Capítulo 28: "Lo siento"

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JAKE:






La venda en mi brazo se había ido al demonio en cuanto me di cuenta que no podía abrazar libremente a mi chica por la noche mientras dormía plácidamente a mi lado. Nadie me haría apartarme de ella en un largo tiempo después de haberme llevado el peor susto de mi vida.

—No puedo quedarme aquí para siempre, Jake —alzo mi cabeza de debajo del capó de mi auto para observarla.

—Sí puedes —afirmo con una sonrisa torcida. Suspira, exasperada y lanza sus brazos al aire.

—Deja de sonreírme así, no ayudas —infla sus mejillas, suelto una risa y ella deja caer sus manos en derrota—. Trato de parecer molesta, ¿sabías?

—Sí, lo sé —me limpio la grasa de las manos y me acerco hasta donde está sentada en una caja de botellas. Me acuclillo y sostengo su cintura sin importarme ensuciar la camisa que usa, esa camisa es mía y la hace lucir aún más sexy con su aspecto mañanero—. Y lo lamento, hermosa, pero no logras parecer molesta.

—Solo estás divirtiéndote a mi costa —reprocha en broma, poniendo sus manos en mis hombros.

—Me causa gracia que siquiera lo intentes —sacude la cabeza y sonríe.

—No puedo ni siquiera aparentar estar molesta contigo. Eso es grave.

Riendo, me levanto y la alzo, sentándome en el lugar que ocupaba ella para después jalarla a mi regazo.

— ¿Cuando vuelven tus papás? —pregunto, acariciando el largo de su cuello con mi nariz.

—En unas... dos semanas —se estremece y las últimas dos palabras salen como un suspiro.

—Hmm... —mordisqueo la piel sensible de su cuello y sus uñas se encajan en mis hombros mientras un hermoso ruidito escapa de su garganta—. Entonces no hay prisa porque te vayas.

—Billy pronto se aburrirá de mí —logra decir en un susurro mientras mis labios alcanzan la comisura de su boca.

—El viejo está feliz de tenerte en casa a salvo —acaricio su muslo por debajo del dobladillo del corto short de pijama que usa—. Créeme que no le importa que te quedes el tiempo que quieras.

—Pero debo ir a casa —susurra mientras su boca busca la mía. Dejo cortos besos en sus labios, haciendo círculos en su espalda con mi otra mano.

—Vamos, hermosa. Quédate. No quiero tenerte lejos ahora, por favor —murmuro a milímetros de sus labios. Parpadea y asiente, aturdida.

—Está bien —riendo, acorto el espacio entre nosotros y la beso como se debe. Succiono ese grueso labio inferior que tanto me gusta dejar hinchado y ella suspira, llevando sus manos más arriba hasta mi cabeza. Sus dedos enhebran mi cabello de esa manera que solo ella logra hacer, volviéndome un blandengue a sus pies. Desconecto cada sonido cercano, cada sensación que no sea su sabor y su aroma. Me enfoco en ella como lo he estado haciendo desde que entró en mi habitación sin un rasguño.

Alyson se ha vuelto mi más grande razón de existencia, la persona que más amo y por la cual daría hasta mi vida. Si algún chupasangre vuelve a acercársele con la misma intención que los rusos, no vivirán para contarlo. Ella no nació para ser una inmortal, ella nació para darle sentido a nuestras vidas, y de paso ayudarme a superar el hecho de ser lo que la vida me ha impuesto, para vivir su vida de la manera que ella desee.

Un carraspeo irrumpe en el garage y ambos nos apartamos sobresaltados.

—Mírenlo, quién lo diría. Ni siquiera nos escuchó llegar —dice Embry con sorna.

Wolf Love (Fanfic, Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora