Había pasado un mes desde el aniversario de la muerte del hijo mayor de los Namikaze. Las cosas por la Ciudadela Gris seguían idénticas a entonces. Aunque gracias a Kushina y a Natsumi la pelirrosa lograba sentirse algo más como en casa.
Con el paso del tiempo Sakura podía ver nuevas facetas de Naruto que le parecían buenas. Sin embargo pasando más el tiempo se acercaba más la boda. Y Sakura en ningún momento podía olvidar que la estaban obligando a casarse con él. Así que era como si por un lado la cosa mejorase pero por el otro empeorase.
Antes pensaba que era alguien frio y sin sentimientos. Ahora por lo menos simplemente piensa que Naruto es alguien frio. Ya era un paso.
Sakura se levantó de su cama que ya por suerte empezaba a verla suya. Ahora simplemente no quería que fuese suya. Pero al menos las cosas iban haciéndose cada vez más familiares.
La pelirrosa se vistió y fue hacia el comedor dispuesta a desayunar. Sin embargo para su sorpresa en el no había nada. Era algo muy extraño. Sin embargo si escucho mucho bullicio que venia del exterior del castillo. Así que como era obvio se encamino hacia allí.
Al llegar pudo ver una gran multitud de gente reunida en la parte más amplia. En una construcción de madera elevada pudo ver a tres personas ya que al estar altos eran los que mejor se veían. Uno era Lord Minato, el otro Naruto y el tercero un desconocido que no sabía quién era.
Rodeando esa estructura estaban casi un centenar de personas. Muchos de ellos militares y gente del castillo. Los demás gente de la ciudad a la que habían dejado acudir al interior de la Ciudadela a presenciar aquello.
Sakura estaba extrañada ya que no sabía muy bien lo que ocurría. Naruto se percató de que ella estaba allí. Así que tras eso buscó a Shikamaru entre el público y tras establecer contacto visual le hizo una señal con la cabeza.
El moreno la comprendió y tras caminar entre la gente llegó a donde estaba la pelirrosa que le saludo al ver por fin alguien que conocía.
- ¿Qué ocurre? - Preguntó Sakura con curiosidad.
- Van a ejecutar a ese hombre. - Dijo Shikamaru hablando de la persona que había entre Naruto y Minato.
- ¿Qué? ¿Por qué? - Preguntó la pelirrosa extrañada.
- Ha matado a dos chicas de la ciudad en la última semana. Lo hemos atrapado esta mañana a primera hora. - Dijo Shikamaru mirando hacia la plataforma del centro.
- ¿Cómo saben que era él? - Preguntó Sakura.
- Porque tras encontrarlo con la que casi es su tercera víctima lo ha confesado muy feliz y satisfecho. - Dijo Shikamaru mirando a la chica.Sakura miró hacia el resto del público y pudo ver que mucha gente estaba contenta. Sin embargo pudo ver a dos grupos de personas que estaban contentas y tristes a la vez. Pudo deducir que eran los familiares de las dos chicas muertas.
- No tenéis por que ver esto Sakura. - Dijo Shikamaru siguiendo las órdenes de Naruto.
- No pasa nada... - Dijo la pelirrosa algo intrigada.Naruto tenía en sus manos una enorme espada en su funda. En un campo de batalla un arma así seria molesta frente a algo más pequeño. Sin embargo para dar un corte certero y asegurarse de la muerte instantánea del reo era la mejor opción.
- ¡¡Silencio!! - Ordenó Naruto haciendo que todos los presentes dejasen de murmurar.
Tras ver como todo el mundo se había callado cogió la espada por la funda y se acercó a su padre entregándole la empuñadura. La cogió y la desenvaino. Naruto se apartó mientras que Minato clavo un poco la punta en el suelo y la colocaba frente a él sujetando la empuñadura con las dos manos frente a su pecho.
- Yo, Lord Minato de la Casa Namikaze, Guardián del Norte y Señor de Soragakure. Por tus crímenes atroces contra dos habitantes de nuestra ciudad. Os condeno... a morir. - Dijo Minato mirando hacia todo el mundo.