CAPÍTULO 30 - Una Bestia

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En una habitación oscura estaban sentados Sasuke Uchiha y el Comandante General del ejército del Este. Por una puerta doble de madera entró Madara bastante furioso.

- Parece ser que cierto niño ha sabido anticiparse a nuestras acciones. – Dijo muy frustrado, la caída de Nakano había sido un duro golpe.
- Ha debido ser un golpe de suerte, su imprudencia le llevo a cometer un acto estúpido…y ha tenido suerte. – Dijo el Comandante tratando de justificar lo ocurrido.
- ¿Cuánto tardaran las tropas en volver de Iwakure? – Preguntó Madara cada vez más enfadado.
- Cuatro días las más cercanas… ocho días las más lejanas… y luego otros dos días más para organizarlas todas. – Dijo Sasuke algo molesto por la situación.
- No hará falta reorganizarnos… ellos son solo 20.000. Los Hyuga vendrán con nosotros, las tropas que lleguen las primeras podrán detenerlos. – Dijo el comandante mirando a Madara.
- No mandare la mitad de nuestras tropas a un asedio a Nakano, será una derrota aplastante. – Dijo el Líder Uchiha.
- Los Namikaze obviamente no se quedaran en Nakano al ver que no hay mucha resistencia avanzaran hasta Kumogakure… entonces nuestros 30.000 hombres chocaran con ellos en campo abierto… ganaremos por número. – Dijo el comandante satisfecho.
- Bien, las tropas restantes servirán de apoyo. Quiero detener este estúpido error cuanto antes. – Dijo Madara mirándoles.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------- En Soragakure

Sakura estaba en la sala de audiencias de la Ciudadela Gris. A su lado estaba Kushina en calidad de asesora. Sin embargo se estaba dando cuenta de que no hacia realmente falta. Sakura estaba desempañando su labor con una gran maestría, había aprendido muy rápido.

Sakura se sentía realmente presionada y avergonzada. Con tan solo 16 años estaba recibiendo a todo tipo de personas para que ella les escuchase y solucionase sus problemas. Pero con Naruto fuera del País librando una guerra no podía evitar centrarse al máximo, tenía que hacerlo.

La gran mayoría de hombres y jóvenes habían partido a la guerra y eso estaba creando bastantes problemas. Pero Sakura se encargaba de solucionarlos todos con hábil maestría. Administrando los pocos recursos humanos que quedaban en la ciudad para lograr que todo funcionase bien.

Sin embargo se sentía un poco frustrada, ella creía que estaba haciendo poco. Le gustaría poder ayudar a Naruto de alguna forma, pero no se le ocurría ninguna. Tras acabar con todos sus asuntos como Señora de Soragakure se encerró en su habitación observando un Mapa Político del continente tratando de averiguar que estaría haciendo Naruto y como iría la batalla.

Su hijo Minato empezó a llorar, era hora de darle de comer. Comenzó a amamantarlo. Pero siguió pensando en sus cosas. Ella estaba convencida de que Naruto resultaría vencedor de la guerra. Sin embargo quería ayudarle, ansiaba encontrar la forma de poder hacerlo.

A Sakura se le encendió una bombilla, mirando el mapa político se le ocurrió una idea recordando algunas cosas que Naruto le había explicado sobre la invasión. Cuando Sakura termino de dar de comer a su hijo fue en busca del escriba de la corte, tenía que enviar una carta.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------ En La Guerra

Durante los tres siguientes días varias batallas se sucedieron en el frente del País del Rayo. Poco a poco y sin muchas prisas los Namikaze iban ganando terreno. Como habían previsto capturaron dos fuertes situados cerca del Templo de Nakano.

Después quemaron y arrasaron sin piedad tres fuertes más, cuatro aldeas y dos ciudades. No habría piedad ninguna. Los guerreros del Norte eran inferiores en número, puede que ahora estuviesen en ventaja pero pronto se verían superados ampliamente. Si empezaban a mostrar piedad se los comerían, y Naruto lo sabía.

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