7. Zona roja

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Capítulo 7

Zona roja

Era jueves finalmente, la semana se había ido con lentitud, Kim terminaba de arreglarse para ir con Carlos a la fiesta, veía una película de acción en la televisión, ya me sabía el final la había visto miles de veces.

—¿Qué te parece?—miré a mi amiga que había salido con una falda algo corta que se movía con cada movimiento, blusa negra que brillaba con cualquier tipo de luz y una chaqueta blanca sin ignorar las botas de tobillos con tacones. Su cabello iba suelto completamente liso, sonrió esperando una respuesta.

—Todo lo que tienes grita tu nombre.

—Gracias—rió un poco acercándose a su celular que dejo en la mesa—¿Te quedarás aquí sola?

—Estaré bien.

—¿Segura que no quieres ir?—se sentó a mi lado suplicando—Podrías invitar a Matt.

—No creo que pueda ir, debe estar trabajando...

—Inténtalo, ¿Sí? Sólo para saber—inclinó su cabeza de lado.

Suspiré tomando mi celular, busqué su número esperando a que atendiera colocando la llamada en alta voz. En cuanto los minutos comenzaron a correr en el celular hablé primero:

—¡Hola Matt!

—¡Susan! Hola, ¿Qué sucede?—su voz nunca parecía reflejar otras emociones además de alegría y dulzura cuando se refería a mí.

—¿Estás ocupado esta noche?—mordí mi labio algo nerviosa—Creí que podríamos...salir...un...rato...

—¡Hola Matt! Es Kim, la amiga de Susan—tomó el celular ante mis palabras lentas—Tengo un amigo que nos invitó a una fiesta y pues Susan pensó en que podrías acompañarnos.

Golpeé su brazo, yo no había dicho eso.

—¿Enserio pensó en mí?—escuché una risita de su parte. Kim sonrió con diversión—En unos minutos salgo del trabajo, ¿Podrías dejarme la dirección y nos vemos allá? Debo ir a mi casa y limpiarme un poco...

—¡Claro! Susan te la enviará ahora mismo.

—Vale, nos vemos allí—colgó.

—Eres una mentirosa, tú fuiste la de la idea—volví a golpear su hombro ganando un empujón de su parte.

—Ve a vestirte—apresuró.

Había escogido unos pantalones que se acomodaban a mis piernas, eran de color café, una blusa suelta con rayas negras y el fondo en blanco junto a unos botines negros de plataforma baja. Dejé mi cabello suelto después de cepillarlo varias veces logrando aplanar un poco las ondas, decidí aplicar un poco de brillo a mis labios. Tomé mi celular guardándolo en el bolsillo de mi pantalón recogiendo una chaqueta negra.

En el taxi Kim iba escribiendo en su celular, no podía creer que me encontraba camino a una fiesta y más aún que un chico estuviera esperándome allí. Un poco de diversión no caería mal. En la secundaria solía ir con Teresa a pocas fiestas de los chicos, eran buenas y tenían música perfecta, bailábamos juntas para ganar la atención de algunos chicos populares pero como siempre me pasaba, era demasiado asustadiza cuando alguien se acercaba a mí con insinuaciones pícaras.

Una casa de dos pisos muy amplia estaba frente a nosotros, Kim tocó la puerta, podía escuchar la música a todo volumen, Carlos nos recibió sorprendiéndose un poco al verme. El ambiente dentro era como el de esas fiestas de hace años, bebidas, música, alcohol, parejas bailando, personas besándose, un desastre total. Mientras seguía a Kim y a su amigo a la sala decidí enviarle un mensaje a Matt.

Sola (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora