¿HELADO? HELADO

2.6K 116 0
                                    

Al día siguiente me desperté y miré por la ventana. Brayan parecía despierto desde hacía tiempo y estaba mirando por su ventana. Al verme cogió un papel y escribió: Buenos días princesa. "¿Y esa obsesión por los papelitos? - pensé. Cogí uno y le escribí: Buenos días, te dije que no me dijeras eso. Se rió y cogió otro papel: ¿Helado? Me reí un poco, estábamos en diciembre y quería ir a por helado, pero a mi no me importaba, los helados son mi perdición, además, semanas atrás había comido uno con Kevin. Al pensar en ese nombre se me pusieron los pelos de punta, pero cogí un papel y puse: Helado.

Salí de mi casa y fui a la de Brayan, pero él se me había adelantado y estaba esperando en su portal.
- Hola, ¿Lista para comer helado en invierno? - preguntó con una sonrisa.
- Tranquilo, llevo bufanda.
- Gracias por el dato, ahora que me lo has dicho estoy más tranquilo. - dijo riéndose.

Cogimos un helado cada uno y empezamos a caminar. Después de eso nos fuimos a la estación de patinaje sobre hielo de la ciudad, nunca lo había probado y tenía ganas.
- ¿Lista? - me preguntó.
- No tengo mucho equilibrio.
- No pasa nada, venga, es fácil. - me dijo. Puse un pie y empecé a patinar lentamente, no me quería caer. Él por el contrario empezó a dar vueltas y vueltas.
- ¿Como es que sabes tanto? - le pregunté asombrada.
- Patino desde que era un niño.
- Espera que voy. - le dije. Estaba muy lejos de mi y no le oía bien. Empecé a patinar y me puse a su lado.
- ¿Has visto? ¡Estoy aguantándome! - grité de emoción. Él me miró los pies y me empujó. De manera que caí al suelo.
- ¡¿Qué haces animal?! - dije enfadada. Él empezó a reír y me ayudó a levantarme.
- Que sepas que te debo una. - le dije.
- Ya veremos.
- Oye, tengo frío, ¿Nos podemos ir ya? Además viene familia a comer y tengo que estar. - le dije.
- Está bien, vamos.

Cuando llegamos delante de mi casa me despedí de él.
- He pasado una mañana genial, nos vemos. - le dije y después le di un beso en la mejilla.
- Oye Lara, me alegro de que estemos bien. - me dijo él cuando iba a abrir la puerta de mi casa.
- Yo también. - le dije con una sonrisa.

Entré y me senté apoyada en la puerta, tenía las mejillas ardiendo. ¿Qué hacía ese chico para hacerme sentir así? Justo en ese momento vino mi hermana.
- ¿Qué ha pasado ya? - me dijo con una sonrisa pícara. Miró por la ventada del lado de la puerta y me sonrió.
- ¡Mamá! Nuestra Lara se nos ha enamorado. - dijo chillando a mi madre mientras yo le maldecía con la mirada.

Tengo ganas de tres cosas: verte, abrazarte y besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora