Sigo buscando a Ryan por todas partes, hasta que llego a su casa. Es el único lugar que me queda, aunque él lo deteste, siempre regresa aquí y ya sé dónde lo puedo encontrar. Doy la vuelta y me dirijo a su patio, un jardín lleno de pasto. Visualizo la cucha de Nico, su perro, no se encuentra ahí. Giro a ver el árbol y lo encuentro junto con su dueño, Ryan abraza al siberiano y se queda ahí, pensativo. No está llorando, pero sus ojos demuestran que lo estuvo. Me acerco y el hermoso animal de ojos azules me gruñe. Es amistoso, pero cuando el pelirrojo no está de buen humor, él tampoco lo está.
―Nico... ―lo llama y regresa―. ¿Qué haces aquí? ―Se levanta y me mira enojado.
―Estás en todo tu derecho de enfadarte, pero me preocupo por ti.
―No lo hagas, nadie lo hace, ¿para qué lo vas a hacer tú?
―Es que... ―Me detengo cuando el perro me gruñe.
Ryan se agacha y lo acaricia, este se tranquiliza.
―¿Sabes la diferencia entre los humanos y los perros? ―pregunta triste―. Ellos no te lastiman, ellos están para ti, no pueden decirte cosas malas y siempre te acompañan hasta el final. Son fieles y te quieren. Los humanos simplemente nos usamos entre sí, por eso somos basura.
―Entiendo lo que dices, pero...
―¿Pero qué? ―Se levanta, enojado―. Si buscas que te perdone estás equivocado, yo no soy tú, Len, yo no perdono. Ni aunque me quede más solo que nadie. Lo prefiero así.
―Pero... ―Suspiro―. Al menos dime que estarás bien.
―Soy Ryan Danvers, siempre estoy bien. ―Sonríe y luego vuelve a su rostro enojado―. Ahora lárgate.
―Lo haré, pero volveré ―le aclaro. No puedo seguir insistiendo, necesita tiempo.
―¿Quién te necesita? ―Se sienta y acaricia a su perro, poniendo cara triste.
Me voy de allí sin más que decir y me dirijo a la única persona que sé que puede ayudarme. Camino hasta su casa y toco el timbre esperando que esté. Rato después, Edmund sale por la puerta de su casa y me sobresalto.
―¿Estás bien? ―Lo miro y me preocupo, está pálido.
Sonríe.
―Bien, estaba durmiendo.
―¿A esta hora? ―Aún es la tarde, pero eso me recuerda porque falta tan seguido, su enfermedad. La que nunca comenta e ignora el tema tanto como lo oculta.
Se ríe.
―Sí, ahora. ―Se me acerca al oído―. Me pondría a ver porno, pero mi madre no me deja.
―Eres un pervertido. ―Me sonrojo.
―Gracias, es un don ―se burla, pero en su risa comienza a toser y se detiene―. ¡Uf! Necesito seguir durmiendo. ―Sonríe.
―Ahora no sé si preocuparme por ti o por Ryan ―digo observando su estado.
―¿Qué pasó con Ryan? ―Ignora mi interés por su salud y se centra en lo que dije del pelirrojo ¡Ay, me cambió el tema! Obvio, es tan inteligente como el otro.
―Pues... me mandé algo malo, dije una cosa que no debía ―exclamo avergonzado.
―¿Tiene que ver con Tere? ―Se agarra la cabeza, parece que le duele.
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Mi novia la miedosa (C.G #1)
Teen FictionSoy Len, me confesé y... lo único que la oí decir al escapar de mi fue... "Fobia social" ¡¿Qué?! "Fobia social: Trastorno de ansiedad que no te permite interactuar con personas..." Al leer esto no lo podía creer, la chica que me gusta, ¿sufre de es...