CAPITULO 7 - Una Terrible Declaración

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Había ocurrido una semana desde el último día. En ese tiempo Sakura había pasado casi todas sus horas con Natsumi y con Kushina. De vez en cuando había alguna interacción con Naruto pero eran siempre muy contadas y sin nada relevante.

Naruto les acompañaba a algún lugar para protegerlas o simplemente coincidían en alguna situación. Su relación seguía exactamente igual. Ambos aceptaban que les obligaban a estar juntos y tampoco se culpaban el uno a otro. Pero eso hacia su relación algo tensa. Tenían cierta cordialidad y respeto pero todas aquellas barreras hacían que no pudiesen avanzar ni a una relación de amistad.

Sakura sin embargo seguía haciéndose cada vez más amiga de Natsumi. Era muy agradable tener una buena amiga en aquel lugar. Le hacía sentirse más reconfortada. Pero muchas veces no era suficiente. Echaba de menos a sus amigos, a sus hermanos y a sus padres.

Por su parte Naruto entrenaba diariamente con Sai por las mañanas. Después entrenaba la mitad de los días con Hiro. Y entrenaba antes de la comida con Shikamaru practicando los dos como cada día.

Por las tardes solía tener el tiempo libre así que lo pasaba con Shikamaru o algunos días con las chicas. La vida en el castillo es bastante rutinaria en verdad.

Sin embargo hoy Natsumi y Sakura no habían visto a Naruto en todo el día. Así que no tenían ni nada de donde estaba y eso que querían salir. Estaban buscando a Kushina para preguntarle por ello. Sin embargo fue Kushina la que llegó a ellas primera.

- Sakura. - Dijo Kushina al llegar.
- ¿Si? - Preguntó la chica.
- ¿Puedes venir conmigo un momento? - Dijo Kushina. - Me gustaría hablar de algo.
- Sí. Nos vemos luego Natsumi. - Dijo Sakura separándose de su amiga.

La pelirrosa se fue con Kushina a una habitación aparte, ya que había algo de lo que quería hablar con Sakura. La pelirroja se quedó sentada delante de la pelirrosa sin decir nada unos segundos.

- ¿Qué ocurre? - Preguntó la pelirrosa.
- Hay algo... de lo que llevo queriendo hablar contigo desde el día que llegaste. Pero aun no me atrevía. - Dijo Kushina mirándola.
- ¿De qué se trata? - Preguntó la pelirrosa.
- ¿Quieres a mi hijo? - Preguntó Kushina mirándola.
- Bueno... yo... - Dijo Sakura algo impactada por la pregunta. Además que tampoco quería decir esas cosas frente a Kushina. Pero tampoco quería mentirle.
- Sakura... por supuesto que no. No tienes que fingir nada. En realidad. Lo que quiero saber es que piensas al respecto. - Dijo la pelirroja.
- Bueno... yo no me siento muy bien al respecto. Naruto no parece una mala persona. Aunque su personalidad es algo fría y dura parece alguien bueno. Sin embargo a pesar de ello noto que no soy capaz de acercarme más a él. Ni quiero acercarme a el por qué no me gusta esta situación. Ni puedo hacerlo porque a pesar de todo no puedo verlo con buenos ojos al sentirme... obligada... sé que no es su culpa... pero aun así... no puedo. - Dijo Sakura sincerándose. - Supongo que le molestara mucho lo que digo. - Dijo Sakura triste.
- No me molesta. Sakura veras... yo te entiendo mucho mejor de lo que crees. - Dijo Kushina mirándola.
- ¿Cómo podéis entenderme? - Preguntó Sakura extrañada.
- Yo una vez también fue alejada de mi hogar y llevada a una fría y enorme ciudad a casarme con alguien a quien no conocía. - Dijo Kushina mirándolo.
- Oh... yo... creía que Minato y vos os enamorasteis... lo digo porque... parecéis muy felices juntos. - Dijo Sakura divagando.
- Fue un matrimonio de conveniencia... igual que el tuyo con mi hijo. Y al principio yo tampoco podía acercarme a Minato. Yo quería estar en mi casa... y tenía que estar aquí. - Dijo la pelirroja recordando.
- Vaya yo... no sabía eso. - Dijo la pelirrosa mirándola.
- Minato se portaba bien conmigo. Era un auténtico caballero. Y aun así los primeros meses para mí era como un enemigo. - Dijo haciendo que Sakura se sintiese comprendida.

Para sorpresa de la pelirrosa, Kushina sonrió como si estuviese recordando buenos tiempos del pasado. Aunque parecía lo contrario.

- Así que por eso siento cierta conexión contigo. - Dijo Kushina.
- ¿Poor eso me cuida tanto? - Preguntó la pelirrosa.
- Tampoco lo diría así. Pero es cierto que intento hacer más agradable tu estancia aquí. - Dijo Kushina mirándola.
- ¿Y qué paso después con Lord Minato? - Preguntó la pelirrosa.
- Bueno... nos casamos y yo seguía viéndolo igual. Las cosas no habían cambiado por aquel momento. Sin embargo... tenías que verlo era el hombre más encantador del mundo. Se pasaba todo el día tratando de hacerme feliz. Él tampoco me quería en ese momento. Pero decía que era su deber para conmigo hacerme feliz a toda costa. - Eso recordó a Sakura cuando Naruto le prometió que sería un buen esposo.
- ¿Y vos erais feliz? - Pregunto Sakura.
- Bueno... yo seguía algo reticente a la idea de estar casada. Pero Minato hacia las cosas mucho más fáciles. Se portaba tan bien conmigo que yo me sentía en la obligación de hacer lo mismo con él. Al principio no porque no pasábamos nada de tiempo juntos. Pero cuando nos casamos ya empezamos a pasar más tiempo juntos. Tomábamos decisiones juntos sobre Soragakure. Empezamos a dormir en la misma habitación y a compartir mucho más tiempo. En dos meses yo ya estaba embarazada de nuestro primer hijo. - Dijo Kushina pensando.
- "Vaya... no había pensado en eso... en cuantos nos casemos..." - Pensó la pelirrosa sonrojada.
- Lo que quiero decir es que al poco tiempo de casarnos yo le había cogido a Minato un cariño muy intenso. Compartíamos algo juntos el deber de hacernos felices a pesar de no haber escogido nuestro futuro. La verdad es que en aquella época ya empecé a ser muy feliz. Minato me cuidaba muy bien y me entendía mejor que nadie. Y bueno es un hombre muy apuesto como podrás ver, que eso también ayuda. - Dijo Kushina sonriendo.
- ¿Y ahora? ¿Cómo os sentís ahora? - Preguntó Sakura.
- En menos de un año, cuando ya había dado a luz a mi primer hijo. Entonces supe que me había enamorado perdidamente de mi marido. - Dijo Kushina sonando muy feliz.
- ¿De verdad era amor? - Preguntó Sakura con curiosidad.
- No era un amor como los de las novelas. No había sido amor a primera vista. Había sido un amor forjado por la convivencia, un amor forjado por un intenso cariño. Y también un amor forjado al descubrir la verdadera personalidad de Minato. No me enamoré de su cara ni de su físico. No me enamore de su sonrisa. Me enamore de su forma de ser y de sus sentimientos. Me enamore de la manera en la que me trataba. - Dijo Kushina mirando a los ojos verdes de la pelirrosa.
- Suena... muy bonito la verdad. - Dijo Sakura algo emocionada por la bonita historia de Kushina.
- Con esto... no quiero decirte que te vaya a ocurrir a ti lo mismo. Yo no sé cómo será tu relación con mi hijo. Pero si quiero decirte... que no des por hecho que vas a ser infeliz sí o sí. Yo lo hice, y me equivoque estrepitosamente. - Dijo Kushina riendo.
- Es un buen consejo Lady Kushina. Creo que intentare no estar tan a la defensiva con Naruto. Él también se porta bien conmigo. - Dijo la pelirrosa mirándola.
- Normal... por que como no lo haga se va a enterar de quien es su madre. - Dijo Kushina haciendo reír un poco a Sakura.

