Youssef
-Hoy mismo.-dijo Wassila mientras pasaba por su lado.-Mi respuesta es sí, quiero casarme contigo.
Sentí como algo se rompía dentro de mí. Algo que nunca sentí. Algo que duele, que duele mucho.
Aun así, seguí mi camino y entré en el baño cerrando la puerta de un portazo.
Me puse delante del espejo con la mirada llena de rabia.
-¡Te odio!-grité dirigiéndome a mi reflejo.-¡Te odio, te odio, te odio!-seguí gritando rompiendo el espejo en pedazos.
La puerta se abre de golpe dejando paso a Amir.
-¡Youssef!
-¿¡Qué!?
-Cálmate y dime qué te pasa.
-Vete...-gruñí.-¡Vete!-grité estampando mi puño contra la pared.
-Vale, tranquilo.
-¡Ahora!
Amir abrió la puerta para salir justo en el momento en el que Wassila entró.
-Wassila, vámonos.
-Déjame solo un segundo para hablar con él, por favor.
Amir salió y cerró la puerta.
-Es lo correcto...-susurró.
-Te quiero...
-No es cierto, solo es algo pasajero.
-No lo es. Te quiero, ¿Por qué no puedes sentir lo mismo por mí? ¿Cuál es el problema?
-No es eso...
Me acerqué a ella cogiéndole la cara entre mis manos.
-¿Entonces qué?
-Ya te dije que es lo correcto, toda mi familia quiere que me case con él.
-Por eso mismo no lo permitiré.
-¿Por qué?
-Por que no puedes hacer algo solo porque te sientas obligada.
-Olvídame Youssef, me casaré con él.
-No puedo olvidarte. Solo hazme caso y no cometas el mayor error de tu vida.
-Lo siento...-se lamentó saliendo del baño.
-¡Wassila, no es bueno para ti, él es un cabrón!-le avisé pero no se volvió sino que acelero el paso para llegar a la salida.
(...)
Por la noche fui a la empresa a revisar unos papeles pendientes.
Consumido en mis pensamientos escuché unas risas conocidas. Me levanté y abrí un poco la puerta viendo a mi hermano cogido de la mano de una chica que desconocía. Será otra prostituta, sí, otra, no es ni la primera ni la última.
Entraron a su despacho. Era mi oportunidad de demostrarle lo que realmente era Amir a Wassila.
Cogí mi móvil y la llamé. Descolgó al tercer tono.
-¿Qué quieres?
-Necesito que vengas.
-Estás loco, son las diez de la noche.
-Lo sé, pero necesito enseñarte algo muy importante.
-Youssef...
-Por favor, si vienes nunca más te molestaré.
-Vale.-dijo dudando.-¿Dónde estás?
-En la empresa.
-¿Dónde se encuentra?
Le di la dirección y me fui a la entrada de la empresa para recibirla.
Diez minutos después llegó.
-¿Qué quieres?
-Ven conmigo.
-¿A dónde?
La cogí de la mano y la llevé al despacho de mi hermano. Abrí la puerta y entramos a la vez.
Wassila abrió la boca al igual que yo al ver a Amir.
Instagram: wassilahaddadi

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MAKTUB©
RomanceDos personas totalmente diferentes pero a la vez iguales. Solo ellos pueden decidir lo que son o lo que no son. "¿Quién no se cansaría de la misma rutina todos los días?" >>Todos los derechos reservados<<