Ya todo el mundo se había levantado. La familia Namikaze al completo estaba desayunando. Cualquiera pensaría que la nobleza se pasaría el día sin hacer nada. Bastante incierto sin duda, siempre había trabajo que hacer y hacía falta empezar el día con buenas energías.
Los pequeños ocupaban prácticamente toda la mañana en aprender habilidades que les serán útiles en el futuro. Naruto, junto con Shikamaru se encargaban de las tareas militares como entrenar a las tropas, ayudar al entrenamiento de Hiro y simplemente practicar ellos también.
Kushina normalmente se encargaba de mantener funcional toda la ciudad y el castillo. Mientras que Minato atendía los asuntos referentes a todo el País de las Nieves.
Naruto y Shikamaru ya habían partido, siempre eran los primeros en acabar de desayunar e ir a sus obligaciones. Casi parecía que disfrutaban con su trabajo.
Hoy Shikamaru estaba entrenando a los cuatro soldados que Naruto le mando el día anterior. Mientras que Naruto había decidido quedarse a solas con el chico al que ayer decidió darle una oportunidad.
Ambos estaban con espada en mano librando un combate de entrenamiento, en el que por supuesto Naruto estaba ganando todo el rato. De hecho el rubio estaba siendo bastante duro. No atacaba directamente a hacer daño pero no dudaba en humillar a su rival cada vez que podía.
- ¡En pie! - Gritó Naruto cuando el chico se había caído por enésima vez.
Limpiándose el sudor y el polvo de la frente se levantó mirando muy decididamente a Naruto mientras volvía a empuñar su espada con el brazo tembloroso.
- Tienes cierta determinación que me intriga. - Dijo Naruto bajando su espada por un momento. - Voy a pasarme toda tu instrucción tratando de aplastarla, y si al final de esta, me has demostrado que tu determinación es implacable, entonces serás soldado de Soragakure. - Dijo Naruto volviendo a levantar su espada.
- Podéis tirarme al suelo, romperme huesos o herirme todo lo que queráis señor. Pero mi determinación no podréis tocarla. - Dijo lanzándose contra Naruto para acabar de nuevo en el suelo.
- Eso ya lo veremos. - Dijo indicándole que volviese a levantarse, cosa que hizo sin dudar.--------------------------------------------------------------------- En la Ciudadela Gris, con Kushina y Sakura.
Hoy, Kushina estaba enseñando a Sakura todo lo que debía saber sobre los segundos mejores aliados de los Namikaze. La Casa Senju llevaba aliada con los Namikaze desde hacía más de 20 años cuando aplacaron juntos la última invasión de los Uchiha.
La Casa Senju era profundamente orgullosa. Se jactaba de ser la casa más antigua de todas con una historia que se remontaba a más de 1.500 años.
Ellos eran los Guardianes del Centro ya que el País del Fuego se situaba justamente en la mitad del continente. Su Señor era Hashirama Senju, un reconocido guerrero que ha luchado en todas las guerras que ha habido desde que cumplió los 15 años. Era respetado por aliados y temido por enemigos en el campo de batalla. Las exageradas historias de guerra cuentan que jamás recibió una herida.
Su heredera es Tsunade Senju. Es una mujer muy joven debido a que es la nieta de Hashirama. Por desgracia las guerras en las que ha participado acabaron con sus hermanos, sus hijos y su esposa. Haciendo que la única heredera valida fuese su nieta Tsunade Senju. La chica tenía bastante presión encima pues se iba a convertir en la primera mujer Senju que heredaría el título.
Militarmente eran una de las potencias más grandes del continente. Superando a los Namikaze. Según los informes de los espías en territorios enemigos los Senju se situaban en la segunda posición en cuanto a tamaño del ejército.
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Juego De Tronos
Fiksi PenggemarNaruSaku El prólogo es un poco largo Espero que les guste :)