En aquel momento la puerta se abrió. Y por ella pudo verse a Natsumi que había entrado algo aburrida de que la hubiesen dejado sola.

- Madre. - Dijo Natsumi viendo a Kushina.
- ¿Qué ocurre hija? - Dijo la pelirroja mirándola.
- ¿Dónde está mi hermano? Estuvimos buscándolo antes. - Dijo Natsumi.
- ¿Naruto? - Preguntó después.
- Sí. - Confirmo la rubia.
- Bueno... teniendo en cuenta... el día que es hoy. Naruto estará... en la cripta familiar... supongo. - Dijo triste Kushina.
- Ah... claro es verdad era hoy... no me acordaba... - Dijo Natsumi sintiéndose mal.

Kushina se marchó del lugar dejando solas a las dos chicas. También dejó a Sakura con mucha curiosidad. Era como si aquella conversación la hubiese alterado.

- ¿Que ocurre hoy? - Preguntó la pelirrosa.
- Bueno... hoy... es el día que murió mi hermano mayor. - Dijo Natsumi triste.
- Ah... lo siento. - Dijo Sakura triste.
- Yo solo tenía dos años... así que no me acuerdo bien. Pero... Naruto si lo recuerda mucho mejor. Cada aniversario pasa casi todo el día en la cripta... - Dijo la rubia algo melancólica.
- Ya... entiendo. - Dijo Sakura. - "Si mi hermano mayor muriese... yo también estaría triste." - Pensó después la pelirrosa. - "Estaría muy triste..." - Pensó la pelirrosa. - ¿Natsumi donde está la cripta? Me gustaría ir a hablar con Naruto... - Dijo la pelirrosa. - "Debe estar muy mal ahora."

Natsumi guió a la pelirrosa por el castillo hasta el sótano. Donde estaba la cripta de la familia Namikaze. Le dijo que fuese ella sola. Que no pintaba nada allí, su hermano no la recibiría ahora a ella. La pelirrosa asintió y bajo las escaleras.

El lugar era frio y húmedo. En realidad era un largo pasillo de piedra iluminado por algunas antorchas que habría encendido Naruto hoy. En las paredes del pasillo estaban las tumbas de la Casa Namikaze. Desde el primer Uzumaki al lado de la escalera hasta el hermano del rubio al final del pasillo.

Caminó silenciosamente por el pasillo hasta llegar al final donde ya podía ver la espalda de Naruto. Estaba quieto sin hacer o decir nada frente a la tumba. La tumba de un niño de nueve años que no pudo seguir viviendo.

- Hola... Naruto. - Dijo Sakura poniéndose a su lado y mirando la tumba donde solo estaba el nombre de Daisuke y su corta edad.
- Hola Sakura. - Dijo Naruto muy frio y serio. - ¿Querías algo? - Preguntó el rubio.
- Me dijeron que podría encontraros aquí. Solo quería saber cómo estabais. - Dijo Sakura preocupada.

Quizás la historia de Kushina había impulsado a la pelirrosa a comportarse así. Naruto se había portado muy bien con ella estos días y ahora quería devolverle el favor.

- Solo estaba recordando algunas cosas del pasado. - Dijo Naruto mirando la tumba.
- La muerte de tu hermano debió ser dura. - Dijo Sakura sin mirarle. - Tuvisteis que sentiros muy mal cuando tuvo el accidente. - Dijo la pelirrosa.
- Mi hermano no tuvo un accidente. Yo maté a mi hermano. - Dijo Naruto sin mirar a Sakura dejándola con los ojos abiertos como platos.

CONTINUARA...

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