11. Calurosa noche

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Capítulo 11

Calurosa noche

En un principio no sabía si estaba bien o no decirle a Matt sobre la presencia de su hermano en la cafetería, de no ser por Kimberly, el chico ni se hubiera enterado. Estuvo bastante furioso por unos días, según él, le había dado un buen discurso a Max pero estaba segura de que él ni siquiera lo escucharía.

Los días pasaban volando y al parecer no me cansaba de las bromas de Matt, me gustaba el hecho de que cada vez que charlaramos me hiciera reír, en algunas ocasiones me recordaba lo mucho que le encantaba, nunca pude controlar esos sonrojos repentinos, así como disfrutaba acomodar mi cabello suelto cuando andaba despeinado, yo tomé una nueva costumbre. Siempre que nos veíamos jugaba con su cabello largo todo el tiempo, a Matt le encantaban esas caricias suaves.

Max se apareció un par de veces más intentando conquistarme, le había dicho que perdía el tiempo, cuando tocaba el tema de su hermano dejaba que pensara lo que quisiera. La única persona que tenía derecho a molestarse era yo.

Era sábado por la noche, Aris junto a su primo nos había invitado a la discoteca, dudé como siempre pero Kim estuvo de acuerdo. Ella llevaría a Carlos y yo con Matt. Ambos chicos se habían hecho amigos en aquella fiesta donde casi nos besamos, todavía no lo recordaba.

—¿Cuándo fue la última vez que viniste, Susan?—preguntó Aris enganchándose en mi brazo mientras entrábamos junto a los demás.

—Hace mucho, no lo recuerdo—sonreí un poco. La música hacia vibrar cada rincón del lugar, al localizar una mesa, pude ver a una inquieta Kim, estaba ansiosa por bailar. Aris conocía a la mayoría del personal, Matt susurró en mi oído indicándome que su prima conocía a la mayoría de las personas en la ciudad.

Los tragos llegaron a las mesas y uno que otro bocadillo para tener algo en el estómago, las personas disfrutaban con su acompañante, bailando, bebiendo o consintiéndose mutuamente. Carlos había ido junto a Kim a bailar en la pista, muchas personas se encontraban moviéndose al ritmo de la canción.

—¿Cómo es que conoces a todo el mundo?—alcé la voz para que Aris pudiera escucharme.

—Algunos estudiaron conmigo—se encogió de hombros bebiendo un largo trago—Son viejos amigos míos.

—Señora popular—se burló Matt.

Miré a mi amiga bailando junto a su...¿Amigo? Tenía las manos en su cintura, Kim se movía de manera provocativa con una sonrisita pícara en los labios, ambos cuerpos se rozaban, todos estaban concentrados en sus movimientos así que nadie se preocupaba por lo que hacía la pareja que tenían al lado.

—¿No vas a bailar?—miré a Aris. Sonreía con cierta complicidad.

—No creo que sea tan buena moviéndome así.

—¿Lo has intentado acaso?—levantó una ceja.

—Aris, déjala—agradecí que Matt me salvara—Si ella no quiere bailar lo hará luego.

—De acuerdo, tranquilo, primo—se levantó sin decir a donde iba. Miré al chico que estaba sentado a mi lado observando las parejas que bailaban.

—No tienes que quedarte conmigo, Matt.

—Lo sé pero quiero hacerlo—sus ojos oscuros brillaban en la oscuridad, las luces de colores lo hacían ver más atractivo—Iré a buscar más bebidas, Kim y Carlos estarán sedientos al volver.

—Estoy de acuerdo—reí mirando como se alejaba. Me estiré un poco cruzándome de brazos luego, el lugar era espacioso lo cual era bueno ya que no tenía la sensación de estar ahogándome, se podía sentir era el calor, no sabía si era culpa de las luces, la multitud o la letra de las canciones. Algunos chicos me miraban intentando atraer mi atención, fingí estar ocupada revisando mi celular. Matt regresó algo más alegre—¿Pasó algo?

—No, ¿Por qué?

—Estás feliz.

—Oh, no es nada, sólo hablaba con una chica en la barra—volvió a reír pero me mantuve seria. ¿Qué chica estaba hablándole?—Está claro que en este lugar sobran las personas desesperadas.

—¿Enserio?—aclaré mi garganta—¿Quién era esa chica, Matt? Sólo por curiosidad.

—No lo sé, no dijo su nombre—se encogió de hombros—¿Por qué me ves así?

—No, nada, sólo estoy pensando—bebí un trago de mi vaso. ¿Por qué sentía algo de ira en mi interior? Carlos y Kim regresaron más juntos que antes, no supe cuantas veces bebieron, Aris se unió luego jugando con ellos. Una chica joven más baja que yo miraba a nuestra mesa constantemente, no tardé en descubrir que observaba a Matt, ¿Sería la chica que estaba hablando con él? Era de piel morena, ojos oscuros y cabello negro que caía como una cascada por su espalda, tenía buen cuerpo pero comparándola conmigo era una mocosa.

—¿A dónde vas?

—Iremos a bailar—contesté haciendo una seña a Kim.

—¿Ahora?

—Sí, ahora, muévete—ordené. Se sorprendió alejándose de Carlos, Matt miró confundido la escena pero no dijo nada.

—¿Qué te sucede?—preguntó al acercarnos a la pista.

—Esa chica está coqueteándole a Matt, necesito que me ayudes—dije perdiéndome entre la multitud con ella. Comencé a moverme al ritmo de la música, Kim tenía una sonrisita de venganza en el rostro, tenía localizada a la chica y tenía toda la atención de Matt que era lo que quería. Tenía una pequeña sonrisa en los labios, en cuanto notó que sus movimientos no eran los que lo atraían, le sonreí con algo de falsedad.

La música cambió, todos dejaron algo de espacio en el medio, aquella muchacha no bailaba nada mal. Claro, sólo intenta ganar, no, no dejaré que de nuevo una tonta mocosa brille delante de mi hombre.

¿Mi hombre? ¿Enserio, Susan?

—Deberíamos irnos, Susan—escuché a Kim tomar mi brazo.

—No—me solté. Algo en mí me hizo ir hacia el centro, si guerra quería eso tendría. La adrenalina no tardó en crecer en mis venas, mis caderas se movían sin permiso ni dudas, me concentré en el ritmo y en el bajo de la música, sonreí escuchando el escándalo de los espectadores. El calor se hizo más intenso, sentía algunos mechones de mi cabello quedarse pegados a mi cuello, el flequillo estaba totalmente arruinado pero no me importaba.

Su oportunidad se había acabado cuando la batalla de baile había sido ganada por mí. Sonreí orgullosa indicándole quien mandaba esa noche, Kim chilló emocionada abrazándome.

—¿Dónde aprendiste a moverte así?

—¡Sólo lo hice!—reí regresando a la mesa con ella.

Aris me felicitó, había disfrutado la escena, Carlos estaba tan sorprendido como Matt. Recogí mi cabello en una coleta alta estando un poco más acelerada y agitada esta vez.

—¿Estás llena de sorpresas, no?

—Ahora lo sabes—sonreí bebiendo un trago para refrescarme.

Sola (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora