevando la bandeja a la mesa cuatro me tropecé con mis propios pies y caí tirando todo lo que había dentro de la bandeja.

Ben Barek se acercó y me ayudó a levantarme.

-¿Estás bien?-preguntó.

-Sí...-susurré y con las miradas fijas en mí, cabizbaja y con las mejillas como las de un tomate me fui al baño.

-¡Wassila!-gritó Samira pero yo no me giré y ordené a mis pies que aceleraran.

¡¿Por qué soy tan torpe?!

Después de relajarme, el subjefe me dijo que el jefe quería hablar conmigo.

Estaba temblando, mi familia no esta tan bien económicamente, así que me puse a rezar para que no me despida.

Entré al despacho, y ahí estaba, sentado encima del escritorio, esperándome.

-Siéntese.-me ordenó.

Me senté y estuvimos unos segundos en silencio mientras él revisaba unos papeles.

Instagram: wassilahaddadi

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