OTRA VEZ LUNES

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Al día siguiente me despertó la alarma indicándome que tenía de ir al instituto. " Noooooo, encima hoy tengo tutoría con Brayan, y después de lo que le dije ayer..."

Cuando terminé de prepararme bajé las escaleras y desayuné. Cogí unas cuantas galletas de chocolate que estaban en un bol y me fui, iba un poco justa y no podía arriesgarme a llegar tarde.

- ¡Lara! - gritó Brayan. "¿En serio? ¿Después de lo que te dije ayer quieres seguir hablándome? Este chico es como una lapa" - pensé.
- Hola ¿Quieres una? - es lo único que salió de mi boca. "¿Por que le das una galleta?"
- Gracias.
Cuando casi estábamos en la entrada se paró y me dijo:
- ¿Te puedo preguntar algo? - dijo. "Mecachis".
- Dime.
- ¿A qué vino lo de ayer? - cuando lo oí lo miré con cara furiosa.
- ¿Enserio Brayan? ¡Amenazaste a mi novio!
- Era por tu bien.
- ¿Por qué te preocupas por mi Brayan?
- Veras Lara, yo... - no tuvo tiempo de acabar porque llegó Jenny.
- ¡Aléjate de él, maldita! O si no te las vas a ver conmigo.
- Tengo nombre y ya me iba, ¡Adiós!

- ¿Qué ha pasado? - dijo Mia cuando llegué hacia ella con cara de enfadada.
- Una larga historia, vamos dentro y te cuento todo.
- ¿Qué tal va con Kevin?
- Genial, el otro día me pidió salir.
- ¡¿Enserio?! ¿Y qué dijiste?
- Lo dejé plantado.
- ¿Qué dices? No será verdad. - dijo poniendo ojos enormes.
- Es broma mujer, que casi te da un ataque, cálmate. - dije riendo al ver su cara.

Eran las 16:00 y fui a casa de Brayan, habíamos quedando que ese día iría a su casa. Me di una sorpresa cuando vi que me abrió una niña pequeña.
- ¡Hola! ¿Eres Lara? ¡Mi hermano me habla mucho de ti! - dijo toda contenta.
- Si, ¿Tu debes de ser Lucía no?
- Sii, ¿Cómo lo sabes? - dijo abriendo sus ojos.
- Veras tu her... - pero no me dejo acabar porque se fue corriendo hacia dentro de casa.
- ¡¿Brayan sabias que tu amiga es adivina?! - chilló emocionada.
- Hola Lara. - dijo Brayan.
- Hola Brayan. - le contesté.
- ¿Qué os pasa? ¿Brayan por qué no le dices que te gnfjebk? - pero Brayan le tapó la boca antes de que pudiera acabar.
- ¿Lucía por qué no vas dentro a jugar con mamá?
- Vale, ¡Adiós Lara! - y se fue.
- ¿Ya le han dado el alta? - le pregunté.
- No, pero hoy es su cumpleaños y la han dejado salir.
- No lo sabía, ahora vuelvo.
- ¡Felicidades Lucía! - le dije mientras fui a buscarla.
- ¿Pero como lo has sabido? ¡Ves mamá, te dije que era adivina! - dijo saltando sin parar.

Tengo ganas de tres cosas: verte, abrazarte y besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora