13. Sinceridad cruel

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Capítulo 13

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Capítulo 13

Sinceridad cruel

Cuando Kimberly llegó me encontraba durmiendo en mi habitación, al menos eso me dijo, no quería contarle lo que había pasado con Max. Si se enteraba que había estado a solas conmigo por unos minutos se enojaría demasiado, Matt me envió algunos mensajes preocupado de que no le escribiera, en otro momento me habría causado ternura pero ahora sólo quería estar sola.

El trabajo en la cafetería era muy agitado ese día, lloviznaba en la ciudad lo cual causaba más alboroto y clientela. Por la tarde, como siempre, el chico de ojos café asistió pero no quería que lo atendiera, quería hablar conmigo.

—Estoy trabajando ahora.

—Esperaré, no importa.

—Matt...

—Voy a esperar, Susan—su voz fue segura y su rostro estuvo serio. Sin decir más seguí con lo mío.

Cuando el turno había acabado, fui a cambiarme junto a Kim quien escribía en su celular. Al verme tan callada no pudo evitar preguntarme.

—¿Pasó algo que no sepa?

—No.

—No has dicho nada desde ayer por la noche—se cruzó de brazos apoyándose en su casillero.

—Estoy bien, enserio—sonreí sin ganas. Al quitarme el uniforme y dejarlo allí entre mis cosas, acomodé mi cabello mejor odiando las ojeras que comenzaban a aparecer bajo mis ojos. Matt diría algo sobre eso, estaba segura, el chico se preocupaba demasiado por mí, demasiado para mi gusto—Llegaré tarde.

—¿Saldrás con Matt?—se mostró algo confusa y sorprendida.

—Sí. Hablaremos luego, Kim—me despedí saliendo de allí con mi bolso.


Habíamos decidido que el parque era la mejor opción para caminar, a pesar de que la noche había caído, algunas personas parecían adorar el aire nocturno, la brisa era suave y fría, las hojas de diferentes tonalidades caían al suelo, el otoño siempre me había parecido una temporada tranquila y serena. Caminé a su lado con las manos en los bolsillos de mi chaqueta, cuando estuvimos sentados en uno de los bancos, respiré profundo sin verlo.

—¿Qué te dijo Kim de que vendrías conmigo?

—Estaba algo sorprendida de que fuera a esta hora—contesté asintiendo. Tenía la mirada perdida—Tal vez no está acostumbrada a verme salir tanto con alguien.

Hubo un minuto de silencio, suspiré sintiendo el cansancio. Quería llegar a mi departamento y dormir hasta mañana.

—¿Cómo te has sentido?

—Bien—mentí—¿Qué tal el restaurante?

—Bien—repitió sin darle importancia—Mañana trabajaré por la mañana, luego llevaré a Duke al veterinario.

Sola (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora