CAPITULO 20 - Vida Conyugal

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Naruto y Sakura salieron a desayunar. Estuvieron algo callados aunque notaron que Kushina y Minato los miraba algo distinto. Como si supieran lo que había ocurrido aquella noche. Era algo incómodo la verdad.

Desayunaron más o menos rápido como siempre. Después de la boda había que volver a la rutina. No había mucho descanso ni para los recién casados. Naruto hoy tenía entrenamiento con Sai por la mañana.

A pesar de que él ya era oficialmente un soldado de Soragakure a Naruto le gustaba seguir practicando con él. El chico tenía bastante aguante y solo podía practicar con él desde que se marchase Shikamaru.

- He de admitir que poco a poco mejoras. - Dijo Naruto bloqueando la espada de Sai.
- Pero aunque estemos practicando tengo la sensación de que ningún golpe mío te alcanzaría. - Dijo Sai tratando de atacarle.
- Y es verdad. - Dijo Naruto desviando su golpe. - Pero cuando tengas que luchar de verdad no seré yo tu rival. Seré la persona que te ha enseñado a luchar. - Dijo después Naruto deteniendo el combate con autoridad.

Sai se separó de Naruto. Había entendido que el entrenamiento ya había acabado. Naruto parecía bastante tranquilo pero Sai estaba prácticamente agotado. Aunque como siempre no se había quejado.

- Naruto, ¿te puedo hacer una pregunta? - Preguntó Sai algo curioso.
- ¿El qué? - Preguntó Naruto guardando su espada.
- Bueno... es por curiosidad. ¿Qué tal es tener esposa? - Preguntó Sai enrojeciendo un poco a Naruto, por lo de anoche.
- ¿Y por qué quieres saber eso? - Preguntó el rubio tratando de cambiar de tema.
- Es que bueno... supongo que algún día me casare. - Dijo Sai mirando hacia un lado. - Y me gustaría saber que tal. - Dijo el chico devolviendo la vista a Naruto.
- Bueno... no sabría que decirte. Solo llevo un día casado. - Dijo Naruto eludiendo muy bien la pregunta.
- Entiendo... - Dijo Sai algo decepcionado con la respuesta.
- ¿Y es que te gusta alguien? - Preguntó Naruto.
- ¡Eh! No... para nada. - Dijo Sai algo sonrojado.
- Ya... claro. - Dijo el rubio después dando un paso hacia adelante. - Tu entrenamiento en el cuartel empieza en media hora. Así que más te vale rendir bien. - Dijo Naruto poniendo una mano en su hombro y deprimiendo un poco al chico.
- Sí. - Dijo Sai suspirando.

Naruto ahora tenía que entrenar un poco con su hermano Hiro. El chico era también rubio, sin duda los genes de aquella familia eran muy característicos. Tenía 8 años y era un poco tímido. Sin embargo tenía ganas de ser un gran guerrero como su hermano mayor. Era la persona a la que quería imitar. Así que se podría decir que tenían una buena relación.

Aunque Naruto tenía que reconocer que entrenar a un niño era algo aburrido. Pero lo hacía porque él siempre se lo pedía.

--------------------------------------------------------------------------------------------- En el Interior del Castillo

Hoy Sakura estaba acompañando a Kushina en su rutina. En lugar de simplemente darle lecciones, estaría con ella mientras hace el trabajo de Señora de Soragakure.

En realidad las funciones de Kushina eran bastante importantes. Tenía que solucionar, en mayor o menor medida, todos los problemas que surgiesen en Soragakure. Accidentes, edificios deteriorados, problemas legales entre ciudadanos. Era algo agotador mentalmente. Sakura se estaba deprimiendo por segundos.

Hoy, por ahora, había tres ciudadanos. A uno de ellos le habían robado los cerdos de su granja. Kushina le prometió que unos guardias lo investigarían. Después el segundo había denunciado a su vecino por haber mirado de forma lasciva a su mujer. Kushina lo mando para casa con una gota en su frente.

El último había venido a informar de que su casa había tenido ciertos desperfectos provocados por la antigüedad. En el castillo controlaban los arquitectos y obreros así que Kushina le dijo que se pasarían por su casa a evaluar los daños y hacerle un presupuesto, que obviamente pagaría el hombre. Pero era Kushina quien hace los trámites.

Ya habían terminado y Kushina se quedó mirando a Sakura como esperando recibir alguna pregunta por parte de la pelirrosa. Y no estaba equivocada.

- ¿No os resulta... aburrido? - Preguntó Sakura directamente.
- Bueno, a veces un poco. Pero me satisface saber que la ciudad funciona bien. - Dijo Kushina.
- Ya bueno... pero... no se... no parecían cosas muy importantes. - Dijo Sakura sin intentar herir a Kushina.
- Te lo dije Sakura. Tu trabajo es importante, pero solo tú lo sabrás. Hasta tú opinas que lo que hago es una tontería. Pero... si no hubiese ayudado al primer hombre que ha venido se habría enfadado con el castillo, y con toda la Casa por ignorar a los ladrones. El segundo... bueno, si le hubiese dado la razón por una estupidez así la ciudad empezaría a hacer cosas raras... y el tercero, acabaría viviendo en la calle si no le hubiésemos atendido hoy. Son pequeños detalles, pero son los que hacen que la ciudad esté tranquila, que los ciudadanos estén contentos y todo funcione bien. - Dijo Kushina mirándola. - Si yo faltase, o si tú faltases en el futuro. La ciudad no lo notaria al momento... sin embargo al cabo de unas semanas, un par de meses... las cosas ya estarían realmente mal te lo aseguro. Puede que no te vayan a reconocer como una pieza realmente importante de la Casa, pero... a mí me vale la satisfacción de saber que hago bien mi trabajo y ayudo a todos los ciudadanos. - Dijo Kushina sintiéndose orgullosa.

El resto día transcurrió con mucha normalidad. Y tras eso la familia ya se encontraba terminando de cenar. Tras despedirse, Naruto y Sakura subieron juntos hacia su cuarto. Se formó un pequeño silencio, pero no era incómodo.

Ambos entraron dentro disponiéndose a finalizar el día. Sakura le pidió a Naruto que no mirase mientras se ponía algo más cómodo para dormir. Naruto aprovechó también para ponerse su ropa nocturna.

Naruto fue el primero en ir hasta la cama, para después abrir las mantas para que pudiesen entrar en la cama. Después Sakura se tumbó también en la gran cama de matrimonio y ambos se taparon hasta el cuello. De noche hacia frio en Soragakure, hasta en verano.

Naruto notó que Sakura movía sus piernas tratando de entrar un poco en calor. Haberse quitado la ropa entre las frías paredes del castillo había hecho que se destemplase. Naruto se dio cuenta, y por acto reflejo se acercó a ella abrazándola por detrás y rodeando su cuerpo pasando su brazo por el vientre de la chica.

Sakura se sonrojó un poco por el contacto, pero tuvo que reconocer que, aunque no del todo, comenzaba a dejar de tener frio. Llevó sus manos al brazo de Naruto que la abrazaba apoyándolas suavemente en él.

- Gracias... - Dijo Sakura sonrojada.
- De nada. - Dijo el rubio haciendo que Sakura se le erizase la piel del cuerpo. Le estaba hablando al lado del oído.

Sakura se recolocó un poco adoptando una postura más cómoda. Naruto, sin dejar de abrazarla, se adaptó a su postura encajando prácticamente como dos piezas de puzle.

- ¿Qué tal el día? - Preguntó Naruto interesado por la chica, casi no había podido hablar con ella en todo el día.
- Bien, algo aburrido pero bien. - Dijo Sakura mirando la pared. - ¿Y tú? - Preguntó Sakura.
- También aburrido... la verdad... llevaba todo el día deseando que llegase la noche. - Dijo Naruto colocando su frente en la espalda de Sakura.
- ¿Por? - Preguntó la chica algo sonrojada.
- Quería... estar contigo. - Dijo Naruto apoyado la cabeza en la espalda de Sakura.

Naruto en ese momento abrazó a Sakura con más fuerza. Aun así seguía siendo un abrazo bastante agradable así que Sakura no se quejó. Aunque tenía que reconocer que estaba sonrojada por la declaración de Naruto.

- La verdad es que yo no he pensado en eso. - Dijo Sakura. - Pero creo que este está siendo el mejor momento del día. - Dijo la chica tratando de ser sincera como él. Aunque le estaba costando.

Con sus manos, Sakura hizo que Naruto aflojase un poco su agarre. Después, sin que el dejase de abrazarla, ella se dio media vuelta dejando su rostro junto al de Naruto, mirándose a pocos centímetros.

Naruto llevó su otra mano, la que no abrazaba a su esposa, a su rostro acariciándola suavemente. La piel de Sakura era bastante agradable de tocar, o eso pensaba Naruto.

- "¿Y que más de que no esté enamorada? ¿Qué más da que me hayan obligado a casarme? Si esto me gusta... no voy a tratar de ocultarlo o hacerme creer que no..." - Pensó Sakura acercando su rostro poco a poco al de Naruto.

Fue el rubio quien recorrió los últimos milímetros haciendo que ambos se besasen durante un largo minuto. Y una cosa llevó a la otra y al final definitivamente la noche se había convertido en el mejor momento del día. Y probablemente de los próximos días también.

CONTINUARA...

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