Capítulo 45.
Todavía queda algo pendiente. Susurré para mi misma cuando Ji Yong se despidió de mí. No le había escuchado, pues no era tampoco mi propósito. Cerré la puerta. Me asusté al girarme y ver a mi madre allí parada.
-¿Volviste con él?-Gritó entusiasmada.
-No, mamá. Aún no.
-¿Y a qué esperas? ¿Pretendes que tenga nietos a los noventa o qué?
-¿Y tu pretendes que tenga hijos a los dieciocho?-Me quejé.
-No, eso no. Pero sabiendo como eres... ¿Los vas a tener a los cuarenta?
-Ay dios mío malditas gritonas vayanse a dormir ya joder.-Chilló mi padre desde la habitación.
Le di un beso en el moflete a mi madre para subir a mi habitación. Desbloqueé el móvil al llegarme un mensaje de Ji Yong.
Ji Yong: Mañana debemos hablar.
¿Quedamos?
_______: Hablar de qué?
Ji Yong: De lo nuestro.. De lo que ha pasado
De todo en general.
A las ocho de la tarde en la plaza, te parece?
_______: Vale.
Me levanté bastante agobiada. Seguía quedando algo pendiente y era la noche en que me pegó Ji Yong. ¿Se pensaba que por decirle te quiero y besarlo me iba a olvidar de ello? Pues no. Me dolió bastante lo que pasó esa noche y hasta que no tenga respuestas me seguirá doliendo. Suspiré fuertemente. Estaba indecisa. ¿Y si la respuesta no me gustaba? ¿Y si volvía a decir que me pegó por qué quiso? Agité la cabeza con rapidez. Deja de pensar. No es bueno. Es que... Dios. ¿Qué he echo yo para merecerme esto?
Me vestí y bajé al salón para desayunar con mis padres. Al sentarme sentí como sus miradas me atosigaban.-¿Qué?
-Nada.-Susurró mirando al plato.
-Tú madre ha estado chismoseando tus mensajes del móvil y vio que hoy vas a quedar con el dragón de los huevos. ¿Es verdad?
-¡Mamá!
-¡Mark!-Esquivó mi mirada para mirar a mi padre.
-¿Qué?-Dijo acercando el tenedor a su boca.-¿No querías saberlo?
-Pero no quería que se enterara que le estaba mirando sus cosas por pura preocupación.-Se mueve el pelo, intentando que no se notara que estaba nerviosa.-Ahora se pensará que soy una cotilla.
-Es que lo eres.-Susurró mi padre.
-¡Mark!
-Te quiero.-Dijo él, riéndose. Luego me miró.-¿Vas a quedar con él?
-¿Quién es el chismoso ahora?-Se quejó mi madre.
-¿Acaso fui yo quién miró su móvil?
-¡Ya esta, ya!-Grité harta de escucharlos.-Si voy a quedar con él.-Cogí mi teléfono, cambiando mi contraseña por una mucho más difícil.-Ya está, ya no puedes mirar mi móvil.-Me levanté.
-¿A dónde vas?
-A casa de Taeyang.
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Pasaban las horas y yo seguía en casa de Taeyang. Eran las seis. Dos horas y descendiendo para que llegara el momento de quedar con Ji Yong en la plaza. Creo. Y con creo, me refiero que estaba lo demasiado nerviosa como para no ir. Taeyang me había contado que hoy estaría con su familia para comer y quedaría conmigo por la tarde para que le diera tiempo a cambiarse. ¿Tan decidido estaba para quedar? ¿Yo era la única que tenía dudas? ¿Tan claro tenía él que íbamos a hablar de aquella noche? No sé, no es idiota. Tiene que saber que quiero hablar de ello.
-¿Te pasa algo?-Preguntó Taeyang, sacándome de mis pensamientos.
-Nada.-Sonreí falsamente.
-¿Le vas a preguntar a Ji Yong por qué te pegó?
-Si. Pero si quieres decírmelo tú, me ahorro coger más nervios.
-No, eso es una cosa de ustedes dos.
-No es una cosa nuestra sola, también tuya ya que estás metido en esto.
-_______.-Suspiró.-No empieces a liarme la cabeza, que nos conocemos.
Gruñí por lo bajo. Ya ni discutir me dejan.
Al rato miré el reloj. Solo quedaba media hora. ¿Por qué el tiempo pasa tan rápido cuando no quieres ir a un lado? Me mordí el labio inferior, intentando tranquilizarme. Pero estaba claro que no podía. Ahora mismo ni la anestesia de caballo me relaja. Miré a Taeyang, se estaba levantando.
-Deberías ir ya.-Asentí con la cabeza. Me puse a su lado y le abracé.-Ten suerte.-Caminé hasta la puerta. agarré el pomo de la puerta. ¿Por qué temblaba tanto?-¿_______?
-Adiós.-Susurré antes de cerrar la puerta tras yo salir. Sentía como mi respiración aumentaba por minutos a cada paso que daba. Volví de nuevo y toqué el timbre. Taeyang salió y me miró extrañado.-No puedo Taeyang. No puedo.
-¿Cómo que no puedes?
-¿Y si no me gusta lo que me va a decir? No quiero tener que estar arrepintiéndome toda mi vida.
-¿Qué?-Escupió una carcajada.-A ver, la respuesta en si no te va a gustar pero no te va a hacer que te alejes más de Ji Yong.
-No se si me ayudas mucho con ello.-Me senté en el sofá, indecisa.
-_____.-Miró el reloj.-Ji Yong nunca suele llegar tarde, y ya son las ocho. No hagas que te espere más tiempo.
-¿A no? ¿Yo si puedo, pero él no?
-¿Ah?-Dijo extrañado.
-He esperado más de un mes a que me diga porque cojones me ha pegado y no ha habido respuesta.-Me levanté gritando. Ahora estaba cabreada.-Pero el niño se queda dos minutos esperando, ¿Y ya es malo? ¿Pues sabes qué?.-Le miré, más que decidida.-Ahora que espere un mes, porque yo me quedo.
-Pero que rencorosa es.-Contestó entre dientes. Se acercó a la puerta y la abrió.-Ve a hablar con él.
-Si salgo por esa puerta, será para ir a mi casa.
-¿No querías obtener respuestas de por qué te pegó niña bipolar?
-Bipolar no soy. Estoy cansada de todo ya.
-Pues hoy que tienes la respuesta, ve a hablar con él.
-Que no quiero.
-¿Ves? Bipolar.
-¿Bipolar yo?-Me señalé.-Joder Taeyang, el puto Ji Yong de los huevos a estado un mes dejándome en vela sin decirme que ha pasado. ¿Y ahora soy yo la bipolar? Bipolar él, que un día si quiere decírmelo y otro no.-Me crucé de brazos.-Además, ¿Por qué tanto tiempo sin decírmelo? Eso sería porque no tenía una buena escusa. Y ahora que la encontró, me la querrá decir. Para dejarme a mi como la idiota.
-¿Eso lo acabas de pensar?
-Si.-Asentí con la cabeza.-Es algo que acabo de pensar, y lo he dicho porque se que es verdad.
Suspiró hondamente. Cerró la puerta y se sentó a mi lado.-¿Quieres saber que pasó esa puta noche? Pues escúchame atentamente porque solo pienso decirlo una puta vez. ¿De acuerdo?