Hasta el punto en que un día estábamos en mi casa y me besó. Cuando se apartó me puse rojísima y él hizo una cara de confusión.
- Lo siento Lara, no era mi intención, esto... Esto ha sido un error. - dijo. Cogió sus cosas y se fue corriendo. "¿Qué le ha pasado? Ha actuado como si lo hubiera hecho sin querer." - pensé.Pero pasaron los días y actuamos como si no hubiera pasado nada. Hasta que un viernes, a la hora del recreo...
- Será mejor que no mires detrás tuyo. - dijo Mia con cara de haber visto un fantasma.
- ¿Qué pasa? - dije. Seguidamente me giré y no me gustó nada lo que vi. Justo en la esquina del patio, dónde siempre estaba Brayan, lo vi a él con Jenny, estaban besándose. Giré rápidamente la cara y miré a Mia. No pude evitar que se me cayera una lágrima.
- Lo siento Lara... - me dijo Mia.
- Tenías razón Mia, no debería haber confiado en él. - dije con rabia, pero la verdad es que por dentro me notaba rota. "¿El día antes me había besado y ahora estaba con Jenny?"Eran las 18:00 y estaba tumbada en mi cama, no podía borrarme la escena que había visto y no paraba de llorar, hasta que sonó mi móvil. Era Mia.
- ¿Si? - contesté intentando disimular mi estado.
- Lara, no me gusta que estés así, si no hago nada te pasaras todo el fin de semana sin salir de casa. Mañana a las 10:30 de la mañana te pasaré a buscar, iremos a tomar algo, haber si te animas un poco.
- Está bien, adiós. - dije finalmente.- Iremos a un bar super chulo que han abierto hace poco, así podremos hablar y pasar el rato como hacen las amigas. - me sonrió.
- Te sigo. - dije.
Cuando entramos en el bar nos sentamos en una mesa pequeñita para dos, era super mona y cómoda. Hablamos y hablamos hasta que vino un camarero. Era guapísimo, tenía el pelo castaño y unos ojazos azules.
- ¿Qué van a pedir? - dijo con una sonrisa.
- Yo una taza de chocolate caliente, ¿Y tu Lara? - me preguntó Mia.
- Para mi un zumo de melocotón, gracias.
- ¿Has visto cómo te miraba ese camarero? ¡Era guapísimo! - dijo Mia en cuanto se fue.
- Era guapo si, ¿Pero en serio me miraba a mi? - pregunté extrañada.
- Si, y ahora mismo también lo esta haciendo. - añadió. Me giré y vi como me guiñaba un ojo.- Al ataque tigre. - rió Mia cuando ya nos íbamos. Salió del bar y me dejó sola. Me acerqué a él para pagar mi parte y empezamos a hablar.
- ¿Me va a decir la señorita su nombre? - dijo con una sonrisa.
- Me llamo Lara, ¿Y tu?
- Encantado Lara, soy Kevin. ¿Vas a venir más veces por aquí?
- No vivo muy lejos, así que cuenta con ello. - le dije.
- Ya nos veremos entonces. - dijo finalmente mientras me daba el cambio.
- Adiós. - dije moviendo la mano. Me sonrió y me guiñó un ojo.
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Tengo ganas de tres cosas: verte, abrazarte y besarte
RomanceLara Ávila es una adolescente de 15 años que está a punto de empezar una nueva vida en la ciudad de Madrid. Su familia y ella se han tenido que mudar por el trabajo de su padre y ahora tendrá que enfrentarse a un nuevo reto para ella; Nuevo ins...