31. Sin marcha atrás

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Capítulo 31

Sin marcha atrás

Era primera vez que visitaría la casa de Aris, la chica cuando supo que el nacimiento de Emilia se había adelantado se molestó tanto de no haber podido estar allí, Kim y ella seguían intentando demostrar quien era mejor madrina para la niña. El auto se detuvo a la hora después por el tráfico, frente a nosotros había una casa de aspecto sencillo. Tomé a la niña en brazos que se había quedado dormida, Matt se encargó del bolso que teníamos preparado para ella con sus cosas.

—¡Llegaron!—nos recibió una alegre Aris. Al ver a la pequeña dormida se disculpó por haber gritado. Entrando a la casa noté que Aris era algo más clásica que su primo. En la sala habían cinco personas, tres chicos y dos chicas. Todos saludaron a Matt estando contentos de verlo, Aris se quedó de pie a mi lado, me sentí algo incómoda.

Cuando fue la hora de presentarme respiré profundo. Matt se acercó a mí colocando su mano en la parte baja de mi espalda.

—Así que tú eres Susan—miré a una de las chicas. Su acento era un poco distinto—Soy Molly.

—No sabes lo mucho que Matt se ha vuelto loco por ti—dijo otro de los chicos. Sonreí un poco.

—¿Esa es la pequeña Emilia?—se acercó otra chica. Sonrió con dulzura—¿Puedo cargarla?

—Claro—la acomodé en sus brazos con cuidado. Todos parecían hechizados con la pequeña, temí que se despertara pero al parecer estaba profundamente dormida todavía.

—¿Ya se acostumbraron a la vida de padres?

—Estamos en eso—contestó Matt manteniéndome cerca.

—Susan, ellos son Roman y Ben, los dueños del restaurante en París—intervino Aris. Roman era el chico que había hablado, Ben sonrió un poco en forma de presentación.

—No te dejes engañar por esa apariencia tan respetuosa que tienen—bromeó Molly haciéndolos reír.

—Él es Alfred, se encarga de que todo esté en orden, Molly trabaja con Aris y Lisa está en la caja pero ayuda con las recetas nuevas—miré a cada uno de los que señalaba Matt. Asentí sorprendida por la buena organización de todos.

—¿Todos se conocieron en París?—hablé al fin.

—Ben y yo conocimos a Aris en el curso de cocina, Matt apareció después—explicó Roman bebiendo de su vaso.

—Y nosotras los conocimos en distintos lugares—agregó Molly.

Lisa me entregó de nuevo a Emilia, esta vez estaba despierta y comenzaba a hacer pucheros. Aris pidió a los demás que esperaran en la sala mientras iba conmigo a la cocina. Las voces bajaron de volumen a medida que me alejaba, me senté en una de las sillas con Emilia que lloraba, Aris dejó el bolso que Matt le había entregado junto a mí.

—¿Hora de cambiarla?

—No, sólo tiene hambre—contesté acomodándome con ella. Cuando el llanto desapareció, revisé la hora en mi celular, Emilia parecía un reloj andante, sabía cuando le tocaba comer o hasta cuando le tocaba que le cambiaran el pañal.

—¿Alguna vez te imaginaste así, Susan?—Aris sonreía de lado mirándome.

—Algunas veces. ¿Puedes darme algo de agua?

—Claro—fue al refrigerador. Era más amplia que la cocina de Matt—Creí que vendrías con Kimberly.

—Está con Carlos—regresó con el vaso. Lo tomé después de dar las gracias, bebí un poco mientras Emilia seguía ocupada alimentándose.

Sola (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora