CRUSH 💋 LASHTON AU

e i g h t

Ashton volvía con su bicicleta en manos. La cadena había salido de su lugar y eso provocó que la mentira que había dicho antes casi se cumpliera. Casi. Por suerte fue a medio camino y Ashton no tuvo mucho problema en caminar hasta su casa.

     Al llegar a casa, Ashton abrió el pórtico, volteando la bicicleta de manera que las ruedas queden arriba y el manubrio apoyado en el suelo. Ashton buscaba su caja de herramientas. Al encontrarla, se deshizo de su suéter para evitar mancharlo y se dirigió a su bici con las herramientas.

     Después de horas intentando, Ashton arrojó una llave cansado. Era difícil para él, jamás supo cómo arreglar algo. Él no era de usar herramientas. Cuando estaba por darse por vencido, observó al moreno que llegaba a su casa. Una idea apareció en su cabeza.

     Ashton tocó la puerta del moreno y en cuanto abrió sonrió.

     —Hola Calum.

     —Hey Ash.

     —Hey, um ¿podrías ayudarme con mi bicicleta?, Algo le ha pasado pero no se como repararla.

     —¡Claro! Vamos.

     Ashton asintió y esperó a que el moreno cerrase la puerta para luego ir a la casa cruzando la calle. Al llegar, Calum se puso de cuclillas observando el problema.

     —Si, sólo se zafó la cadena, yo te ayudo.

     —Gracias Cal.

     El moreno agarró unas herramientas y comenzó a arreglar la bicicleta. Una parte de Ashton le recordó el dolor que pasó aquella vez que vio al moreno y a Luke besarse por primera vez. La ira nublaba sus ideas y la adrenalina corría por sus venas. Agarró una llave y se acercó a calum lentamente, sin que el moreno lo observará y huyera. En el momento en que Ashton levantaba la llave, algo lo detuvo.

     ¿Qué estas haciendo? Eres un loco. Estas demente.

     Ashton bajó la llave y la tiró al suelo.

     —Ya está -dijo Calum levantándose con una gran sonrisa.

     —Gracias Calum, puedes irte.

     —Hey, um...

     —Puedes irte -murmuró Ashton.

     —¿Te sientes bien?

     —¡Que te vayas! -gritó enojado.

     Calum asintió lentamente y dio media vuelta dirigiéndose a su casa. Ashton pateó la llave, ignorando el dolor en su dedo. Cerró el pórtico y un ataque de ira comenzó.

     Ashton se adentró a la casa, aún furioso y enojado consigo mismo. Se dirigió a su habitación y se observó en el espejo roto. Su reflejo estaba ahí. Expresaba como se sentía. Roto. Completamente roto. Las lágrimas no tardaron en aparecer. Ashton limpió sus lágrimas bruscamente y se dirigió al baño. Se deshizo de su ropa y se adentró a la regadera. La mugre y el líquido carmín se iban con el agua. Una vez que Ashton terminó de limpiarse, lleno su tina y al estar llena, detuvo el agua y se sentó. Se abrazo a si mismo como si estuviese protegiéndose de algo o alguien. De pronto, fue deslizándose hasta que el agua lo cubría por completo. Cerró sus ojos.

     “¡Eres un demente! ¡Estas loco! Necesitas ayuda. ¡Eres un demonio! ¿Qué te sucede idiota! ¡No deberías vivir! Personas como tú no encajan en este mundo, loco idiota.”

     Ashton salió del agua, tosiendo y a la vez tomando bocanadas de aire. Se levantó y dejó que el agua escurriera para después rodear su cintura con una toalla y salir de la ducha.