10. ¿Está claro ahora?

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Capítulo 10

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Capítulo 10

¿Está claro ahora?

Desperté con un dulce y exquisito olor acompañándome, no me costó identificarlo, sabía de quien era. Estiré mis brazos y piernas intentando despertar cada parte de mi cuerpo, bostecé un poco abriendo mis ojos encontrándome con las ventanas llenas de gotitas, estaba lloviendo y...¿Dónde estaba? Esta no era mi habitación.

Me levanté quedando sentada en la suave cama, mi cabello estaba hecho un desastre, pasé mis manos por mis ojos para despertarme. Cierto, me había quedado despierta hasta tarde charlando con Matt, me sonrojé al caer en cuenta de que estaba durmiendo en su habitación. Sonreí mordiendo mi labio incorporándome, sentía la madera fría bajo mis pies descalzos, salí del cuarto bajando las escaleras a la sala pero el ruido de la cocina llegó hasta mí.

—¡Duke!—sonreí en cuanto el cachorro vino corriendo entre ladridos. Lo cargué acariciando sus orejitas—Hola, cariño.

—Buenos días, dormilona—escuché decir a Matt. Sonreí un poco acercándome al comedor.

—Buenos días—miré a Duke mordiendo mi mano—¿Dónde estaba? No recuerdo haberlo visto anoche.

—Tuve que mantenerlo en mi habitación, no está acostumbrado a las visitas y además de que mi madre es alérgica a los perros—explicó volteando unos panqueques, sus brazos fuertes podía apreciarlos por primera vez, llevaba una camisa de mangas cortas junto a un pantalón de algodón. Algo cómodo para dormir. Su cabello estaba más revuelto que antes.

—Lamento haberme quedado, no quise molestarte...

—No te preocupes, estuvimos hablando un buen rato y cuando las horas fueron pasando te quedaste dormida junto a mí—me tensé dejando a Duke en el suelo. Matt sonrió divertido—Tranquila, no me aproveché de ti.

—No, no es eso—me levanté y decidí acercarme. Aquello olía exquisito—¿Dónde dormiste?

—En el sofá—señaló apagando la cocina. Miré a Duke jugar con una pelota y luego a él—Quería que estuvieras cómoda.

—Es tu casa, ¿Por qué debería dormir en tu habitación? Pudiste dejarme en el sofá...

—El punto es que ambos aclaramos lo que queríamos—interrumpió teniendo un cubierto en su mano derecha mientras la otra la tenía apoyada del borde el mesón. Se veía irresistible de esa forma—No pasó nada, Susan, sabía que sería incómodo para ti si ambos durmieramos en el mismo sitio—volvió su atención a los panqueques—Por cierto, tu celular estaba sonando hace segundos...

—¡Kim!—recordé. Fui a la sala revisando los mensajes y llamadas, la chica estaba preocupada, contenta, emocionada e intrigada por mi primera noche con Matt. Me sonrojé ante mis pensamientos.

El chico se acercó con dos platos depositándolos en la mesa de la sala, la televisión se encontraba encendida en el canal de las noticias, me senté en el sofá aún con mis pies descalzos, recogí mi cabello para disimular el desastre en el, aquellos panqueques bañados en chocolate hicieron rugir mi estómago, Matt había colocado dos fresas como decoración. Lo miré algo incrédula.

Sola (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora