Capitulo 58

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Capítulo 58

Amy

- ¿Cómo les llamaremos? Pregunte.

- Tengo muchos nombres en mi mente. Murmuro Ethan acariciando mi cabello.

- ¿Cómo cuáles? Pregunte interesada.

- Andrew, Damián, Austin, Aiden...

- ¿Por qué todos son de niños? Pregunte frunciendo mi entre ceja.

- Porque es un niño, recuerdas lo que te conté la otra vez. Suspiro.

- Si. Susurre.-Hay que buscar dos nombres que combinen, siempre que pienso en gemelos o mesillos lo primero que se me viene a la mente es eso. Sonreí con nostalgia.

- Amy.- Gruño él.- Ya deja de hablar como si fueran dos, desde anoche que estas con eso.

- Es que son dos Ethan.- Exclame mirándolo.- Yo sé que son dos, en mi cuerpo hay dos bebes, no voy a ignorar a uno, solo porque en un futuro pase algo. No le voy a negar mi amor y cariño, solo porque no pueda nacer.

- Amy, no digas eso. Sé muy bien que son dos, créeme lo recuerdo cada segundo, pero no quiero que te hagas ilusiones falsas, eres alguien que se apega rápido a las cosas y aún más a las personas. Sé que si te dejo encariñarte con los dos, sin que aun nazcan, el día que lo hagan, te vas a desilusionar, no quiero eso, quiero que ese día sea feliz. Porque será el nacimiento de nuestro hijo. Termino murmurando.

- Sé que ese día va ser muy triste Ethan, pero más triste me haces sentir ahora negando algo que si existe. No me pidas que intente olvidar algo que siento. Susurre acurrucándome aún más a su torso.

- No es mi intención pedirte eso, pero no quiero que sufras. Susurro lentamente.

- No lo hare, te lo prometo. Sentencie.

- Sé que lo harás amor.

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- Anda dime, ¿cómo te fue? Pregunte probando parte de mi desayuno.

- Mal. Gruño.

- ¿Y eso? Exprese extrañada.

- Me dijo que era un desgraciado por intentar arreglar algo que ya está roto. Que para que ella me perdone, iba a tener que hacer muchos méritos. Suspiro cansado.

- Te lo mereces. Sonreí.

- ¡¿Por qué?!

- Porque eres un cobarde que escapa a la posibilidad de poder volver a juntar una familia y que tiene miedo por tener un hijo más.

- Amy, tú no lo entiendes.

- Alex, si no lo entiendo, porque mierda vienes todos los días a mi casa a hablar conmigo. Estas intentando que te dé una solución y además te escapas de la situación. Eso es cobardía.

- Maldición.- Murmuro.- Tus hormonas de embarazada ya te han tomado, te he perdido querida amiga.

- Lárgate. Gruñí.

- Tus deseos son órdenes.

Observe como Alex desaparecía por la perta que daba al pasillo, negando levemente seguí tomando un sorbo de mi te. Si uno se pone a pensar, hay miles de cosas de las que te puedes arrepentir.

Sé que Alex está arrepentido por todo lo que dijo, aunque no lo exprese lo está, en su naturaleza no es normal tratar mal a una mujer y aún menos a alguien tan importante como Angélica se volvió para él.

Fierce ObsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora