Fierce Obsession

Capitulo 55

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¡A pedido de ustedes Erick narra!

Erick

Un suspiro salió de mis labios al poner las llaves en la mesa del vestíbulo. Mientras me sacaba mi abrigo, mi mirada rápidamente se captó de las dos maletas negras que había en la puerta del salón.

- Mai. Llame adentrándome al salón.

- Aquí. Oí que dijo desde el comedor.

- ¿Eh que pasa? Pregunte mientras me acercaba a ella.

- Tenemos que hablar. Murmuró apartando su rostro cuando intente besarla.

- ¿Que sucede?

- Siéntate. Dijo.

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- ¿Quieres decir que todo este tiempo me engañaste? Pregunte incrédulo a sus palabras.

- Algo así. Murmuró mirándome.

- ¿Y cómo se supone que debo de reaccionar a todo esto? Pregunte levantándome de golpe y dirigiéndome hasta quedar frente a frente con solo unos centímetros de distancia.- ¡Abandone todo! Deje a Angélica por ti, deje que mi manada de mirará con reproche solo por ti. Agache mi mirada ante los ojos de mi Alpha solo porque confíe en ti.- Murmuré elevando poco a poco la voz.- ¡Y tú me vienes que solo lo hiciste porque Melanie te lo pidió!

- Tienes que entenderme, ella prácticamente me amenazo. Murmuró con sus ojos cargados de lágrimas.

- ¿Y eso a mí qué? Grite mirándola.- Deje a la mujer destinada a mí, por tu culpa. Después de que éramos felices, después de librarnos de todo los problemas, tuviste que aparecer para hacerme la vida imposible. La acusé.

- ¡Mentira! Rugió mirándome.- Si tanto la hubieras amado como dices, no hubieras ido esa noche a mi apartamento. Si hubieras pensado en ella, no te abrías acostado conmigo como lo hiciste. Admítelo Erick, Angélica solo fue tu pasatiempo, bien te divertiste jugando a la gran parejita, pero te cansaste de ella. Quieres venir a culparme a mí de todo esto, cuando fuiste tú el que me puso todo en bandeja de plata. Solo tuve que hacer unos cuantos movimientos y tú ya estabas dispuesto a todo. Gruñó mirándome.

- Deja de decir idiotices. Rugí.

- ¿Es que acaso te duele Erick? Murmuró.- ¡Te duele saber la verdad, pues no me importa! Porque yo no fui el idiota que abandono a la gran mujer que tenía solo para acostarse con otra. Tarde o temprano le ibas hacer infiel, tu matrimonio fue lindo mientras duro. Pero tú no eres un hombre que sirve para los compromisos.- Siguió diciendo mirándome.- Te gusto estar conmigo, tienes que admitir eso también, gracias a mi tu saliste a la luz, gracias a mí, tu esposa, no disculpa, tu ex esposa se libró se ti. Dijo sonriendo burlonamente.

- ¡Maldita! Gruñí dejándome controlar por mi instinto lobuno.

- Ah. Gimió ella cuando su cuerpo choco contra la pared.

Rápidamente sus manos se aferraron con fuerza a mi brazo, buscando con desesperación que libere su cuello. Recordando cada una de sus palabras, mi furia aumento. Y con ella la fuerza de la mano con la que retenía su cuello.

- Detente. Susurro con sus mejillas cargadas de lágrimas.

- Te mataría en este mismo instante.- Susurre ladeando mi cabeza de un lado a otro.- Pero sería muy sencillo y no quedaría satisfecho. Murmure ablandando mi agarre, pero sin soltarla.