CAPITULO 1 La Casa Namikaze

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Naruto estaba despertándose después de una buena noche de sueño. Algo perezoso comenzó a vestirse ya que ya llegaba tarde a su desayuno matutino con la familia. Se puso sus típicos ropajes y salió rumbo al comedor.

Al llegar pudo ver la gran mesa del salón que hoy estaba casi llena. Sus Padres sentados juntos. Al lado de su madre estaba Sakura, su prometida. En la mesa también había mas personas. Estaban los hermanos de Naruto. Un chico de 8 años, rubio también, llamado Hiro y una chica de 12 años, también rubia, que se llamaba Natsumi.

También había un chico moreno. Era Shikamaru hijo del señor de la Casa Nara. Minato le había concedido el honor de ser su tutor, así que pasaría su juventud en Soragakure bajo el tutelaje de Minato. El chico tenía 17 años como Naruto.

Naruto se fue hacia su sitio pero fue detenido por su madre que le indico que se sentase en el sitio libre al lado de la pelirrosa. El rubio obedeció y se sentó a su lado.

- Buenos días. - Saludo de forma seria pero cordial el rubio.
- Buenos días. - Contestó la joven sintiéndose fuera de lugar.

Al fin y al cabo aquello era una comida familiar y ella solo llevaba un día en la familia. Aunque tenía que reconocer que los Namikaze eran gente agradable. Quizás podía imaginarse a unos señores tiranos. Con tanto poder al fin y al cabo. Pero habían resultado ser buenas personas.

De todos modos todos trataron de comer rápido. Ahí todo el mundo tenía trabajo que hacer. Naruto no habló nada más en todo el desayuno. Una vez terminaron todos se fueron con sus tareas.

Naruto y Shikamaru se llevaron a Hiro al campo de entrenamiento a seguir practicando con la espada. Minato fue a atender sus labores como Lord de Soragakure, Natsumi se fue con las damas de la corte a seguir con sus clases. Y por último Kushina y Sakura se fueron juntas a dar una vuelta por el castillo.

Kushina le contaba básicamente en qué consistía ser la Señora de Soragakure y la Guardiana del Norte. Sin duda eran tareas algo agotadoras. No era como regentar un castillo y ya está. Tenías que mantener contentos a todos y cada uno de los Vasallos del País de las Nieves. Ademes de mantener la diplomacia con el resto de países.

La función del Señor era más bien militar y de nombre. Diplomacia directa. La función de la Señora sin embargo era más sutil pero igual importante. Mantener buenas relaciones siempre en un estricto protocolo. La diplomacia indirecta era bastante compleja.

Caminando llegaron a una especie de terraza desde la que se podía ver el campo de entrenamiento. Ahí pudo ver como Naruto supervisaba un enfrentamiento de prácticas entre su amigo Shikamaru y su hermano Hiro de ocho años.

El chico parecía estar algo agotado de enfrentarse a alguien que le sacaba nueve años. Por supuesto Shikamaru se limitaba a defenderse y dar algunos pequeños golpes. Más bien le estaban enseñando movimientos básicos.

- ¿Puede contarme algo sobre su hijo? - Preguntó la pelirrosa con curiosidad.
- ¿Te interesa conocer un poco más a Naruto? - Preguntó Kushina viendo a su hijo serio observando a su hermano.
- Sí. - Respondió ella. Al fin y al cabo seria su futuro marido, no era tan extraño.
- Bueno. Tengo que reconocer que Naruto es un chico bastante peculiar. También puede llegar a ser una persona compleja. - Dijo Kushina pensando.
- ¿Compleja? - Preguntó Sakura.
- Bueno, para explicar eso lo mejor será empezar por el principio. - Dijo Kushina rememorando.
- La escucho. - Dijo Sakura atenta.
- Originalmente Naruto no iba a ser el Señor de Soragakure. Él tenía un hermano dos años mayor que él. Era un chico algo débil y enfermizo. Así que Minato y yo decidimos invertir todos nuestros esfuerzos en enseñarle todo lo que podíamos sobre la diplomacia y la gestión. Quisimos enseñarle a ser un perfecto Señor de Soragakure. Luego nació Naruto. Un chico muy vivo y bastante fuerte. Entonces creímos conveniente que Naruto aprendiese lo que su hermano no tenía. Desde que tuvo cinco años Minato le hizo sostener una espada y entrenar día tras día en el arte de la guerra. Cuando no estaba con una espada en la mano estaba estudiando estrategia militar. Queríamos que fuese un gran guerrero y un gran líder para el ejército del norte. Y hay que reconocer que se le da bastante bien. Tiene un gran talento para el combate. - Dijo Kushina mirando a su hijo.

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