Capítulo 23

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Wassila

Los días siguientes fueron un infierno. No me dejaban salir, estaban todo el día vigilándome y lo único que me dejaban hacer era comer y ir al baño, no tenía nada más permitido. Era peor que estar encerrada en una cárcel.

-¡Wassila! ¡Baja a comer si no quieres que venga y lo haga yo mismo!-gritó mi padre des del comedor.

Sabiendo que no tenía otra opción bajé. Llegué a la cocina y me encontré con lo que menos quería.

-¡Hola, mi querida Wassila!-exclamó Amir exageradamente al verme entrar.

Mis hermanos no se les veía nada contentos con su presencia ya que le miraban con mala cara. Me acerqué a Amine y como de costumbre me senté a su lado.

-¿No saludas a tu prometido?-preguntó mi padre.

-Iros a la mierda.-susurré.

-¿Qué dijiste?-cuestionó mi padre mientras Amir se reía.

-Déjala, ya tendrá toda la vida para saludarme.-informó con arrogancia.

Moha se levantó tirando su silla y atravesó la puerta cabreado. Wissam se levantó y lo siguió mientras asesinaba a mi padre con la mirada.

Amine giró su cabeza hacia mí y me miró con lástima. Se disculpó con la mirada, seguidamente me dio un beso en la frente y se levantó. Segundos después se escuchó como la puerta de la entrada se cerraba con un portazo.

-¡Vaya hijos!-exclamó mi padre con asco.

-Levántate que nos vamos a comprar tu vestido de boda.-ordenó Amir.

-Me voy a vestir.

-Esa es mi chica.

Puse cara de asco y salí de la cocina. Miré a mi alrededor estudiando el lugar que alguna vez pude llamar hogar. ¿Qué me había pasado de repente? Mi padre siempre fue un hombre frío conmigo, pero nunca me imaginé que me odiara tanto.

También estaba confundida por lo que Youssef me dijo. ¿Forrada de dinero? Me reí al acordarme. Lo amo tanto...

-¿No ibas a vestirte?-apareció mi padre interrumpiendo mis pensamientos.

Sin responder me dirigí a mi habitación. Me vestí con lo mismo que compré con Youssef y bajé.

Al llegar al comedor me encontré con otra sorpresa nada agradable. Mi madre y mis hermanos estaban con sus maletas a punto de irse de casa.

Estaban discutiendo con mi padre que estaba delante de la puerta impidiéndoles el paso. Amir como el imbécil que es estaba riéndose entre dientes de la situación.

-¿Mamá? ¿A dónde vais?-pregunté al borde del llanto.-¿Me vais a dejar sola?

-Lo siento hija pero no puedo hacer nada.

-¿Cómo que no puedes hacer nada? ¡Podemos denunciarlos, esto es delito!

-No, no podemos.

-¿Por qué?

Amir se acercó caminando con elegancia. Con una elegancia que antes me parecía sexy pero ahora que me fijo mejor me dan arcadas.

-Porque ya lo hizo.-se aclaró la garganta.-Pero gracias a mi dinero, no consiguió nada.

-¡Te odio!-grité levantando mi mano para golpearle. Antes de poder llegar a su cara él cogió mi mano con fuerza haciéndome daño.

-Ni lo intentes. He pagado por ti.-dijo y yo abrí los ojo como platos.-Exacto, eso significa que ahora eres mía y solo mía.

-¿Cuánto te ha pagado, eh?-me dirigí a mi padre.

-Más de lo que crees.-respondió con una sonrisa egocéntrica.

No me lo esperaba de él. ¿Mi propio padre me vendió?

La puerta de la entrada se abrió dejando ver a Amine.

-Vámonos, el coche ya está listo.-informó a mi madre y mis hermanos.

-Adiós, hija.-me abrazó.-No olvides que te quiero.

La abracé con fuerza. La culpa no era suya, ella intentó ayudarme pero no pudo hacer nada, porque en este mundo lo mueve todo el dinero y ella no tiene de eso.

Mi madre salió llorando. Moha y Amine salieron detrás de ella ya que no soportaban las despedidas ni el llorar delante de alguien. Wissam se acercó a mí y me abrazó mientras lloraba. Antes de salir por la puerta les regaló a los dos malvados hombres otra de sus miradas asesinas. A mi familia no les iba eso de las despedidas cursis y largas, así que eso era lo único que me podían dar y eso ya era mucho viniendo de ellos.

-El coche está aparcado a unos cuantos quilómetros.-dijo Amir abriendo la puerta después de haber sido cerrada por Wissam.

Llegamos a donde se encontraba el auto y nos subimos.

-¿Dónde está Youssef?-pregunté sin pensar en las consecuencias.

-En un sitio donde nunca lo encontrarás.

-¿Qué?-me sobresalté.

-Que está muy lejos.

-¿Qué le has hecho?

-Nada.

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¡¿Youssef dónde estás?!

¡Perdón por tardar tanto! ¡Unos monstruos llamados profesores me mandaron deberes de verano! ¡¿Horrible verdad?! Y aparte de los deberes estoy muy ocupada, ni en verano puedo descansar :.( hahahaha

¡Espero que os guste florindas y buenas tardes!

Instagram: wassilahaddadi




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