Había pasado un día en el continente. Y muchas cosas habían pasado. Las tropas de los Uchiha estaban cada vez más cerca de Soragakure. Cosa que ponía realmente nerviosos a sus habitantes, un ejército de 2.000 hombres pronto marcharía sobre la ciudad.
Mientras tanto en el frente la decisión de Naruto había hecho que Sasuke se extrañase mucho. Como si su familia le diese igual. Los Senju y los Namikaze continuaron atacando como si no pasase nada, obviamente eso hacía que continuasen avanzando y derrotando a los Uchiha poco a poco.
Obviamente ellos también sufrían muchas bajas pero en números totales eran los que estaban resultando victoriosos. Ya era de noche, y en el País de las Nieves había tres personas que habían parado para dormir, habían encendido una hoguera.
Sakura estaba jugando un poco con su hijo, ahora mismo era lo único que podía hacer. Akira se limitaba a mirarla y nada más.
- ¿Cómo es que tu padre no te mando a la batalla? – Preguntó Sakura extrañada.
- Decía… que debía quedarme aquí… por si acaso. – Akira se refería a que si morían los dos su Casa se quedaría sin representantes.
- Se enfadara contigo cuando descubra que te fuiste entonces. – Dijo Sakura sin mirarle.
- Mas enfadados deben estar en la Ciudadela Gris ahora. – Contestó Akira.Y así era, Sakura se había evaporado y como parte de su promesa Natsumi no dijo nada. Sakura solo había dejado una carta en la que decía que se marchaba, que no podía quedarse en Soragakure.
Obviamente eso hacía que todos estuviesen muy alterados. Sobre todo Kushina que no podía explicarse como era que la esposa de su hijo les había abandonado. No podía explicárselo sin embargo se lo imaginaba, no era tan raro. Ella nunca deseó estar allí y ahora iban a ser masacrados por los Uchiha. Tampoco la culpaba.
Sin embargo para no levantar revuelo entre los súbditos dijeron que simplemente estaba enferma y que mientras tanto Kushina ocuparía sus funciones.
- He de reconocer… que tu hijo se parece mucho a su padre… - Dijo Akira por decir algo.
- Es genética… todos los Namikaze son casi iguales. – Bromeó Sakura para quitarle seriedad al momento.
- ¿No te sientes ni un poco mal por abandonar Soragakure ahora que está a punto de ser asediada? – Preguntó Akira mirando a la mujer por la que aun suspiraba.
- No… para nada. No me preocupa. – Dijo Sakura mirándole ahora.
- Eso me parece… cruel… - Dijo Akira que no se esperaba eso de Sakura.
- Te confundes… es simplemente que Soragakure no caerá. – La pelirrosa no parecía tener ni una duda.
- ¿Cómo estas tan segura? – Preguntó el chico de nuevo.
- Naruto… no dejará que ocurra… - Dijo Sakura con cierto brillo en los ojos haciendo que Akira sintiese un poco de envidia.--------------------------------------------------------------------------------------------------------- 2 Días Después
Las tropas Uchiha ya estaban frente a las murallas de Soragakure. Eran 2.000 soldados atacando una ciudad en la que solo quedaban 100 guardias. Por fortuna era una ciudad fácil de defender por sus altos muros.
Los Uchiha estaban lanzando salvas de flechas al interior de la ciudad. Los guardias, expertos arqueros, trataban de ir atacando poco a poco y evitando los ataques. Los ciudadanos estaban en refugios así que estarían a salvo hasta que el enemigo entrase en casa.
Sin embargo los Uchiha ya estaban preparando los arietes y era cuestión de tiempo. Los soldados estaban ansiosos por entrar en la ciudad. Pero solo eran 100 los guardias así que los soldados habían decidido simplemente avanzar hacia los muros y destruir la puerta, era lo mas lógico sin duda.
Mientras tanto en la ciudadela Kushina estaba en una habitación junto con sus dos hijos. Hiro estaba algo asustado en una esquina, era normal pues era el más pequeño.
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Juego De Tronos
FanfictionNaruSaku El prólogo es un poco largo Espero que les guste :)