FUCKGIRL! // [Nate Maloley] // TERMINADA

~ V E I N T I T R É S ~

Skate's pov:

Entré a la casa de Osvaldo, todo era un desastre, cosas rotas, drogas en la mesa, sangre seca en las paredes y ni hablar de los muebles.

- Sigues en las mismas! No Osvaldo? - Dije llamando la atención.

- Montgomery! Viejo amigo! - Salió de la cocina con un porro en la mano. - Tanto tiempo. - Dijo sonriendo.

- Lo que digas. Necesito de tu ayuda. - Me miró con el ceño fruncido.

- A que te refieres? - Se hizo el confundido causandome risa.

- Sabes a lo que me refiero Martínez. - Dije sonriendo. - Muestrame las armas imbécil. - Seguí sonriendo.

- Uy! Que directo. - Dijo tambaleándose.

- Eso querías.- Me encogi de hombros. - No lo hagas más difícil Osvaldo. - Lo miré con rabia.

- Tu tampoco haz cambiado Maloley. - Rió.

- Te equivocas - El caminó a una puerta.

- Como digas... - Abrió la puerta y sacó cuatro maletas negras. - Aquí esta todo lo que necesitas. - Las puso en la mesa.

- Ni siquiera sabes para que las necesito. - El negó.

- Se más de lo que crees. - Sonrió. - Es tu chica. - Corrí y lo tomé del cuello de su camisa y lo estampe en la pared.

- Qué sabes Martínez? - El rió.

- El chico es listo, Nate. Sabe de esto, lo conoces. Estuvo entrometido en esto también. - Lo miraba con rabia.

- Habla claro. - Lo golpeé contra la pared.

- Es todo lo que se! Lo conoces! - Apreté mi agarre a su cuello. - El no vino a comprar la mercancía. Mandó a alguien, tiene a más en esto. Por eso te tenía todo esto preparado. Sabía que vendrias. - Solté su camisa y tomé las maletas para salir de allí.

- Nate! - Escuché como me gritaba, voltee a verlo.- Eso no es todo. Necesitarás unos cuantos caballos. - Lo mire con una ceja alzada.

Hizo un ademán con la cabeza para que lo siguiera, eso hice. Llegamos al garage, el cual estaba peor.

- Te daré mi diamante negro, no tardan en darme un bajón por decirte todo esto. Esto es lo único que más me importa. - Quitó la manta a un auto dándome a ver un Ferrari último modelo negro.

Me subí a este y Osvaldo abrió la puerta del garage.

- Un gusto coincidir en este infierno, Montgomery. - Dijo sonriendo.

- Lo mismo digo Martínez. - Solté para después  salir del garage a toda velocidad.

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