Bad Boy. {G-Dragon y tú} [editando.]

Epílogo.

Vista de _____.

Miré mi reloj. Ya era de día. Fui al calendario y rodeé el día de hoy con una sonrisa. Hoy ya hacía un año con Ji Yong y se me hacía raro. Habíamos vivido un año juntos sin tener que estar soportando a ningún gilipollas como lo era Seungri. Bajé los escalones y fui a la cocina, donde estaba mi madre.

-¿Vas a trabajar?-Preguntó colocando la mesa para el desayuno.

-Dentro de dos horas.-Sonreí.-Hoy hago un año con Ji Yong.

-¿Tan rápido?-Me miró alegrada.-Ese chico me gusta mucho.

-Si. Pero es mío.-Le amenacé.

-¿Pero qué te piensas que soy? Yo amo a tu padre.

-Y más te vale.-Me reí. Miré a mi teléfono, Ji Yong me estaba llamando.-¡Cariño!

-Hola, _____.

-Hoy hacemos un año ya. ¿Lo sabías? Bueno, felicidades mi amor. ¿Qué me compraste?-Escuché un grotesco.-¿Ji Yong?

-Sobre eso...

-¿Lo del regalo? Idiota, era una broma.

-No, _____. Sobre nosotros.

Me quedé callada, tensándome por completo.-¿Qu-qué pasa?

-Sabes que yo te he querido muchísimo ¿Verdad?

-Si, Ji Yong. No me toques los cojones y dime ya que pasa.

-Yo...-Volvió a suspirar.-Lo siento.

-No puedes hacerme esto.-Sollocé.

-Lo siento. Tenemos que dejarlo. Adiós.-Colgó la llamada.

Me quedé paralizada en medio del salón mirando al mismo punto fijo mientras empezaba a llorar. Tiré el teléfono en el sillón y me dirigí a donde estaba mi madre.-Omma...

-¿Quién se murió?-Abrió los ojos más de la cuenta.

-No es eso, Omma...-Toqué mi barriga y volví a mirarla.-Me ha dejado.

-¿Quién?-Se acercó tocando mi barriga también.-Cariño tranquilízate. ¿Qué pasó?

-Ji Yong me llamó para dejarlo.

-¿Qué?-Gritó.-¡Mark! ¡MAAAAAAARK!

-¿Qué coño pasa ahora?-Salió de su habitación. Al verme llorando bajó corriendo.-¿Qué te hizo el hijo de puta?

-Me dejó.

-¿Y piensa dejarte sola? ¿El sabe que...?

-No. Pensaba decírselo hoy.

-¡Pero si lo saben hasta lo de tu empresa! ¿Por qué mierda no se lo dijiste?

-¿ESTÁS TU EMBARAZADO O SOY YO?-Le grité.

-¡Pienso matarlo igualmente!-Entró en la cocina. Mi madre entró tras él para convencerlo de que no hiciera ninguna locura.