19. Algo de apoyo

648 75 1
                                    

Capítulo 19

Algo de apoyo

Desperté a la mañana siguiente, el sol entraba por la ventana, a través de las cortinas. Bostecé un poco encontrando la otra cama vacía, tomé mi celular encendiéndolo. Eran las 10:00 de la mañana, decidí escribirle a Matt explicándole porque no le había avisado anoche de mi llegada. Al bajar a la cocina después de lavar mi rostro y cepillar mis dientes, escuché risas que provenían del comedor, mamá limpiaba algunos platos mientras que Kim reía con un hombre de cabello oscuro y ojos verdosos.

—Buenos días—interrumpí las risas.

—Buenos días, cariño—sonrió mi madre al verme. Papá se levantó, sin dudarlo fui hasta él abrazándolo fuertemente. Había extrañado mucho sus abrazos, los había extrañado en general a ambos.

—Mamá dijo que estabas cansado, no quise despertarte—lo miré, acarició mi cabello fijándose en el cambio.

—¿Ahora somos pelirrojos?—bromeó haciéndome reír.

—¿Me quedó horrible?—temí lo peor pero él sonrió besando mi frente volviendo a abrazarme.

—Estás hermosa como siempre—acarició mi espalda—Me alegra verte así y no sufriendo por un idiota.

Papá había sido uno de los primeros en enfrentar a Max, en el tiempo que se quedaron en mi departamento, se había aparecido en su trabajo armando un escándalo en la ferretería. Todos los clientes, hasta el mismo jefe supieron lo que el chico me había hecho. Creía que estaba mal pero ahora me alegraba el hecho de que lo hiciera.

—Déjala comer algo, debe estar hambrienta.

Al estar en la mesa me esperaba un buen desayuno, típico de mamá, siempre me alimentaba en exceso, de niña me enseñó que cuando había mucho podía dar en abundancia pero si había poco debía aprender a sobrevivir con lo que tenía. Kim escribía en su celular, últimamente la veía muy pegada a ese aparato.

—¿Dormiste bien?—preguntó papá interrumpiendo mis pensamientos. Bebía de su taza de café.

Sonreí de lado, eso me recordó a Matt.

—Sí, muy bien—pinché algunas cosas con el tenedor—¿Cómo va el trabajo en la pescadería?

—Bastante movido realmente—se cruzó de brazos sobre la mesa—Estoy pensando en dejarlo.

—¿Qué? ¿Por qué?—tragué con dificultad. Tuve que beber algo de limonada para pasar el bocado.

—Tu padre no puede levantar tanto peso como antes—explicó mamá sirviéndome más en el vaso—El doctor le recomendó guardar reposo y buscar algo más liviano para su cuerpo.

—¿No ha pensado en buscar trabajo en la ciudad, señor Reed?—intervino Kim al colocar atención.

Papá no haría eso. Discutía con mamá todo el tiempo pero ambos no podían estar sin el otro, nunca entendí su relación, supongo que cada pareja es distinta.

—No creo que acepten personas de mi edad, la mayoría de los empleos requiere actitud, disposición y buena presentación.

—No es eso—dije al instante—Es obvio que no se irá. Prefiere quedarse aquí con mamá.

—Susan—reprochó dulcemente. Ya lo habíamos hablado.

—Prefiero quedarme porque estoy cómodo en donde estoy, eso es importante.

Cuando el tema fue cambiando ya había terminado de comer, Kim había decidido subir a darse un baño, al quedarme sola con mis padres no tuve que sacar el tema. Papá lo había hecho por mí.

Sola (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora