Let me love you [Liam Payne - One Direction]

Capítulo 31

-¿así qué cantaréis "Let me love you"? - dijo Liam apoyado en su coche a la entrada del edificio.

- ¿Qué haces aquí? - dije sorprendida de verle.

- ¿Qué menos que venir a buscar a la futura estrella? - dijo dedicándome una sonrisa.

A mi lado estaban Amalia e Irene, que quedaron igual de sorprendidas de verles allí. Cris salió con las demás riendo a pleno pulmón de algo, pero al ver a Liam una gran cara de asco y desprecio pasó por su cara.

-¿Nos vamos? - dijo moviendo la cabeza en seña de que me diera prisa, sin olvidar la mirada fulminante que echó a Cris.

Subí al coche confusa, no me esperaba que Liam viniera a por mí. Encendí la radio como si de mi coche se tratase y me acomodé, al subir él me miró y rió entre dientes.

-¿De qué te ries? - pregunté.

- Ya como por tu casa, te acomodas, pones la música...

- Hombre, pues claro.- reí.

- Recuerdo el día que te conocí... Estabas lo más pegada a la puerta que podías, tiesa y no decías ni una palabra, ni siquiera me dijiste donde vivías.- rió mientras lo decía.

- No es muy normal que me monte en coches de gente extraña y me lleven a casa...- dije intentando evitar acordarme de esa noche.- Nunca hubiera imaginado que llegáramos hasta este punto.

- Yo sí.- sonrió pícaro.

-¿Cómo que tú sí?- me giré a mirarle.

- Desde el primer momento que te vi entrar por la puerta del bar supe que no podía dejarte escapar, en el fondo sabía que algo nos pasaría.

- No digas bobadas Liam.- me crucé de brazos y miré por la ventana intentando evitar el contacto visual con él.

- Vamos, me dirás que tú no pensaste alguna locura al verme- comenzó a reír.

- Sí, que podías ser un violador y no lo contaría esa noche.- intentamos evitar la risa, pero fue imposible.

- ¿Ves? Eso es lo que me gusta de ti... No eres como las demás, cualquier otra me lo habría contado o se hubiera callado como una tumba.

- Ya... Bueno... Por cierto, ¿dónde vamos?

- A pasarlo bien un rato y celebrar esta gran oportunidad que tienes.

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- Hace muchísimo tiempo que no juego a los bolos... - dije tímida.

- Pues va siendo hora de que vuelvas a jugar ¿No? - dijo sonriente mientras se ponía los zapatos.

Estábamos en la bolera más chula de todo Madrid, era como las de las películas pero mejor decoración, en el techo colgaban caballos del tiovivo, lámparas de colores enormes, una cafetería como si estuvieras en "Alicia en el país de las maravillas"... Y para colmo, estábamos casi solos ya que era un día entre semana y había gente con clase.

- Sí... Pero como te rías de mí juro que esta será la última vez que juegues Payne.- le advertí con el dedo.

- Uuuuuuh que miedo, mira como tiemblo.- dijo mientras se levantaba haciéndome burla y yendo a la pista.

- Seguro que al final te doy una paliza.- dije con las manos en la cadera estirando el cuello mientras me acercaba.

- Eso habrá que verlo.

Cogió una bola color azul metalizado, que eran las que más pesaban y se puso en posición de tirar, cogió carrerilla y lanzó la bola con estilo y fuerza. Rodó recta por toda la pista dando en todo el medio derribando todos los bolos menos uno de un extremo.