Bad Boy. {G-Dragon y tú} [editando.]

Su casa.

Capítulo 9.

¿Cuáles son mis preferencias para dormir? Bueno, pues... Dormir sola. O al menos con alguien con quien tenga mucha confianza. Pero dormir al lado de Ji Yong... Pues, no me hace mucha gracia. Me giré dándole la espalda. Pasa su brazo por mi cintura y me atrae a él. Deja un cálido beso en mi cuello. Ya... ¿Qué?

-¿Qué haces?-Susurré aún dándole la espalda.

Su respiración era pesada. Y no contestaba, al girar un poco la cabeza, veía como dormía plácidamente. Bueno, no lo iba a matar tampoco, durmiendo no se es consciente de nada. Y con el frío que hacía tampoco quería alejarme,pero me ponía nerviosa.

(...)

Finalmente me quedé dormida. Y por lo que veía, sola. Abrí los ojos y no había nadie. Me giré boca abajo y abracé la almohada. Al escuchar la puerta abrir, intenté visualizar aunque me costara.

-¿Por qué la mayoría del tiempo estás mordiendo tu labio inferior?-Le di la espalda para seguir durmiendo.

-Porque te tengo delante.-Murmuró. Pero no le había escuchado.

-Habla más alto.

-Porque es costumbre.-Se sienta en el borde de la cama.-¿Quieres bajar a desayunar?

-No seas toca narices, entra en la cama y sigue durmiendo.

-Hay una parte de mi cuerpo que no me deja dormir.

-¿Qué?-Me senté. Miré su virilidad, estaba levantada.-Oh,claro. Lo típico.-Me tumbé hacia atrás.-Pues déjame un ratito más.

-Eres una gandula.

-Ya lo sé.-Me senté en la mesa con pesadez. Miré hacia Ji Yong quien sonreía.-¿Por qué sonríes?

-Me hace gracia tu cara por las mañanas.

-Ah,ya.-Bostecé.-¿Qué hora es?

-Las once.

-Joder... ¿Para que me despiertas?

-Bueno, es mi casa. Estás aquí de gorrona. Y encima hice el desayuno.-Muerde un trozo de manzana.

Miré el plato. Lo empujé hasta el centro de la mesa.

-Oye,no te lo tomes a mal.-Sonríe con ironía.

-Que te den.-Resoplo. Me cruzo de brazos mirando hacia el suelo. Muerdo mi labio inferior, nerviosa. Sentía su mirada clavada en mi.

Deja el tenedor encima de la servilleta. Apoya sus manos en la mesa, levanta su cuerpo y se inclina hacia mi. Curva sus labios. Gira un poco su cabeza, mirándome.

-No hagas eso más.

-¿El... El qué?-Tragué saliva.

-Eso.-Despega mis dientes de mi labio inferior.

-Lo... Siento.-Respondí.-Ya no se ni porque te digo perdón.

Garraspea la garganta, sacando una carcajada. Se acerca aún más.-Mando sobre tí.

Nuestros ojos conectan. Un impulso hace que aproxime mi cara a la suya. Se sienta de remplón en la silla.

-¿Mandar sobre mi?-Hablé.-Ni en tus sueños.

Coge el vaso de zumo y bebe de él, sin dejar de mirarme. Vale, me estaba poniendo demasiada nerviosa. Tenía que tener la manera de discutir. O al menos que volviera a su mundo bipolar.

-¿No vas a comer?-Se levanta. Me hizo la pregunta demasiado seco. Pero no sabia si llegó a su mundo solo o es que fueron cosas mías.

-No creo.