34. Adiós a todo

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Capítulo 34

Adiós a todo

El timbre del apartamento sonó, me apresuré en ir a abrir. Kim sonrió abrazándome, había traído algo para beber. La dejé pasar a la cocina cerrando la puerta luego. Recogí mi cabello en una coleta baja.

— ¿Dónde están los demás?

—Matt fue con Emilia y Duke a ver unos amigos—contesté. Servía un poco de vino en las copas que sacó del estante—Ayer hablé con papá.

— ¿Sobre qué?—recogí mi copa sentándome frente al mesón. Tenía su cabello en una trenza despeinada.

—Sobre mis planes—noté que fruncía el ceño—Me iré a París con Matt.

— ¿Qué?—dejó de beber— ¿Es enserio?—no supe si estaba molesta o feliz pero cuando chilló de emoción y me abrazó fuertemente supe que estaba contenta— ¡Felicitaciones! ¡Es la mejor decisión! Emilia estará mucho mejor allí y tú también estarás mejor. Aunque te extrañaré, no me olvides, ¿Sí?

—Claro que no—me apresuré a decir—No me iré por siempre, le dije a papá que regresaría por cierto tiempo, quizás de vacaciones o de visita.

—Me alegro por ti, cielo—volvió a abrazarme. Correspondí el abrazo sonriendo con cierto alivio, creí que se enojaría. Noté que el abrazo comenzaba a durar de más—Te lo mereces, Susan—susurró—A veces el príncipe azul no es el primero en llegar.

—Lo sé—reí un poco sin soltarla aún—Oye, no voy a morir.

—Perdón, lo siento, es sólo que voy a extrañarte—su voz comenzó a fallarle. ¿Estaba llorando? Acaricié su espalda recordando todos esos momentos en los que me molestaba con ella pero finalmente el resultado era bueno, Kimberly siempre tuvo razón en muchas cosas. De no ser por ella...el final hubiera sido distinto.

—Está bien, nadie olvidará a nadie—logré separarme un poco. Sus ojos luchaban con las lágrimas—Papá se preocupó por Emilia, no confía mucho en Matt aún.

—No lo imaginaba—bromeó limpiando sus mejillas cuando las gotas cayeron—Cualquier problema que suceda sólo llámame, ¿Sí? Sabes que soy tu amiga y que siempre te ayudaría en el peor momento.

—Lo sé—sonreí volviendo a abrazarla por otro largo rato.


Un mes exactamente había pasado. Un mes, sólo un mes me tomó organizar todo para irme. ¿Tan poco era mi vida cuando se guardaba en cajas? Duke se quedaría con los padres de Matt aunque éstos dudaron mucho. La noticia de que me iba a París había volado con velocidad. Todos me desearon lo mejor, estaban seguros de que para Emilia sería perfecto. Aprendería rápido al ser tan pequeña.

Eché un último vistazo al departamento respirando profundo. Estaba vacío, sería difícil olvidar todo lo que pasó aquí. Todo lo que tuve que pasar, sonreí un poco acariciando el mesón de la cocina por última vez.

—Todo está listo—Matt apareció por la puerta. Al verme se acercó ayudándome con la maleta—Los chicos esperan en el aeropuerto.

—Me está costando creer que realmente me voy—susurré paseando mi vista otro rato más.

—Estamos a tiempo de quedarnos—rodeó mis hombros con su brazo. Besó delicadamente mi frente.

—No, está bien, al principio todo es difícil pero...algo bueno vendrá—sonreí un poco—Vamos.

Cerré la puerta dejando la llave debajo de la alfombra. Seguí a Matt saliendo del edificio, Emilia se encontraba en brazos de Lisa quien le hacía cosquillas. Al notar mi presencia se acercó entregándomela, la acomodé en su asiento trasero mientras abrazaba su muñeca.

— ¿Etás ben, mami?

—Sí, cariño—acaricié su cabello sonriéndole dulcemente. Sus ojos verdosos sabían que no era cierto—Estoy un poco nerviosa, es todo.

— ¿Todo está bien?—me sorprendió que Alfred decidiera hablarme. Era el más tímido del grupo. Cerré la puerta con Emi distrayéndose con su muñeca de nuevo— ¿No es sencillo, cierto?

— ¿Has hecho eso alguna vez? ¿Dejarlo todo y arriesgarte?—susurré notando que Roman hablaba con Matt.

—Todos lo hemos hecho alguna vez—sonrió de lado— ¿Qué sería la vida de no ser por esos momentos? ¿No crees?


El aeropuerto estaba lleno de personas que esperaban su vuelo, dejé que los chicos se encargaran de todo. Estaba muy distraída y sorprendida conmigo misma, más bien, luchaba con mi voz interior para no decirle a Matt que esto estaba mal. ¿Por qué debería estarlo? ¿Querer lo mejor estaba mal? Emilia crecía con velocidad, todo se adaptaba a ella con rapidez, la miré por un largo rato deseando ser como ella, sin problemas, sin preocupaciones...Así éramos todos. Las preocupaciones y los problemas los traía el mundo consigo.

Lisa se acercó sonriendo ansiosa. Sus ojos brillaban.

—En unos minutos sale nuestro vuelo, ¿No estás emocionada?

—No tanto como tú pero...sí—sonreí divertida— ¿Te emociona regresar?

—Claro que sí, a pesar de que mi verdadero hogar es Alemania junto a mis padres—señaló encogiéndose de hombros—Es bueno regresar a esos pequeños lugares que consideramos un hogar.

—Supongo.

Emilia recostó su cabeza en mi hombro sin soltar su muñeca. Apoyé la mía en la suya con Lisa mirándonos dulcemente.

—Estarán bien, Susan—acarició mi brazo—No estarán solas, además, Matt estará muy entusiasmado de mostrarles todo.

Le dediqué una pequeña sonrisa mirando como volvía a alejarse cuando Alfred la llamaba. Tomé asiento con la niña en mis piernas.

— ¿Nos idemos pod siempe?—subió su carita observándome— ¿No vedemos a los abuelos?

—Claro que sí—acaricié sus mejillas—Nos iremos por un tiempo pero siempre que quieras podemos regresar, cariño—besé su frente. Acomodé algunos mechones de su cabello oscuro—Tu padre quiere enseñarnos otro lugar mucho más grande y hermoso que este.

—Duke...

—Sé que lo extrañas, yo también lo extraño pero estará bien con tus abuelos—pellizqué su nariz. Rió un poco y la abracé aferrándola a mí—Estaremos bien, ya lo verás.

Sola (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora