Capítulo 9
Dulce sorpresa
Era la hora de cenar, mantenía mi vista en mis cubiertos. Sentía las miradas no tan discretas de Max, la tensión en mis hombros comenzaba a doler, miré la mano que se acercaba tomando la mía, Matt me sonreía un poco intentando animarme, quise devolverle el gesto pero no, el muy idiota sabía que seguía furiosa con él. ¿Qué planeaba con todo esto?
Aparté mi mano enderezándome en mi lugar pinchando la pasta que estaba en mi plato, los señores Miller hablaban sobre algo que no podía comprender. Aquellos señores iban a ser mis suegros, lo fueron por un tiempo pero su hijo tuvo el descaro de engañarme con mi mejor amiga. Aris, la prima de los gemelos, se encontraba frente a mí, sonrió un poco mirándome.
—Matt me dijo que trabajas en la cafetería del centro.
—Sí, así es.
Max charlaba ahora con sus padres, por suerte estaba lejos de mí.
—Trabajé por un tiempo como mesera en algunas cafeterías de París pero no era lo mío—llevó a su boca un pedazo de carne.
—Aris trabaja conmigo en el restaurante que te dije—intervino Matt.
—¿También eres cocinera?—asintió—Tendré que visitarlos un día.
—Por supuesto, cuando vayas a ir sólo avisanos.
Intenté hablar todo lo que podía con Aris, era una chica agradable y muy inteligente, me contó algunas aventuras que tuvo junto a Matt en París, era graciosa también. En algunos momentos contestaba a preguntas triviales que hacían los señores Miller, cuando la cena había terminado quise ayudar a Matt con los platos aunque él se negara insistí dirigiéndome a la cocina.
—Puedo limpiarlos luego, Susan...
—Ve con tus padres yo quiero limpiarlos, necesito despejar mi mente un momento—pedí mirándolo—Estaré bien.
—¿Segura?—lo miré incrédula—Está bien—sonrió divertido dejándome sola.
La soledad pareció relajarme finalmente, limpié bien los vasos junto a los platos escuchando las risas que venían de la sala, sonreí un poco dejando lo que estaba limpio a un lado. Imaginé la reacción de Kim cuando supiera quien estaba aquí, ¿Cómo es posible que este tipo de cosas pasen? ¿Qué hice yo que fue tan malo para que la vida me pagara así?
Escuché unos pasos acercarse, alguien abrió el refrigerador pero no pude ver quien era ya que estaba de espaldas a esa persona, dejé los platos junto a los vasos limpios encargándome de dejar el fregador impecable.
—¿Todavía haces eso?—su voz volvió a tensarme un poco. Mantuve la calma ignorándolo—No creo que mi hermano deba dejarte limpiar los desastres que hace.
¿Estaba bromeando, verdad?
Cerré el grifo tomando el pañuelo que estaba cerca secando mis manos, Max seguía allí y al parecer no iba a irse hasta que le hablara. Seguía exactamente siendo el mismo, todo en él era igual en Matt pero Max poseía cierto aspecto salvaje y atrevido que su hermano no tenía.
Ahora si puedo preguntarme algo, ¿Cómo me enamoré de un tipo así?
—Quise limpiar los platos, es todo—hablé finalmente siendo muy fría y distante.
—No debiste hacerlo, Susan, es su casa...
—¿Y qué tanto puede importarte?—dejé el pañuelo apoyando mis manos del borde del mesón. Me encogí de hombros restándole importancia. Suspiró acercándose pero negué con la cabeza—Si vas a decir que puedes explicarlo no me interesa, enserio, han pasado seis meses, es tiempo suficiente para entender que lo nuestro no sirvió.
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Sola (COMPLETA)
RomanceSusan Reed trabaja por las tardes en la cafetería del centro, siempre ha creído en el amor y ha estado enamorada de la vida pero su corazón se convierte en piedra cuando descubre a su prometido engañándola con su mejor amiga. Sintiéndose traicionada...