Wolf Love (Fanfic, Jacob Black)

Capítulo 34: "Ahora"

ALYSON:

—Alto ahí, señorita —detengo el chocolate a mitad de camino hacia mi boca y parpadeo hacia mamá, quien me observa desde el umbral de la puerta de la habitación que Jake y yo -más Jake que yo-, pintamos el fin de semana pasado en un color beige claro.

—Bueno, gracias por lo de "señorita" —replico con sarcasmo.

—No me cambies el tema —me reprende, caminando hasta quitarme mi delicioso chocolate, dejando las bolsas que sostenía en la silla mecedora a mi lado—. ¿Qué es lo que dijo Bryana sobre excederse con las golosinas?

—Que no era bueno porque mis exámenes rutinarios podrían salir con azúcar elevada —respondo de mala gana.

—Exactamente. ¿Entonces por qué estás comiendo chocolate? —balancea la barra entre sus dedos y gimoteo con impotencia porque mi vientre de casi ocho meses no me deja inclinarme para alcanzarlo.

—Porque a tu nieto se le antojó —hago un puchero y ella sonríe.

—Mentirosa, desde hace meses que no tienes antojos —se acerca y besa mi mejilla, acariciando rápidamente mi más voluptuosa barriga. Ruedo los ojos y aliso el borde de mi vestido.

— ¿Qué traes ahí? —pregunto, señalando las bolsas junto a mí. Toma la bolsa más grande y se sienta en la silla, empezando a rebuscar entre lo que sea que trae.

—Tu padre y yo fuimos a visitar al señor Black, junto con Sue y el señor Swan —sonrío, divertida de que mamá aún siga llamándolos de esa forma—. Y Sue estuvo viendo entre las cosas guardadas de la mamá de tu esposo.

— ¿Qué cosas? —me incorporo, tratando de ver lo que ella sigue buscando.

—Sus cosas personales obviamente no. Rachel había buscado su ropa de pequeña y encontramos también la de Jacob y su otra hermana —saca una camiseta tejida y me la muestra. Es tan pequeña que apenas cabe en mis dos manos, es de un color rosa pastel y aún se percibe un poco el olor a bebé, mezclado con ese aroma terrenal que caracteriza a los Black.

—Es hermosa —susurro con sinceridad. Ella prosigue a sacar la ropa más pequeña y la va dejando a lo largo de los reposabrazos de la mecedora.

—Esta era de Rebecca —apunta a todas las prendas de colores pastel que ha sacado y se inclina a tomar la otra bolsa—. Y esta... era de Jacob.

Pongo más atención a toda esa ropita tejida y sin poder evitarlo, me imagino a un Jake de bebé. He visto fotos suyas y no es muy difícil visualizarlo en toda esa ropa amarilla, blanca y azul.

—Dios mío, es tan pequeña —sonrío, acariciando el largo de un pantaloncito blanco.

—Lo es —afirma, terminando de acomodar la otra ropa en la silla en la que estoy sentada—. Rachel utilizó toda la que había para su pequeña, pero Rebecca dijo que podías usar la suya sin problema, en caso de que tu bebé sea niña. Y si es niño, pues él podría usar la de su padre, aunque es un poco anticuada, quizá quieras comprarle todo nuevo.

—No, me encanta y me emociona ver todo esto —hago un gesto hacia la ropa que sostengo—. La guardaré y mi hijo la usará, ya lo verás.

—Si eso es lo que quieres, cielo —me sonríe y sigue doblando la ropita. Suspiro y me concentro en seguir viendo todo lo que ha traído.

— ¿Dónde dejaste a papá? —pregunto, extrañada de que él no esté aquí tratando de consentirme en lo que sea y discutiendo con mi madre por la misma razón.