t w e n t y - n i n e

78 5 6
                                    

Las paredes blancas aparecen resplandeciando sus ojos de nuevo, ve cómo unos hombres entran y lo llevan a otro lugar. El pasillo era largo, las luces resplandecian y habían puertas de acero en cada lado. Una puerta y la pared continuaba, otra puerta y la pared continuaba. Llegaron a una puerta la cual fue abierta y lo adentraron al cuarto junto a otra persona.

     Ashton sólo escuchaba murmullos hasta que un nombre le hizo prestar atención.

—Ally... ¿no es así?

     Levantó la mirada e inspeccionó la habitación. Las cuatro paredes eran de un tono gris, pero un gris claro, un gris queriendo ser blanco, queriendo ser puro; había una ventana detrás de la persona frente a él que dejaba entrar poca luz que le impedía ver quien era la persona frente a él gracias a la persiana que la cubría. Un pequeño escritorio los dividía y en el escritorio habían hojas con infinidad de cosas escritas.

—Ally...-murmuró Ashton.

—Aquí dice que...

—Yo no fui... Yo no fui lo juro, ¡lo juro! -gritó.

     Sentía los nervios cubrirlo y el sudor resbalaba por su frente y manos mientras seguía gritando.

—Yo no fui, ¡Yo no fui! Yo no fui, yo no fui, ella se ha caído, ella se cayó sola, ¡Yo no he sido!

     Sintió cómo el miedo se transformaba en rabia, en enojo, frustración y se levantó mientras comenzaba una rabieta. Gritaba cosas, pataleaba y comenzaba a acercarse peligrosamente a la persona hasta que unos hombres entraron por la puerta y sintió un piquete y cayó. Vio un último rostro de bellos ojos azules y su vista se tornaba negra. Antes de caer murmuró unas palabras.

—Yo no he sido... Luke...

     Ashton despertó exaltado. ¿Qué clase de sueño fue aquél?, Se preguntaba. ¿Por qué trataría de explicárselo a él? Ashton no entendía porqué sus sueños tan extraños y lo más curioso es que eran en el mismo lugar, ya no soñaba con su rubio siendo felices, ahora soñaba que estaba en ese lugar, encerrado, apartado del mundo, donde lo trataban como si estuviese loco.

—Lo buscaré...

     Un estruendo en su sala lo hizo detener su búsqueda y Ashton frunció el ceño. ¿Qué se ha caído?
     Ashton apartó sus cobijas y se levantó de la cama para dirigirse a su sala.

    Ashton estaba con sus mejillas rojas y una mano cubriendo su boca al ver a nadie más y nadie menos que Luke Hemmings en su cocina. ¿Qué hace Luke Hemmings en mi cocina? Ashton se sonrojó aún más al ver que Luke lo volteo a ver mostrándole su sonrisa de galán.

—Buen día Ashton.

—Hola -saludó Ashton de manera tímida.

     Luke sonrió y tomó el vaso de agua que se había servido.

—Luke, ¿qué haces aquí? Es decir, esta bien, sólo creí que te habías ido anoche y... claro.

     Luke jamás borró su sonrisa. Dejó el vaso de agua después de darle un trago y se acercó peligrosamente al rizado, quien retrocedía intimidado por la belleza del rubio. Ashton chocó contra la pared y Luke seguía con esa sonrisa llena de picardía. Ashton sentía que iba a morir. Luke Hemmings estaba a centímetros de él, ¡centímetros!
      Luke recargó su mano en la pared a un lado de la cabeza de Ashton y se acercó aún más y aún más, el corazón de Ashton latía con tanta rapidez, sentía que le daría un ataque en ese preciso momento. Cuando sus labios rozaron, el timbre los sorprendió, al menos sólo a Ashton, Luke no se movió ni un centímetro y al parecer no le importó el timbre porque sus labios se encontraban sobre los de Ashton. Ashton tuvo aquella reacción de nuevo, sorpresa, confusión y después disfrutó de ese beso. Ese beso tan caliente, tan lento, tan bueno. Luke se separó lentamente de Ashton y sonrió, una pizca de picardía en esa sonrisa. Luke dejó la cocina y fue a la sala principal para tomar sus cosas e irse, saludando a quien visitase a Ashton.

CRUSH 💋 LASHTON AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora