CAPÍTULO 33 - Mas Peligros

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Naruto estaba maldiciéndose a sí mismo en su tienda de campaña. Nunca había estado más enfurecido consigo mismo. Sin embargo, a diferencia de los otros días, le llegó de nuevo una carta sin sello. Naruto se la cogió al mensajero y le ordeno marcharse de sus aposentos.

“A la atención de Naruto, de la Casa Namikaze, Señor de Soragakure y Guardián del Norte,

Primero quiero presentarme, mi nombre es Obito, de la Casa Uchiha. Dentro del ejército ostento el rango de General y probablemente tarde o temprano nos encontremos en el campo de batalla y uno de los dos deba morir.

Sin embargo no te escribo por ese motivo. El día que tu padre visitó Kumogakure yo no conocía los verdaderos motivos por los que mi tío Madara le había convocado allí. Y es una decisión que yo no habría apoyado, no me gusta que mi Casa se vea como la de unos cobardes. Pero es así como estamos quedando.

Por ese motivo, y totalmente en secreto frente al Guardián del Este, tomé la decisión de abrir la celda de Minato Namikaze y dejarle una espada a su alcance. Después me marché sin mirar atrás.

Como consecuencia de mis actos, y sin arrepentirme un solo momento, tu padre ha acabado con la vida de Madara Uchiha. Tras su batalla fue derrotado por el nuevo Señor de Kumogakure, lo sorprendente es que venciese a Madara con sus heridas y su estado.

Por lo que comentan los guardias, mi sobrino tenía planeado volver a encerrarlo. Tras eso tu padre se quitó la vida sin dudarlo. Si no fuese por mi tu ni lo sabrías y seguirían aprovechándose de tu debilidad.

Me despido de ti, la próxima vez que nos veamos será en el campo de batalla y yo trataré de matarte únicamente con mi habilidad y mi espada. Uno de los dos encontrará una muerte digna de guerrero, como tu padre al final de sus días.”

Naruto destruyó la carta, se había propuesto que su familia jamás conocería aquellos detalles. Ya habían aceptado la muerte de Minato y ellos no tenían por que sufrir aquella mentira provocada por Madara.

El rubio salió de la tienda de campaña, allí pudo ver a sus tres consejeros hablando un poco. Estaban algo molestos y fastidiados con Naruto, él lo comprendía. Después llevó su mirada a todas las tropas que estaban sucumbiendo a la desmotivación.

- “Perdonadme… os he fallado…” – Pensó Naruto mirándoles a todos. – Chicos… - Dijo llamándoles a los tres.
- ¿Si? – Preguntó Sai.
- Preparad a todos los hombres… esta tarde atacaremos. – Dijo con decisión.

Los tres asintieron satisfechos, por fin lo que tanto llevaban pidiéndole a Naruto. Ellos sabían que había ocurrido algo, pero respetaron su intimidad y sus decisiones. Pero ahora todo parecía haber vuelto a la normalidad.

Atacaron aprovechando que los Uchiha habían destinado casi todas las tropas al frente de los Senju. Atacaron por detrás y les hirieron con todo lo que tenían. Los Namikaze habían perdido ya en total 8.000 soldados, ya solo quedaban 12.000 norteños en el campo de batalla.

Los Senju habían perdido a más de 10.000, Naruto tenía sobre sus espaldas la mayoría de aquellas muertes. Nunca se lo perdonaría. Los Uchiha y los Hyuga habían perdido la mitad de las tropas. Casi todas fue al inició de la campaña. Pero ahora de nuevo los Senju y los Namikaze estaban domando el campo de batalla.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------- En Kumogakure

Sasuke estaba en su habitación, mirando la costa que había tras el muelle de la ciudad. A su espalda apareció su esposa Hinata, que ya estaba embarazada de cinco meses.

- Al final cumpliste tu promesa… - Dijo la chica poniéndose a su lado.
- Te lo dije… seriamos Guardianes del Este en menos de un año. – Dijo satisfecho mirando a su esposa.

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