CAPITULO 23 - Pasa el Tiempo.

1.6K 95 6
                                    

Naruto y Sakura fueron a comer con la familia. Pero obviamente aprovecharon la ocasión, ya que ahora estaba bien, para contarles que Sakura estaba embarazada.

En realidad solo era una suposición, aunque los síntomas eran bien claros tampoco se podía asegurar. Aunque conformé fueron pasando los meses se confirmó con el crecimiento corporal de Sakura. Ya estaba confirmado, Sakura estaba embarazada realmente.

La relación entre Naruto y Sakura sin duda había mejorado una gran cantidad. Haberse dado cuenta de los verdaderos sentimientos que tenían el uno por el otro. Y haber podido reconocerlos había ayudado mucho.

Ahora era casi como un pequeño idilio personal. Sakura se sentía un poco estúpida por haber rechazado tanto la idea de la boda. Aunque también era algo absurdo pensar en ello ahora.

Lo único que importaba era que ahora las cosas estaban bien. Realmente bien. Mandaron una carta a los padres de Sakura para informar de su embarazo. Obviamente a los pocos días recibieron la respuesta, los Haruno estaban también muy contentos.

Las dos familias estaban cada vez más unidas. Naruto le envió también una carta a Shikamaru. Su respuesta fue decirle de broma que lo sentía mucho. Aunque Naruto lo entendió bien claro.

Mientras tanto Naruto seguía su entrenamiento con Sai. El chico iba mejorando cada día mas, aunque ahora tenía muchas obligaciones con su nuevo cargo. Pero también agradecía la sustanciosa suma extra de dinero.

De hecho la hermana de Sai por fin logró recuperarse de su enfermedad. Obviamente eso se notaba en el estado de ánimo del moreno, estaba realmente feliz. Pero ahora seguiría luchando junto a Naruto por supuesto.

Natsumi estaba casi todo el día con Sakura. Como Naruto no podía estar todo el día con ella la rubia se dedicaba a hacerle compañía a la pelirrosa. Eran buenas amigas al fin y al cabo. Aunque se habían distanciado un poco desde que Naruto y ella descubriesen los placeres de encerrarse en su habitación, las cosas seguían igual de bien entre ellas dos.

Naruto, todo el rato que podía pasar con Sakura lo aprovechaba al máximo. Estaba todo el rato que podía con ella, la cuidaba y sobretodo quería hacerla sentir querida y apoyada por supuesto. Y era así como lo sentía Naruto, para el ahora mismo Sakura lo era todo. Ella y la vida que crecía en su interior.

Naruto estaba realmente emocionado. Nunca se lo había planteado, sin embargo la idea de tener un hijo, o una hija, junto a Sakura le hacía realmente feliz. Pensar en una pequeña personita a quien criar y educar le hacía muy feliz.

Habían pasado ya concretamente ocho meses. Era por la noche y Naruto y Sakura estaban juntos en su habitación. Sakura estaba apoyada de espaldas encima de Naruto mientras que el la abrazaba por detrás colocando sus manos en su vientre. El pelo de Sakura estaba ya realmente largo, estaba empezando a plantearse cortárselo por que le llegaba ya casi hasta el final de la espalda.

- Naruto… - Dijo ella colocando su mano encima de la mano de Naruto.
- Dime. – Contestó el cariñosamente.
- ¿Cómo educaras a nuestro hijo? – Preguntó Sakura con mucha curiosidad.

Naruto se quedó unos segundos pensando. Tenía que reconocer que todavía no se lo había planteado mucho. Pero si tenía mucha ilusión de empezar a hacerlo.

- Pues… me gustaría que fuese una buena persona, y que valorase y quisiese mucho a su familia. Pero sobretodo… lo que más me gustaría es que fuese feliz. – Dijo Naruto abrazando con cariño a Sakura.
- Yo sobretodo quiero que pueda hacer lo que quiera siempre. Que nunca se vea obligado a hacer nada que no desee. Pero también debe aprender a valorar sus obligaciones, siempre que no sean desmedidas. – Dijo Sakura.
- Parece que hables de nuestro matrimonio. – Dijo Naruto riendo un poco.
- Naruto… bueno creo que yo he tenido suerte al final. Pero, no sé si me arriesgaría de la misma forma con mi hijo. El, puede no tener suerte. Si tú fueses otra persona ahora yo podría ser totalmente infeliz. – Dijo Sakura pensando.
- Ya, te entiendo. Yo también creo que he tenido suerte Sakura. – Dijo Naruto besando su nuca.

Naruto acarició de nuevo el vientre de Sakura. Sonrió un poco al notar de nuevo una patada. Era sorprendente que ya hubiesen pasado ocho meses. Y que faltase tan poco para que naciese. Todo estaba yendo muy bien.

- ¿Y si es un chico? – Preguntó Sakura.
- Pues… creo que debería tener unos conocimientos mínimos con la espada y de estrategia. Al fin y al cabo será el Señor de Soragakure después de mí. Pero en realidad lo que me gustaría seria enseñarle todo lo que yo sé, y más si pudiese. Pero creo que eso lo dejare a su elección. – Dijo Naruto pensando.
- ¿No quieres obligarle a entrenar? – Preguntó Sakura seria.
- No, no quiero que pase por lo mismo que pasé yo. – Dijo Naruto sin dudarlo. – Si él quiere hacerlo, le entrenare hasta que caiga rendido… pero si no. No le pienso obligar. – Dijo Naruto sin pensarlo.
- Pues… si tuviésemos un hijo… la verdad es que lo que más me gustaría seria que fuese como tú. – Dijo Sakura sonrojando a Naruto.
- Gracias. – Dijo el chico sonrojado por el cumplido.
- ¿Y si es una chica? – Preguntó Sakura.
- ¿La verdad? Si te soy sincero me encantaría tener una hija que quisiese aprender todo lo que yo sé con la espada. – Dijo Naruto.
- ¿Enserio? – Preguntó Sakura algo divertida.
- Si, seria alucinante la verdad. Imagínate hacer un torneo y apuntarla para ver la cara de idiotas que se les queda a todos cuando una chica les dé una paliza. – Dijo Naruto riendo.
- La verdad es que sería muy bueno. – Dijo Sakura también riendo.
- Pero… lo que sí quiero es que haga lo que quiera. Quiero que mi hijo o mi hija sepan que pueden hacer lo que quieran. Siempre que acepten que tendrán sus obligaciones hacia la Casa y la ciudad claro. Pero dentro de lo demás, podrán hacer lo que quieran. – Dijo Naruto sonriendo.
- Si, es lo que yo quiero también. Tengo ya muchas ganas de que nazca. – Dijo Sakura contenta.

La pelirrosa en realidad estaba muy nerviosa todavía. Al fin y al cabo tenía 16 años. Bueno en realidad quedaban muy pocos meses para su cumpleaños asi que tenía casi 17. Pero aun asi se sentía muy joven para algo tan importante.

Pero todo el apoyo que Naruto le daba le hacía sentirse muy segura de si misma. Saber que jamás estaría sola era algo maravilloso la verdad. La verdad es que Sakura ya había logrado sentir Soragakure como su hogar. Y no solo eso, se sentía realmente muy querida por todas las personas que habitaban la Ciudadela Gris. Cuando no estaba Naruto se sentía casi igual que cuando estaba en su casa.

Pero con Naruto al lado se sentía incluso mejor. No quería ir a ningún otro lugar, ahora ella era feliz allí y no podría serlo en ningún otro lugar. Amaba su vida actual.

- Naruto… - Le llamó Sakura acariciando las manos del rubio que la abrazaban por detrás.
- Dime. – Dijo el chico apoyando su frente en la cabeza de Sakura.
- Cada día te quiero más. – Dijo la chica muy contenta. – No te vayas nunca de mi lado por favor. – Dijo la chica apretando fuerte sus manos.
- Por supuesto que no me iré nunca Sakura. Yo también te quiero cada día mas. – Dijo el rubio besando su cuello.

Hace poco más de un año sacaron a Sakura de su casa y la obligaron a ir a una ciudad nueva y más grande a conocer a la persona que sería su futuro marido.

Mil veces Sakura se imaginó al hombre, un chico pijo, quizás horrible, quizás feo, quizás una mala persona. Un chaval malcriado más inmaduro que ella a pesar de ser mayor. La verdad es que no acertó ni una.

Tampoco fue todo maravilloso al principio. Todavía a veces recordaba que al principio tenía miedo de Naruto. Pensar en esas cosas ahora la hacían reír.

Y con todo lo que había pasado, como si ya fuese poco. En tan solo un mes estaría dando a luz a su primer hijo. Quizás todo pasaba muy rápido, pero con Naruto al lado no podría haber nada que no estuviese bien. Ya solo quedaba un mes…

CONTINUARA…

Juego De TronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora